Residencia. Notas días 7 y 8.

Cada vez tengo menos tiempo, así que cada vez el diario será más chapucero, aunque mientras sigáis considerándolo entretenido, todo estará bien.

Notas del día 7:

– El día 6 había sido capaz de despertarme por mí misma, pero el día 7 no. Por suerte, con ayuda de la llamada de mi madre, pude levantarme. El tema es que sigo teniendo los pies como «la momia» y esa mañana no podía andar. Me tocó tomar un taxi. 6 euritos del ala.

– Tenía curso por la mañana y por la tarde. No hubo gran convivencia con los compañeros de resi. Comí sola – no sé si lo dije, pero como sola porque soy la última en llegar y deben guardarme la comida aparte, así que como frío-, volví a clase por la tarde y luego, cuando quise cenar, volví a retrasarme y en esa ocasión no me guardaron la cena – llegué tarde por entretenerme, no por obligaciones académicas-.

– No obstante, como me dejé casi toda la comida (el cocido sabía raro) y había ido al chino a comprar zumo y galletas para completar, para poder cenar seguí tirando de mis reservas.

Sí, lo sé: muy light.

– Apenas me crucé con nadie y había gastado mis ganas de sociabilizar el día anterior, así que mi escaso tiempo libre transcurrió en mi dormitorio, con la inestimable compañía de mi portátil.

– Mis compañeros de residencia comenzaron a agregarme al tuenti. Cuando me di cuenta de las implicaciones de esto, me vi obligada a quitar toda referencia a mi blog en mi tuenti. Sólo me faltaba que los compañeros se pusieran a leer lo que estoy contando… ¡las tecnologías son un peligro!

– ¿Recordáis lo que comenté en la entrada anterior sobre la limpieza? Pues bien, ayer alguien entró a «limpiar» mi cuarto. ¿Cómo lo supe? Todo seguía igual, salvo una cosita: la papelera, que estaba vacía…

– Realicé un descubrimiento singular: me roban el papel higiénico.  Como recordaréis, cada persona compra sus sábanas, su gel, su champú, sus toallas… y su papel higiénico, pues no se dignan a ponérnoslo. Aquí es costumbre ser confiado, tener buena fe e ir dejando en el aseo ciertos artículos para ahorrarte ir y venir como Santa Claus cada vez que se te ocurra ir al baño. Dichos artículos son la pasta de dientes, el cepillo de dientes, gel, champú, esponja… y papel higiénico.  La cuestión es que como ha llegado más gente a mi planta, cada vez que voy al baño me encuentro conque mi papel higiénico va mermándose. Es natural. En un primer momento me molestó, así que el papel volvió a mi cuarto… hasta que reparé en que ir al cuarto de baño, no reparar en que no hay papel y darte cuenta cuando tienes necesidad de limpiarte de que no hay papel es molesto – y gracias de nuevo a los pañuelitos de papel que siempre me acompañan- .

 ¿Qué es más inteligente, tolerar que me roben el papel o ponerme con él en plan urraca?

La respuesta me la da La Trinca «Justo a la hora de evacuar no van las clases a luchar»… anexo video explicativo: ODA AL PAPEL HIGIÉNICO

Notas del día 8:

– Conseguí levantarme a mi hora… pero el Factor Silvia volvió a hacer su genial aparición, porque:

a) El pelo, que parecía que iba a estar bien, se me engrasó súbitamente, lo que me obligó a invertir tiempo en lavarlo. Ya os dije que era muy simpático y según le dé aguanta dos días o sólo uno.

b) La regla, que se había ido dos días atrás, volvió de repente y me había pillado sin esos accesorios femeninos destinados a proteger nuestro honor y nuestras bragas. Mi bolso, que guardaba el último de dichos accesorios, vuelve a ganarse una vez más todo mi cariño.

c) Mis pies, en vez de mejorar, van a peor. Oh dolor, oh pena, oh hecatombe.

– Desenlace: Tocó tomar otro taxi. Y ya van dos días. Como si los dineuros fueran interminables.

– Durante la comida, me encontré con uno de los dueños de la resi y me comentó que quiere que amadrine a un francés. El chico en cuestión no sabe nada de español y sus padres le han enviado a España para que se impregne bien de lengua e idiosincrasia. Como parece ser que soy la única maestra, y aún a pesar de que no entiendo una palabra de francés, me han pedido que le ayude a encontrar un lugar en el que puedan enseñarle español y que le eche una mano si me es posible. Todavía (escribo esto a las 17.30 de la tarde) no le conozco, me lo presentarán en una hora… y tendré que ir acabando pronto esta entrada, porque también debo hacer tarea del cursillo, algunas compras y prepararme psicológicamente para darme un baño de idiosincrasia, pues esta noche sí que voy a sumarme al botellón. Será muy interesante llevarme al francés, el alcohol desarrolla las capacidades comunicativas.

Anuncio: Próximamente… las aventuras de Silvia gallina y Monsieur Pollito.

Será continuado…