O, como explicaba en el guión:
<<Practicum I y II de magisterio: O prácticas, pero así queda “más mejor”. Fue la fase en la que creí que había nacido para la docencia, hasta que me llevé un par de golpes “en los hocicos”>>
Hacer el Practicum I fue una odisea. En primero de magisterio me habían quedado dos materias: Matemáticas (Didáctica de las Matemáticas) y Física y Química (Didáctica de la Física y Química). No es que pidieran un nivel alto de estas disciplinas, es que una venía de latín y griego y hacía años que no las tocaba. En el caso de «Matemáticas» no tengo de qué quejarme – más allá de que el profesor me cayera fatal por su tendencia de humillar a la gente en la pizarra, muy pedagógica para enseñar a los futuros maestros- porque aparte de dar bases matemáticas, dábamos didáctica: dificultades más comunes a la hora de aprender matemáticas, técnicas para solucionar estas dificultades y materiales que podemos emplear. El tema no era el mismo en «Física y Química». La clase estaba partida en dos profesores. El de química era un químico que no sabía que hacer con nosotros, salvo enseñarnos formulación química a nivel del antiguo COU (antiguo 2º de bachillerato) y la de física nos enseñaba pedagogía y física de una manera tan peculiar que, según ella, quien aprobaba su cuatrimestre no podía aprobar con el de química, ni viceversa. Sus exámenes eran un show, por lo originales, podía salir con cualquier cosa (además de con un test tras el examen, tipo «te he jodido ¿Te ha gustado? dame tu valoración de la prueba que acabas de hacer) y además, estaba contra su política dar apuntes O PERMITIR TOMARLOS en clase. Cada examen era una quiniela.
El caso es que esa la aprobé a la cuarta convocatoria. Siempre tocaba examinarse de las dos partes. Debí aprobar cuatro veces la «física» para aprobar la «química».
Por esas dos materias que se me atravesaron, no llegué a tener aprobado el 80% del primer curso, así que el Practicum I no lo pude hacer en segundo, sino en tercero, de tal modo que hice los Practicum I y II en tercero, teniendo problemas de solapamientos de materias y demostrando que soy tan chula que puedo andar en varios lugares al mismo tiempo.
La experiencia del Practicum I fue curiosa. Me tocó en 6º de primaria, a echarle una mano al director. Aunque no es muy legal, mis mayor utilidad era (además de repartirme con él la corrección de libretas) suplirle las ausencias, ya que como director no dejaban de solicitarle cada dos por tres. Y era en sus ausencias cuando más aprendía yo, a pesar de que se suponga que es ilegal, pero el movimiento se demuestra andando, y si no que se lo digan a Zenón de Elea…
Pero vamos, en quince días que dura el Practicum, los previos a navidad, no aprendes mucho. Les llaman «prácticas de belenes» porque se te va el tiempo supervisando cómo los chiquillos pintan las figuritas de navidad.
Recuerdo una anécdota. Un día castigué a uno de mis alumnos a no salir al recreo, porque había dicho o hecho alguna bordería. Al alumno no le quedó otra que acatar mi castigo pero, al día siguiente, cuando ya sí pudo salir al patio, intentó acertarme con un balonazo en la cabeza. Mi instinto fue más fuerte, lo vi a tiempo y me agaché, con tan mala fortuna que el balón me sobrevoló y le pegó en plena cara a otra profesora que estaba detrás. Ahí se buscó un puro más fuerte.
Días más tarde, el muy hijo de su santísima madre, se me acerca a la mesa, seguido de sus amigos (cómo no, era líder de pandilla) y me dijo «Señoriiiiita (imitando a algo parecido a Gracita Morales) ¿verdad que soy buenoooooo?».
Y claro, a mí ya se me había quitado el acarajotamiento inicial. Definición de acarajotamiento inicial: Cuando llegas al colegio creyendo que eres Mary Poppins y estás tratando con los niñitos de la familia Banks. Por supuesto, no me refiero a llegar cantando como las diosas, porque no tengo ese don, en la fe ciega de que los niños, por inspiración divina, conozcan la canción y me contesten cantando como los dioses. Creo que me entendéis. Una llega cargada de buenas intenciones y los críos te las ponen a prueba. Y hay que saber responderles, con cariño, pero con firmeza, sin acarajotamiento.
Podréis entender que cuando el nene me abordó así yo le respondiera «Sí, eres buenísimo, eres tan bueno que me están dando ganas de pintarte de betún de judea y pan de oro, ponerte dos alitas y colgarte, vestido de angelito, encima del belén».
Los amigos empezaron a reírse. Bravo. El chiquillo volvió a sus quehaceres y, eh, ¡no volvió a tocarme las narices!
El Practicum II (que comenzaba a la vuelta de vacaciones de Navidad) fue más llevadero que el I. La gran ventaja de hacer ambos seguidos es que me tocó el mismo centro, el mismo grupo, los mismos niños y el mismo tutor. La adaptación se llevó a cabo en la primera parte.
