Sara Carbonero y la idiosincrasia nacional


Después de más de cuatro días de desaparición y la lógica caida en picado de las visitas de mi blog, creo que arrancar un post con el nombre de «Sara Carbonero» podrá ayudarme a recuperar un poco de popularidad. Esta muchacha debe ser lo más buscado en España después de «Lady Gaga».

No voy a explicar ni quién es porque creo que no hay Fulano o Mengana en España que no la conozca. La historia de la periodista y el portero ha alcanzado unas notas épicas comparables a las que alcanzó el clásico de la cantante de copla y el torero; con la diferencia de que los toreros se juegan la vida y las cantantes de copla le ponen mucho más apasionamiento a todas sus manifestaciones públicas.

Lo que sí se está debatiendo mucho en Internet (y supongo que fuera de la red) es que de pronto esta chica, que tiene un parecido más que razonable con la Pocahontas de Disney, todavía no ha conseguido su título de periodista – de esto estoy segura, salió publicado en una entrevista que le hicieron a su madre los de la revista «Pronto»-  y, pese a ello, ya trabaja para telecinco y dicen, comentan, rumorean (conste que de esto no estoy tan segura) que la van a nombrar subdirectora de deportes para esa cadena.

Se debate entonces si su físico tuvo o no tuvo importancia para entrar ahí, si se habrá cepillado o no a algún directivo, si sus competencias son tan espectaculares como para «hacer la vista gorda» a esa provisional mancha en su currículo…

En cualquier caso, ella no tiene la culpa de nada. Sólo sacó partido a las oportunidades que le surgieron. Si existe algún fallo, alguna injusticia en comparación con otros tantos estudiantes que se tiran años y años que no salen de becarios y que igual son mucho más capaces que ella (aunque no necesariamente) es del sistema, no de la muchacha. No creo que muchos estudiantes de periodismo dijeran «no» a la oportunidad que aceptó Sara y por la que tanto se la critica ahora.

Volvamos al punto de la relevancia de su aspecto, descartando que haya pasado por la cama de nadie, ya que en el medio en el que se desenvuelve no se puede negar que la imagen es importante ni que esta muchacha la tiene… y hagamos una transposición que encuentro más interesante: ¿Qué importancia tendrá el físico para ejercer de comercial, dependiente, u otros puestos de cara al público? ¿Y para puestos NO tan de cara al público? ¿Qué importancia tendrá el físico para «caer bien» y obtener mejores calificaciones? ¿Tendrá alguna importancia para sacar las oposiciones?

Hace un tiempo, cuando cursaba psicopedagogía, tuve una asignatura que se llamaba «Introducción a la Psicología Social»; una materia que, por cierto, me encantó… a pesar de la falta de pericia docente de quien la impartía. Y cómo no, en esa materia se abordó la importancia que tenía la belleza, tanto para la comunicación individual como para la comunicación en masa. La conclusión que se extraía sorprende un poco, ya que, según el enfoque del material que estudié: 1. Sí, la belleza importa para la pareja, el trabajo, e incluso para caer bien (porque quien se cría como guapo disfruta de interacciones más positivas que quien no desde la primera infancia) pero 2. Un exceso de belleza en una persona que alcanza un puesto de notoriedad genera desconfianza.
Conclusión: Si los genes te benefician modestamente, obtendrás ventajas en todas las áreas de tu vida, por más que proclamen que lo importante es el interior (incluso puede que los del tribunal piensen «qué mona/o» y eso implique un par de puntillos)… pero como los genes te beneficien exageradamente, tendrás tantos problemas que quizá no te compensen las ventajas («pedazo de putón, a ver si es que esperabas aprobar llevando la minifalda y el escote hasta el ombligo…«).

Y con esto y un bizcocho…  ya veremos qué influencia tiene el nombre de esta chica en el número de lecturas, prometo compartirlo.

¡Saludetes!

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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11 respuestas a Sara Carbonero y la idiosincrasia nacional

  1. vengatriz dijo:

    Pues parece baladí, pero son cosas que la gente estudia. Incluso se podría decir que me salté un factor importante: si la belleza tiene el mismo peso en la vida de los hombres que en el de las mujeres. ¿Por qué si no hay tantas personas con trastornos de la alimentación actualmente? 🙂

  2. Gissel dijo:

    Mmm… interesante. Cuando di el examen de Parasitología, uno de los profesores se la pasó explicándole cosas a la rubia (teñida) del escote pronunciado, mientras que a mí me ignoró completamente. Eso sí: yo pasé el examen y la rubia lo perdió (se lo merecía: antes del examen me hizo unas preguntas que evidenciaban su falta de conocimiento sobre la materia). Hubo justicia a pesar de las apariencias 😀 Igual aclaro: si yo fuera más guapa, sacaría provecho de la situación (utilizando mi cerebro privilegiado para planear una estrategia efectiva; nada de vestirme como una pu**, porque eso te hace perder credibilidad).

    Gissel

  3. vengatriz dijo:

    Supongo que experiencias de esas hay a montones, Gissel. Cuando hice el Master en RRHH los compañeros debimos competir entre nosotros para obtener becas, si bien todos acabaríamos becados. La idea era que conociéramos cómo enfrentarnos a una entrevista de trabajo y ver qué compañeros eran elegidos antes que otros. Quedé de las últimas y no pude evitar observar que fueron antes elegidas no las más guapas, sino las más arregladas o, como se dice en España, las «pijas», aunque tampoco se puede decir que fueran precisamente feas las primeras elegidas.

    Por otro lado, el mundo de los RRHH (Recursos Humanos) es muy «cosmético»… por eso no me gustó, aunque no deja de ser una experiencia vital.

  4. vengatriz dijo:

    Comento: hemos subido de 10 visitas a 29… y se ha convertido en el post más leido de esta semana y de la anterior (milagros, según el Google Analytics).

    Seguiremos informando XD

  5. dekn7 dijo:

    Sin duda un tema importante! Aunque considero que te faltó añadir el nombre del portero y el de algún otro famoso.
    Te acercas a las 1000 visitas, no está nada mal, ya me adelantaste!

  6. vengatriz dijo:

    Oye… ¿Cómo puedo saber cuántas visitas lleva el blog? O es más ¿Cómo sabes tú cuántas lleva mi blog? Lo digo porque tengo control de las visitas diarias, pero no de las visitas «en global». ¿Salen en alguna parte?

    • dekn7 dijo:

      Imagino que encontraste el apartado de estadísticas del blog, allí te dice también que palabras y enlaces llevan a la gente a tu blog, el día que más visitas tuviste y demás. Además lo puedes ver por semanas o meses.
      Puedes personalizar el texto y cambiar eso de «Blog Stats», desde el escritorio en el apartado Apariencia, Widgets.
      No me percaté de tu pregunta hasta hoy que me felicitaste, gracias, la verdad es que aunque no escribo para que me lean ver un número superior a 1000 me ilusiona.

  7. Pingback: Sara Carbonero y la idiosincrasia nacional (II) | ¡Abajo las oposiciones!

  8. vengatriz dijo:

    Pues tienes razón. Me pasa por no fijarme bien. Las tablas de días, semanas, meses… las conocía, así como otros datos. Me faltaba bajar más la pantalla para ver el apartado «tablas de sumario», que es el que te dice el total de visitas. ¡Llevo 1.412!

    Ahora, Dekn7, nos toca ir a… ¡por las 2.000! – como dices tú, no es lo fundamental, pero anima no estarle hablando al vacío-.

  9. Pingback: Los números de 2010 | ¡Abajo las oposiciones!

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