Diario de la resi. Notas de los días 10 y 11.


Día 10. Continuación:

En una maratón contrarreloj, conseguí arreglarme, salir, comprar el regalo, llegar a tiempo al Palacio de Congresos (que es donde se toman los autocares para los pueblos) y llegar a casa de mi primo a la hora prevista.

El cumpleaños fue más tranquilito de lo que una esperaba. En su casa se mezcló gente de muy diferentes edades y circunstancias. Me quedé pensando que mi primo, aunque sea mayor, ha salido a mí 😛 porque una también se mueve en entornos muy variopintos… aunque evidentemente se le veía mucho más en confianza cuando en su casa nos quedamos sus amigos del trabajo y yo misma. Todo muy doméstico, no se salió de marcha, tampoco hacía falta.

Obviamente, no volví a la residencia para dormir, no soy tan cabrona de hacer que se desplacen en el coche después de la fiesta sólo para dejarme ahí, por lo que me quedé a dormir en casa de la prima a la que visitamos el primer día.

Día 11:

Este día se me está fugando casi sin darme ni cuenta. Desayuné con la familia, mi primo me dejó en la parada del Palacio de Congresos… y en lugar de volver rápido – ¿Acaso me esperaba alguien? ¿Acaso tenía prisa?- me dediqué a dar una vuelta por el mercado medieval que han puesto ahí. Hay de todo: tiendas variadas, teterías, kebabs y demás lugares para comer, y espectáculos como danza del vientre, lanzadores de cuchillos, gaiteros… y, como es lógico, me era materialmente imposible pasar por allí sin hacer gasto.

Cositas que me he comprado:

– Una bolsa sorpresa. La mía contenía una gran horquilla para el pelo que no puedo usar (aún) porque lo tengo corto (¿será una señal para que me deje melena?) y una pulserita de la suerte.

– Un collar de una luna. Me ha encantado. Lo llevo puesto ahora mismo.

– Una figurita de un búho. Siempre me han atraido las figuritas de búhos y lechuzas, mientras me duran suelen ser mis amuletos para la suerte académica, aunque seguro que os parece un poco estúpido… pero todos tenemos nuestras tonterías ¿Verdad?

– Un saquito de semillas, como regalo para mi madre. Es de estos que se calientan en el microondas y te quitan todos los dolores. En mi casa se consumen muchísimo. Además, ¡huele genial!

Y tras esto, me dediqué a recorrer la calle Alhamar. El destino, en forma de cartel en el que indicaba que la ruta de tapas estaba en Alhamar y San Antón, me indicó que debía recorrer esa calle y meterme en sus bares. La verdad es que están muy bien, aún a pesar de ser domingo y de que no todos estaban abiertos. Habrá que volver a recorrerla otro día en el que estén abiertos todos.

Llegué a la resi con un sueño cervecero interesante – es lo que conlleva el tapeo- y me dormí una siestecita de dos horas. Me desperté con el aviso de Gema, mi amiga murciana, que está en Granada y que de aquí a un rato quedará conmigo para que nos demos una vuelta. A ver si tengo suerte y consigo, puesto que ella por tener novio aquí conoce Granada mejor que yo, que me dé una vuelta por la zona de las teterías, que tengo mucha curiosidad.

¡Será continuado!

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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Una respuesta a Diario de la resi. Notas de los días 10 y 11.

  1. hengo dijo:

    No pareces una persona muy ahorradora XD Con lo de los búhos me recuerdas a mi madre (sí, ya sé que es una frase odiosa, venga de quien venga), ella hace colección y si no tiene 300 no tiene ninguno. Acabaré teniendo pesadillas con los bichos esos.
    Jo, pues no se dirá que te aburres durante los findes allí!

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