Estos días estuve ausente. Me tocó ir a Granada a buscar un alquiler para un mes. ¿El motivo? Voy a hacer un curso intensivo en octubre, de 10 a 2 y de 4 a 8, y, como es lógico, no voy a desplazarme desde Almería a diario para hacerlo.
No pensé que buscar un rincón para estirar las plumas fuera tan complicado. Pensaba, con más optimismo del debido, que Granada es una ciudad estudiantil, que los alquileres se extienden como setas, que la gente que no hubiera colocado el piso en septiembre (principio de curso) andaría más desesperada por colarlo, que además, como estamos en época de crisis, el personal no se iba a poner exquisito, en plan de rechazar oportunidades…
Y una anda loca por saborear las mieles de la independencia, todo hay que decirlo. Nunca fui una «chica Erasmus», así que nada de viajes al extranjero durante la carrera; ni siquiera los de estudios, porque por alguna razón se me gafaban. Por lo demás, ni en mi casa tengo un rincón que sea propiamente mío. Comparto dormitorio desde los 6 años. Si a eso se le añade la falta de independencia económica y la falta de oportunidad de hacer ciertas tareas domésticas por cierto síndrome de hiperperfeccionismo con sentimientos de insustituibilidad que tienen muchas madres, soy una inútil «virtual» que no sabe qué es buscarse la vida sola, tomar decisiones sin pedir perdón ni permiso, responsabilizarme de mis propios asuntos, etc. Sé que mi caso no es tan raro, ahora la adolescencia dura hasta los 35 años, pero que el problema esté tan extendido no me consuela.
Sólo explico esto para que veáis por qué, ya que voy para un mes, no quiero ir a una residencia donde me lo hagan todo ni me apetece compartir piso. Para mí es una experiencia vital imprescindible y… ni siquiera sé cuándo va a repetirse esa oportunidad. Y no me parecía, por las razones antes citadas, que mis aspiraciones fueran tan difíciles de satisfacer…
Pero se equivocó la paloma, se equivocaba… No ha de ser tan acuciante la crisis o debe haber más estudiantes que estrellas en el cielo y arenas en el mar; en Granada es prácticamente imposible encontrar un alquiler para un mes, lo mínimo que están exigiendo son diez meses, quizá seis ¡nunca menos!
Hay gente que es sincera y te dice «mira, no me interesas por esto». Hay gente menos sincera que dice «Ay, lo siento, no he actualizado la web, hace unos días alquilé el piso». Hay gente nada sincera que incluso dice de mostrarte el piso, pero que luego te da a entender que como se le cruce otro que le ofrezca algo más sustancioso, te dará una patada en el culo… y que incluso te cuentan (esto es verídico y además es cierto, como decían Les Luthiers) que ya han rechazado a tres personas porque no le gustaban «sus pintas».
Por cierto, que el tema de las pintas es el que sigue:
– Se fían más de las mujeres que de los hombres. Lo siento, chicos, es así.
– Se fían más de los nacionales que de los extranjeros.
– Se fían más de la gente que tiene una cierta edad que de los muy jóvenes. Todos sabemos las terribles consecuencias que ha tenido el «comecocos» sobre el ocio de las nuevas generaciones 😛
– Se fían más de la gente que demuestra cierta instrucción que de la que no.
– Se fían más de la gente con un aspecto «cuidado» en el sentido ortodoxo del término que de aquellos con pinta de «hippies». Ya se sabe, los «hippies» fuman marihuana (y más cosas), escuchan a Manu Chao, compran ropa cara que parece pobre, no son ordenados, van a todas partes en bicicleta y se pasan la vida filosofando. En suma, peligrosísimos.
Ser mujer, española, licenciada, de casi 27 años y con pinta de formal (las gafas ayudan) juega en mi favor. Qué pena que sólo busque piso para un mes. Hay una estupenda inquilina en mi interior que lucha por salir, basta con que le den una oportunidad. Pero se lo pone el mundo tan difícil a mi estupenda inquilina interior que me dan ganas de mentir, comprometerme por 10 meses o un año, y luego alegar cualquier cosa y esfumarme una vez acabado octubre. Sobre todo teniendo en cuenta que los alquileres se encuentran entre 300 y 450 € mientras que las residencias de estudiantes cuestan, como mínimo, 450 €. ¡Y de ahí para arriba!
Quien dice la verdad… ¡se queda sin techo!
En conclusión, tras dos días de pesquisas y más de 20 llamadas realizadas, sólo un propietario está dispuesto a darle una oportunidad a mi «inquilina interior», si y sólo sí no encuentra a nadie «mejor» en el plazo de una semana. Los demás me mandaron a cagar a la alta montaña de diferentes maneras. Y yo, mientras tanto y aunque me moleste porque supone renunciar a la experiencia que pretendía, tendré que llamar a pensiones y residencias de estudiantes por ver quién me haría mejor precio si este señor acabara pasando de mí.
A ver cómo lo hago. Debo de estar trasladada en dos semanas y comenzando el curso el día 1 de octubre. Olé yo.
Seguiremos informando.
Qué divertida eres,jeje
Nos parecemos mucho!con razón nos identificamos XDXDXD…
Espero que el casero ese te pille, y que no encuentre a nadie…una pena que no haya disfrutado de la vida independiente (mantenida)….yo tuve ése placer durante 2 maravillosos años en Madrid, porque lo que queria estudiar,no lo habia en Sevilla,aunque ahora me arrepiento de mi camino de las opos..jeje
Hola!
Bueno, sólo un apunte, los caseros por supuesto no toleran animales, pero a veces… ni siquiera niños (real y verídico, visto en un anuncio con estos ojitos que se ha de comer la tierra).
Bueno, pues ya he soltado la anécdota. Buena suerte en tu búsqueda de una «Fortaleza de la Soledad».
Ceci: ¡Gracias! Y recuerda la canción aquella de «Nunca el tiempo es perdido». Lo que has hecho servirá para algo. Al menos, es lo que me digo a mí misma a diario, llegue o no llegue a trabajar en lo que quiero, mi bagaje va conmigo y me es útil.
Garicano: Qué de anécdotas tienes ¿Has pensado en hacerte un blog? 😀 (lo digo en serio)
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Ainsss… si buscaras sólo una habitación en un piso compartido, seguramente era más fácil. Y más barato. Aunque me has dejado alucinada con los precios que has puesto: ¿eso por alquilar un piso un mes? ¡Es lo que cobran en Madrid por una habitación! Pero bueno, quien la sigue la consigue, a ver si tienes suerte y el casero no encuentra a nadie mejor. Que le llame solo gente con hijos y perros y ropa del mercadillo, ya sabes, que así te la quedas tú.
De mis notas: salen el día 24… y no sé cómo voy a aguantar hasta entonces xD Creo que me va a tocar aprender a superar mi impaciencia.
Un saludo!
¡Hola Hengo! Esto demuestra que todo depende de con qué lo compares. Para mí, 450 € por una habitación es caro… y Madrid es una ciudad de precios prohibitivos, es lo que tiene ser capital de España, muchos servicios… y tantos impuestos que la gente no puede disfrutar de esos servicios, por lo que mucha gente acaba viviendo en «ciudades dormitorio». Lo sé porque tengo amigos en Madrid y porque mis padres, hace ya tiempo, estuvieron viviendo ahí.
¡Mucha suerte!
Te deseo suerte en tu busqueda, y ya sabes…si hay que mentir…¡MIENTE!
Jajaja… una es muy pava, Dekn7, pero me va tocando espabilar, ¡que ya me vale! 😀