Uf, ya van 12 días, casi la mitad de lo que tengo que estar aquí. ¡El tiempo vuela!
Notas del día 11:
¡Conseguí mi propósito! ¡Gema me llevó a la zona de las teterías! ¡Gracias, guapa!
De aquella incursión (excursión) nocturna, saqué las siguientes conclusiones:
– Todos los días había estado cruzando la Gran Vía para ir a mi curso… y no me había dado cuenta. PD: Debe ser la calle más importante de Granada.
– Ya había estado antes en la zona de las teterías… pero jamás había entrado en una tetería granadina. PD: Me quedé con unas ganas locas de fumar en cachimba, no por fumar, sino por la cachimba. El tema es que yo no he fumado jamás (ni falta que me hace) y me daba vergüenza probarlo así por primera vez y atragantarme en directo en un lugar lleno de gente. No obstante, la panzá de reír que nos dimos Gema y yo observando «cómo fumaba la gente» (para ir cogiendo la técnica) y «qué peligros corrían» no tiene precio.
– En Granada se tapea, pero no como en Almería.
Explicación para los no españoles: en el sur de España tenemos la costumbre de regalar una pequeña ración de comida (a la que llamamos tapa) con la bebida si dicha bebida es alcohólica (mosto, vino, cerveza, tinto de verano).
La diferencia entre Almería y Granada es la siguiente: En Almería hay una carta de tapas y puedes elegir la que tú quieras. En Granada, las tapas las van poniendo por rondas, no puedes elegir, de tal manera que te van poniendo una «primera», una «segunda», una «tercera»… según el número de veces que hayas pedido. Como resultado, son tapas más abundantes (cada tapa es más grande) pero menos variadas que en Almería.
Y os diré además que los granadinos manifiestan auténtica devoción por las «miniroscas» tostadas de york y queso. Me las pusieron por varios sitios.
– Reparé por primera vez en que el hijo de la limpiadora-encargada-mujer para todo de la resi está espectacular. El caso es que salta a la vista, pero no reparé en ello hasta que Gema me lo señaló. También es cierto que nos pasamos al menos media hora contemplando una pantalla azul en la que se leía «Telefónica; cargando Imagenio…» y el muchacho mencionado fue quien nos resolvió el problema; un detalle que embellece la percepción que tenía del susodicho.
PD. Las cachimbas me persiguen. Parece que a esta mujer (la mujer para todo) le regalaron una cachimba y ella se la cedió a los residentes de la resi A. Cualquier día me acerco a probar, aunque… los nenes de 17-21 saben latín y hay tanto riesgo de hacer el ridículo ante ellos como de hacerlo en una tetería.
Notas del día 12:
– ¡Inexplicablemente madrugué! Creo que se debe a la siesta cervecera del día 11. Quizá sea esa la solución a mis problemas de falta de sueño y de puntualidad. Pese a la siesta, seguía costándome trabajo salir de la cama, pero al menos era capaz de escuchar el despertador. Es más, incluso he tenido tiempo de desayunar con los víveres y béberes que compré el sábado pasado en Hipercor y me he permitido el lujo de adelantarme diez minutos a la clase. Deben estar muy divertidos conmigo en el curso porque no tengo término medio: o llego escandalosamente pronto o llego escandalosamente tarde. Tocará seguir durmiendo la siesta para ver si sus saludables efectos se mantienen y me hago así capaz de ir a clase a una hora razonable.
– Mi única camisa de invierno se ha manchado de salsa de tomate. Y encima, es blanca. Guay. Añadámosle que ya entregué la bolsa de la ropa sucia, así que hasta dentro de una semana no puedo entregar otra. Otra vez guay. No me queda de otra que a) volver a Almería a coger ropa de más abrigo (y no me da la gana) o b) gastarme dinero en más ropa (para infinita alegría de mis padres). Está cantado que optaré por la b, otro tema es cuándo: mañana podría ir a comprar pero es festivo, así que previsiblemente estará todo cerrado… y el resto de los días son muy intensivos, así que tocará esperar al fin de semana.
– Hoy no debería tener clase por la tarde… pero tengo, ya que mañana es festivo, la clase que debería darse mañana por la tarde pasa a hoy, es decir… que hoy lo que toca es acabar de escribir la entrada del día en el blog, dormir un ratito, ir a clase, cenar, entrar al MSN, leer y volverme a dormir… ¡Ay!
Así que os voy dejando, no sin antes recomendaros un programa que me ha copiado un compañero del curso: se llama «Rosseta Stone» y es un programa graduado por niveles para aprender idiomas por la red. En versión «legal» vale un riñonal (granja de riñones) pero a través de «Taringa» se puede conseguir sin grandes esfuerzos, o eso me han dicho.
Y el que este libre de culpa, que tire la primera piedra – siempre y cuando no sea la de Rosseta-. Aquí hay una que se va a poner a practicar inglés y a aprender francés desde cero para compensar sus deficiencias endémicas en idiomas. Las nuevas generaciones vienen muy fuertes.
¡Saludos!
Con la cachimba es imposible atragantarse, al menos si lleva sólo tabaco como en las teterías 😉 Es muy, muy, muy suave. Ni comparación con los cigarros. Te sorprendería (o te sorprendió, tal vez, porque yo he leído hasta el día 11 y a partir de ahí a saber qué habrás hecho xD)
Lo del chico de la resi… ¿ves? Tanto rallarte con el señor Siglas Que No Recuerdo (¿LRI?) que no estás atenta a los granaínos! XD
El Rosseta Stone también lo probé yo! Pero una es muy inconstante, lo abandoné a los dos días.
PD: Dices que la solución a quedarte dormida por las mañanas es la siesta… ¿y si son las cervezas, más bien? Yo que tú no dejaría de probar este método, a ver si va a ser eso!