Notas del día 15:
¡Ya sé cómo se llaman las cervezadas en Granada! Se llaman barriles o barriladas. Explico por si no lo había explicado, que una cervezada/barril/barrilada es una fiesta organizada por una facultad, ya sea en la misma universidad o en un pub. La idea es que se bebe mucho y mucho más barato de lo normal.
Aquella noche no había una barrilada, sino dos. Una de ellas era de Fisioterapia y ofrecían masaje a 5 €. Os lo prometo. Los hay que trabajan incluso en semejantes ocasiones. Mis compis y yo fuimos a curiosear ambas, pero andábamos perezosos y no encontrábamos a nadie y cuando lo encontramos, era como si no lo hubiéramos encontrado… porque dimos con la gente más estúpida de la resi A, ni nos saludaron.
Al final acabamos haciendo botellón doméstico, con ayuda del chino (proveedor abierto a todas horas) y nuestro estupendo saloncito de la resi B.
PD. Este día jugamos a decir cómo creemos que somos los demás. A mí me calificaron como alegre, vital y sincera de más. De esta última coletilla no me libro nunca ¿Por qué será? jejeje…
Notas del día 16:
El día se esfumó en tareas académicas: por la mañana clase, por la tarde deberes (y no los terminé). Hay que decir que la anécdota del día la protagonizaron dos de mis profesoras, que cuando se enteraron de que sé echar el tarot (sí, una de mis habilidades extracurriculares) me consiguieron un tarot para que respondiera a alguna de sus preguntas.
Buen modo de enterarme de la vida sentimental y laboral de ambas, e incluso de la situación económica del lugar en el que me gustaría trabajar… y, por cierto, parece que debido a la crisis la situación no es demasiado buena… ¡ay!
Por la noche fui de tapeo con los compis y parecía que íbamos a salir, pero nos dio pereza y acabamos charlando los 3: el minigeólogo, el gaditano (que resultó que no era gay, le gusta una chavala) y yo misma.
Hemos tomado como cuartel la habitación 6, que es uno de los dormitorios vacíos. Nos pilla mucho más cerca a todos de nuestros propios dormitorios que el salón. Allí nos vamos a leer y a charlar, sentados sobre la cama o en el suelo. Es un puntazo.
PD. ¡Día Ecuador! A partir de aquí, ya he pasado la primera mitad del curso y de mi estancia.
Notas del día 17:
Hoy ha aparecido uno de los factores estrella. Seguro que estábais echándolo de menos. Es… (tachán) ¡El Factor Padre!
La historia ha comenzado con una llamada de mi madre que se podría resumir del siguiente modo «Silvia, tu padre va a verte, pero él quiere que sea una sorpresa, ¡hazte la sorprendida! y tenle mucha paciencia, que es él quien te paga el curso… recuerda que todo el tiempo que él esté por aquí es tiempo de descanso para mí».
Una se ha echado a temblar, tengo unos cuantos motivos:
– La última vez que le vi (cabe recordar la primera entrada del diario) tardó unas siete horas en dejarme marchar.
– Este finde era el primero que me quedaba con compañeros en la resi. Son gente que se suele ir los fines de semana. Al llegar mi padre tan inoportunamente, me complica el quedar con ellos.
– Tengo muchos deberes para el fin de semana. Como dije en el anterior post, este lunes comienzo las prácticas. ¡Socorro!
– Además, seguro que llega en plan fiscalizador… y odio cuando se pone en plan fiscador… ¿Es que no puede pasar un triste mesecito sin verme? Diréis que me quiere mucho, pero hay amores que matan.
Os voy dejando. Debo vestirme. Mi padre llegará, como muy tarde, en media hora.
Será continuado
Qué gran ciudad Granada…! Sra. Resi, me ha encantado su última frase «Os voy dejando. Debo vestirme. Mi padre llegará, como muy tarde, en media hora», es digna de un microrrelato… De todos modos, más interesante es que sepas tarotear, sin duda. Saludos del Sr. Resi
Me dejas sumida en la incógnita… ¿Quién eres? De algún foro «létrico», seguro… la referencia a los microcuentos te delata, pero no sé quién puedes ser… misterios de la vida blogger 😀
No sé por qué eso de beber mucho y más barato no me gusta nada.
Pensar que cuando yo tenía veinte, ni los muchachos bebían. Es más, los hombres adultos solían hacer bromas sobre el hecho de que los jóvenes bebían únicamente gaseosas. Alguna copa cuando se salía de noche. Nunca en exceso, lo que por otra parte -si alguien incurría en eso- era muy mal visto y podía despedirse de seguir formando parte de un grupo o que una chica normal aceptara salir con él. En fin… cosas de los tiempos.
¡Hola Raphaela!
Ahora la gente bebe al más puro estilo cosaco, esa es la verdad. Cada época tiene sus modas tontas y la nuestra se presta a esas cosas, aunque también hay gente que no bebe o que bebe con cabeza.