¿Qué es un funcionario?


Me he dado cuenta que en todo el tiempo que llevo con el blog, nunca me había dado por explicar qué es un funcionario.

RAE dixit:

funcionario, ria.

(De funcionar).

1. m. y f. Persona que desempeña un empleo público.

2. m. y f. Arg., Ec. y Ur. Empleado jerárquico, particularmente el estatal.

Un empleo público es un empleo para el Estado. En España es especialmente codiciado por los siguientes motivos:

Es un trabajo para toda la vida, a menos que hagas una barbaridad muy bárbara. Aunque hay quien especula con el tema de introducir criterios de productividad en el funcionariado. Hace poco leí en La Voz de Almería que se está evaluando la produtividad de La Guardia Civil en función de la cantidad de multas que ponen. Imaginaos las consecuencias de esto… lo bueno es que si no son unas máquinas de poner multas no les van a despedir, sólo les van a recortar los pluses, pero… ya sabemos lo que duele el dinero. Me recuerda a lo de «la ley de calidad» y los maestros, en donde querían incentivar a los maestros económicamente en función del «número de suspensos». ¿Qué se consigue así, mejor calidad de la enseñanza o que sólo disminuya «el número de suspensos» para mejora de las estadísticas?

Otra observación más: el parasitismo del que se acusa al funcionario puede ser cierto en muchos casos… pero ese sueldo garantizado pretende que el funcionario trabaje según la ley y según sus principios morales, sin depender de la tiranía de un jefe. Si los funcionarios cambiaran con cada cambio político o pudieran ser despedidos según intereses particulares… la democracia estaría en franco peligro, por no decir extinta. O lo que nos queda de ella, porque no hace falta estar muy ciego para ver que se encuentra gravemente herida.

Con la duplicidad de funciones, estatales y autonómicas, tenemos en activo a una cantidad de funcionarios más que notable. Volviendo a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, para funciones similares o incluso idénticas se solapan:

a) La Policía Nacional.

b) La Policía Local de cada comunidad autónoma.

c) La guardia civil,

Lo más gracioso es que aún están en fase de compartir información entre ellos. Ya han comenzado, pero se han pasado mucho tiempo sin cruzar los datos, con todas las consecuencias imaginables para la seguridad. Como es lógico, si ni entre nosotros compartimos datos, la comunicación con la Interpol es de pena.

Concluyo que harían falta muchos menos funcionarios pero mucho mejor coordinados entre ellos.

– Si bien el Estado es mal pagador (se cobra más en la empresa privada) no sólo hay una seguridad laboral, sino unos derechos garantizados (vacaciones, maternidad, unos horarios compatibles con la vida,etc, etc…) que en las empresas privadas tienden a pasarse por el arco de las cucharas.

Con su funcionamiento y sistema de acceso presuntamente justo e imparcial se intenta evitar el nepotismo; un fenómeno muy humano que tiene muchas consecuencias que conocemos… aunque lo malo, y es lo que denuncia este foro, es que el nepotismo no muere ni con matarratas y el sistema que tenemos actualmente más que evitarlo, lo incentiva, ya que no prevalecen en él los principios de los que hablé en una de mis primeras entradas: igualdad, mérito y capacidad.

– En cuanto a la ideología, hay un planteamiento que da escalofríos pero que es incontestable:

a) Quien trabaja en una empresa, lo hace por ganar dinero y al servicio de sus intereses. Más allá de lo que pongan en su Plan de Empresa en el apartado de «Responsabilidad Social Corporativa», el interés máximo del empresario es el capital y todo depende de la ética de este. A mayor prevalencia de empresas, mayor capitalismo, mayor competencia salvaje… aunque también, todo sea dicho, la competitividad tenga como consecuencia más servicios y más baratos entre los que puede optar el ciudadano; convertido, en este tipo de sociedad, principalmente en consumidor.

b) Quien trabaja para el Estado, aún pretendiendo ganar dinero, trabaja según los principios legales vigentes y la ideología estatal. Esto no es muy problemático cuando interiormente estás de acuerdo con el sistema, pero sí lo es cuando las discrepancias entre tu ideología y los principios estatales son demasiado elevadas. Volviendo a la policía (ha de ser que me apetece hoy hablar de la policía) imaginaos lo que debe ser detener a un grupo de manifestantes con cuya manifestación están de acuerdo, o encarcelar a un grupo de inmigrantes ilegales desgraciados  cuando preferirían apoyarles de un modo más humanitario. Muchos policías tendrán una vocación grande de servicio y sufrirán ante estas situaciones. Sería injusto que sólo nos quedáramos con la nefasta imagen que «Torrente» dio de ellos al mundo.