De esas extrañas ocasiones en que pude hacerme cargo de una clase, una de mis favoritas fue esa en que me tocó dar a solas un tema sobre la España democrática, sus instituciones, etc. Medio curso dando historia y cuando se me ocurrió preguntar si sabían qué era una monarquía, qué era un rey, qué era una democracia, qué era una dictadura, qué era una república… nadie tenía ni idea, porque estaban acostumbrados a buscar en qué parte del texto está la respuesta, así que no piensan en lo que leen, no asimilan.
Entonces propuse explicar y les entraron los sudores de la muerte. Tenían la costumbre de invertir casi toda su hora en hacer los deberes, así que muchos veían el que yo explicara como un riesgo, un problema para acabar la tarea a tiempo. Así comenzó una guerra campal niños VS niñas… (las niñas querían explicación, los niños hacer pronto la tarea) y una vocecita se escuchó «¡Señorita, ponga orden! ¡Señorita, ponga respeto!». Y eso hice, puse «Orden» y «Respeto» en la pizarra. ¡Así llamé a su atención! Pillaron el tema de las instituciones cuando les dije que podíamos ser democráticos y debatir unas normas para la clase o podría ser dictadora e imponerme tirando de las fuerzas militares, como eran el director y tutor, el jefe de estudios, el secretario…
Y no es por nada, una vez que se explicó, hicieron la tarea volando. Una iba leyendo en voz alta los enunciados y los críos levantaban la mano e iban dando las respuestas, que cuando eran correctas copiaban las demás. Hay que decir que todos o casi todos levantaban la mano y que no hubo ni una respuesta equivocada.
El mosqueo de mi tutor fue grande cuando al día siguiente, al revisar libretas, descubrió que todos tenían la tarea acabada y correcta, pero no indagó más y quedó como minisecreto entre los niños y yo. Me encantó.
Por esa clase pensé que valía para maestra… aunque por supuesto, tuve muchos pifiazos durante mis dos Practicum de magisterio.
El resumen… los primeros 15 días salía de la escuela con dolor de cabeza. El último día los niños y yo llorábamos y firmé más autógrafos que Bisbal en un concierto.
Una de mis mejores experiencias, sin duda.
gracias por compartirlo!
y…suerte con la mudanza!
¿Sólo 30 días de prácticas? ¿EN TODA LA CARRERA?
Vale, eso me explica cómo han llenado, exactamente, el 4º curso que, con el Plan Bolonia, han añadido a las diplomaturas.
Ainsss los profesores de prácticas… qué majos sois siempre al principio… y cómo cambiáis con el paso del tiempo XD No sé si será por la edad, por la desilusión que le da a la gente conocer el trabajo «real» de su carrera o qué, pero casi siempre los de prácticas y los interinos son los más majos… y los que recuerdo con más cariño de mi etapa en primaria.
¡Una profesora que explica conceptos básicos de política! ¡¡¡SÍÍÍÍ!!! Eres un caso increíble y único XD En toda mi vida, jamás nadie, pero NADIE, me ha explicado qué es una democracia, una dictadura, qué es ser de izquierdas o de derechas… son cosas de las que todo el mundo habla, que salen en los libros, y cuyo significado acabas deduciendo por tí mism@, porque al parecer todos los profes piensa que eso te lo tenían que haber enseñado en el curso anterior…
Gracias a ambos, por leer, por comentar y a Dekn7, además, por sus buenos deseos.
Hengo, debo revisar, porque no sé si me expliqué mal o si me has entendido mal, pero te cuento lo de mis prácticas.
Practicum I: 15 días.
Practicum II: Tres meses y pico.
Total: cuatro meses (que tampoco es demasiado).
Y eso aparte de las «prácticas» de cada materia, porque hay asignaturas donde hay que hacer pequeñas prácticas que no tienen que ver con el trabajo real con los críos.
Me ha sorprendido eso que dices de que nunca un profe tuyo te ha hablado de política. ¿Hablas en serio? :O
Ahh, vale! Había entendido que ambos prácticum eran de 15 días, y me estaba quedando alucinada xD
Pues no, hasta bachillerato jamás escuché nada de política actual. En 5º de primaria había un tema sobre la UE y otro sobre España, pero creo que ni siquiera los estudiamos, eran de los últimos del libro, que ya sabes que casi nunca da tiempo a estudiarlos (o en mi cole era así, al menos xD Ni dábamos política, ni acabábamos jamás un libro entero antes del verano). En la ESO sí que dí algo de política, sí… las sucesiones europeas de reyes y la división de poderes en Inglaterra durante el siglo XV. Y ahí me tienes, estudiando la división bicameral anglosajona sin conocer la de mi propio país. En cuarto de la ESO se estudian los fascismos del siglo pasado, ése fue mi primer contacto con el concepto «fascismo», aunque en el libro no lo definía, mi profesor lo hizo. Fue en primero de bachillerato cuando dimos algo de política aplicable a la vida actual: el profesor de economía nos explicó los conceptos de izquierda y derecha, porque preguntó quién sabría definirlos y todos nos quedamos callados. Al parecer, en primaria pensaron que era muy pronto para explicarnos esas cosas, y en secundaria, que ya debíamos saber todo.
Y si no fuera porque en el módulo estudié derecho público, seguiría sin saber para qué c*** sirve nuestro rey T_T
Alucinada me hallo :S
Y pensar que esa gente aprobó las oposiciones…