Sí, señores. Los opositores, esos seres mutantes que acaban desarrollando fauces por doquier, hemos sido diseñados en Japón – ¿no habéis visto el «Made in Japan» escrito en vuestros tobillos?- para que seamos incapaces de descansar aunque nos lo propongamos.
Cuando me pegué el gran tortazo, llamado oposición, me propuse que dedicaría los meses de julio y agosto al desarrollo de mi hedonismo y autocuidado personal y, ya en septiembre, decidiría qué hacer con mi vida.
Muy coherente ¿no?
Pues bien, no hay día que no piense en qué voy a hacer… y hasta en lo que no voy a hacer. Pienso dónde echaré CV, si habrá o no oposiciones de primaria el año que viene, qué cursos puedo hacer a partir del mismo septiembre… e incluso, para este verano, me estoy ocupando en:
a) Hacer una dieta fuerte. Pero fuerte. Comienzo a hacer la función clorofílica, pero hay que ir remediando los excesos.
b)Ir a nadar día sí- día no (salvo desastre natural). Eso tonifica y deja el pellejo divino. La playa es el photoshop del cuerpo.
c) Ir a todos los médicos pendientes. Así comencé con la fisio en el cuello y con el genial descubrimiento de que lo mío no son dientes: son fauces. Fuera de bromas, es cierto que me van a sacar tres dientes, porque sobran. ¿A que mola?
Conclusión: Realmente yo no entiendo qué es pasar un verano sin hacer nada. Seguro que vosotros tampoco. ¡Saludos!
Pues a mí me sacaron OCHO dientes que sobraban. Pero como no soy opositora, sé como pasar el verano: escribiendo obsesionadamente 😀 (tengo chip de escritora).
Ojo con las dietas fuertes, que enlentecen el metabolismo y producen pérdida de masa muscular.
¡Ocho! No debo quejarme, no… ¿Me podrías decir si fue muy chungo? Le tengo un poco de miedito a la intervención. Aunque no sea muy seria, es mi primera «operación»… (snif). Y haces genial en pasar el verano escribiendo. El cuento que subí a Sala fue anterior a mi examen, agradecería al cosmos ser capaz de escribir algo más que una entrada para el blog, pero ya sabes, son épocas.
En cuanto a la dieta, tendré ojo. Me la mandó un endocrino hace tiempo, así que tampoco estoy haciendo la loca, pero es muy severa porque es disociada y tiene los alimentos muy limitados. No es como para llevarla a cabo mucho tiempo… por no decir que después viene lo peor: la vigilancia para no dar «rebote». Comienzo a asumir que el control será de por vida… aunque vaya en contra de mi temperamento ¡ayns!
Muchas gracias por postear, majérrima.
¡Nos leemos!
PD. Recuérdame cuál era tu blog y te lo pongo en amigos.