PD. ¿Sabíais que la Guardia Civil no tiene derecho a manifestarse? En realidad sí lo tienen, pero por sus características – son un cuerpo más militarizado que la policía- lo usual es que se manifesten sus parejas en su nombre.

Otra aplicación interesante de este punto es para los docentes. Los maestros tienen la importantísima función de formar a los ciudadanos del mañana. Son profesionales que tienen mucho entre manos… pero no tienen libertad real para hacerlo. No me refiero a libertad para hacer barbaridades, me declaro contraria a cualquier aplicación de la violencia en un aula… pero también soy contraria a que el docente sólo tenga un control del 5% de lo que enseña. El 95& viene impuesto por:

a) El Decreto Curricular Base.

b) La legislación autonómica.

c) El centro al que pertenece.

d) Los profesores con los que se coordina.

Dejad de creer en la libertad de cátedra, es un mito semejante a los unicornios.

Obviamente no niego que hay unos mínimos que se necesita cumplir. Es impracticable que cada profesor haga su propia enseñanza. Pero cabría dar lugar al docente a que tomara más poder de decisión; o si no, pasa lo que pasa, acaban maquinalmente atados a la dictadura del libro de texto. Cabría reclamar, al menos, un 10% o 15% de capacidad de maniobra.

PD. ¿Os imagináis lo duro que ha de ser para un maestro (enseñando cosas a las que se opone) un abogado (defendiendo casos en los que no cree) o un médico (os podéis imaginar los dilemas del médico…) el verse obligados a trabajar en contra de su ética?

Analizado esto, ningún sistema es ideal. Queda claro que para ejercer de funcionario es necesario creer en lo que hace el sistema político en el que vives, del mismo modo que para trabajar en una empresa, es necesario creer en la forma de actuar de esa empresa. La privada es un refugio cuando el sistema político es un desastre. Aplicado a la enseñanza: en caso de tiranía política, sólo en los centros privados se ve calidad educativa y experimentación; mientras que en casos de bonanza, la enseñanza privada se convierte en una herramienta para marginalizar la enseñanza pública.

Sobre esta idea profundizaré más adelante. Tengo un articulillo que escribí hace algún tiempo y que no posteé en ningún lado. Lo subiré. Incluso puede que lo suba hoy, porque ya anuncio que la semana que viene estaré (entre el martes y el sábado) de viaje.

A modo de nota final… el 72% de los españoles quieren ser funcionarios y sólo el 4% desean ser empresarios.

Referencia: http://www.libertaddigital.com/economia/el-72-de-los-espanoles-quiere-ser-funcionario-y-solo-el-4-empresario-1276397748/

Lo más importante no es que deseen serlo un 72%, sino que sólo el 17% desee serlo por vocación.

Recomiendo leerlo con detalle. Y concluyo lo siguiente:

La iniciativa privada es tan importante como el trabajo público. Y es necesario que ambas conserven sus principios fundamentales para mantener ese equilibrio. Ni la empresa debe tratar a sus trabajadores como a los funcionarios (¡ojo! no soy partidaria de la esclavitud laboral) ni a los funcionarios deben incluírsele conceptos como el de «productividad» en sus pluses, porque se puede liar parda, como expliqué al principio…

Deben mejorar las condiciones de la privada para incentivar al español a emprender. De este modo habría a) menos saturación en el acceso al funcionariado y b) más vocación en el trabajo realizado, tanto para quien trabajara en una empresa como para quien ejerciera de funcionario, aparte de que d) iría mucho mejor la economía y se generarían más puestos de trabajo.

– En los métodos de selección al funcionariado deberían evaluarse las competencias y, si fuera posible, la vocación. No tiene nada que ver el modo con el que entramos a cada cuerpo con el desempeño una vez que se consigue entar. Es un tema que ya se trató, pero que conviene tener en cuenta.

Finalizo este texto con unas disculpas; sé que los ejemplos me han hecho dispersarme mucho, pero espero que esta exposición sirva de algo a quien me lea.

Y queda agradecer las cerca de 1000 visitas que he recibido en estos tiempos.

Saludazossss

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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