Hace unos días, en el telediario de TVE-1, se emitió un pequeño reportaje acerca de la situación de las presas que llegan a la cárcel embarazadas o con niños muy pequeños y de cómo la ley permite que en su primera infancia esos niños puedan estar viviendo con sus madres en condiciones apropiadas para que no se vean carentes de afecto.
En un momento dado, se mostraba en pantalla un aula llena de juguetes, mesas, sillas y motivos infantiles en la que había una profesora con unas fichas en la mano y que preguntaba a los niños: ¿Qué es esto?
La imagen mostraba un secador, pero a un niño (o niña, lo ignoro, permitidme el uso del masculino genérico sin ánimo machista, por comodidad lingüística y costumbre literaria) se le ocurrió decir con su media lengua: «Una otooooooo».
La profesora replicó sin pensar: «¡Es un secador!». La clase entera repitió, como quien repite un mantra: «¡secador!».
Y sin embargo, la criaturita, macho o hembra, tenía razón: no era un secador, ERA UNA FOTO.La respuesta era correcta.
Me imagino al nene, guardando silencio, con esa misma expresión de «tú dirás misa… pero la tierra se mueve» que patentó Galileo y, quizá, dentro de unos años, si de algún modo recordara la anécdota, podría imaginarse en plena discursión platónico- borgiana con su profesora, planteándose sesudamente si en las letras de la rosa está la rosa y todo el Nilo en la palabra Nilo, como recitaba Borges en «El Golem».
O puede que el pequeñín se quedara con la sensación de haberse equivocado y en el futuro se vea cometiendo esos errores típicos de adultos como confundir policía con seguridad, juez con justicia, político con gobierno, escuela con educación, filosofía con verdad…
Me pregunto cuántas veces los maestros (y me incluyo en un sentido corporativo) por no escuchar a los alumnos cuyas respuestas salen de nuestras previsiones, hemos perdido oportunidades que benefician a toda la clase y aplastado los talentos que pueden surgir en nuestro grupo.
Para mí el peque de la anécdota es un fuera de serie. Espero que la escuela no se lo cargue.
Grande!
De hecho (y aunque no me guste especialmente) eso me recuerda a un tipo muy apreciado por aquí:
http://en.wikipedia.org/wiki/The_Treachery_of_Images
Vamos, que eso no es una pipa.
A cuidarse!
¡Qué punto! siempre tienes el enlace o el comentario apropiado para la ocasión. Todos los días se aprende algo, no conocía lo de la pipa que no es pipa 😀 pero viene a demostrar aquello de que la historia se repite.
¡Nos vemos!
🙂
:))))