Personas de múltiples finales


Ayer hablaba con un amigo que es como yo. Quien nos considera bien nos llama versátiles. Quien nos considera mal, se refiere a nosotros como vagos, inconstantes, inmaduros, faltos de capacidad de decisión… y apelativos similares.

Un poco hay de verdad en ambas formas de vernos. Tenemos el impulso de hacer muchas cosas, no podemos estar quietos, si estamos demasiado tiempo con una misma actividad, nos aburrimos… pero tampoco tenemos claro cuál es nuestro rumbo o dónde vamos a acabar. Es cierto que en el fondo nadie lo sabe, pero… hay gente que parece tenerlo muy claro ¿no? Y a esa gente que parece tenerlo claro y que es capaz de concentrar de modo constante todos sus esfuerzos en una sola meta hasta lograrla se la considera madura y digna de admiración.

Como acabo de explicar, no es nuestro caso.

Este amigo, que no hay día en el que no se esté replanteando su futuro e incluso su presente, me contaba qué consejos le dan otros amigos. Ya se sabe que son los demás los que tienen la solución a nuestros problemas y el sentido de nuestras vidas en sus manos y pecarían de gran egoísmo si no se dignaran a iluminarnos de cuando en cuando.

Pues bien, en un momento de la conversación, este amigo me dijo:  «según (…) uno de mis múltiples finales es abrir una academia».

Ignoro si esa fue la expresión que utilizó (…) o si aquello fue una licencia literaria de mi amigo, pero me encantó, me recuerda a aquellos libros infantiles de «elige tu propia historia». Para quien no los haya conocido o no los recuerde, hace más de una década (puede que dos décadas) había unos cuentos en los que al final de cada capítulo el lector tenía que tomar una decisión – si quieres entrar a la cueva, pasa a la página 15, si no quieres entrar, continúa en la 37-. De ese modo, la historia continuaba según decidiera el lector… y un mismo libro podía dar mucho juego.

Como veis, la expresión es perfecta. Considero que todos tenemos muchos frentes abiertos, pero quienes además somos variables e inconstantes, más todavía. Cada vez que abrimos un frente nuevo, se abren más «finales» posibles a nuestra singladura. Podríamos acabar de múltiples maneras, cada vez de más, y nunca tenemos claro cuál de ellas preferimos ni cuántos de esos posibles finales ignoramos.

Eso también me recuerda a una anécdota de bar. Hace una semana quedé con unas amigas y me di cuenta de que a todas nos quedó el antojo de haber estudiado periodismo. Entonces les planteé la siguiente pregunta: «Si con el tiempo las circunstancias (tiempo, dinero, salud, familia) lo permitieran ¿Haríais periodismo por satisfacción personal?» Una de mis amigas me contestó «Silvia ¿tú te ves trabajando de periodista con 50 años?». Mi respuesta fue «Tengo 27 años y cuatro profesiones, así que con 50 años o mañana mismo me veo haciendo lo que a ti te dé la gana».

Se partieron de risa.

Es lo que tiene ser una persona de múltiples finales… aunque, en honor a la verdad, no he culminado nada; por lo que sólo puedo afirmar ser una persona de múltiples principios.

¡Ay!

Necesito este video:

Mis citas favoritas del video:

No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué querían hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, alguna de las personas más interesantes que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Quizás te cases, quizá no. Quizás tengas hijos, quizá no. Quizás te divorcies a los cuarenta. Quizás bailes el vals en el 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Siempre optarás por una cosa u otra… como todos los demás.

¡Nos leemos! 🙂

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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5 respuestas a Personas de múltiples finales

  1. raphaela dijo:

    Supongo que a vuestra edad uno hace preguntas ociosas. Si las circunstancias se dan y son favorables, uno siempre hace aquello que le gusta hacer pues lo de circunstancias favorables hace pensar que al gusto se añade la oportunidad. Lo de verse o no verse a los 50 cuando se tienen 27… es más que relativo. Uno puede ni siquiera verse. Es dificilísimo imaginarse con 20 años más. Y mejor no pensarlo: se puede llegar mucho peor de lo que imaginas, o mucho mejor; hacer periodismo por gusto desde la altura de una situación brillante… o como lo mejor que se puede hacer dada la necesidad de parar la olla. La vida… tiene cruces de ruta con miles de caminos que se abren. Todo es posible y es bueno pensar que todo lo bueno es muy posible. Besos.

  2. vengatriz dijo:

    Gracias por ese comentario. Insta a la esperanza.

    ¡Un abrazo, guapa!

  3. Pingback: Personas de múltiples finales | multibancos.es

  4. fmateo dijo:

    Sí que es difícil verse sumergido en cómo seremos dentro de 50 años… más si no sabemos como seremos el año que viene. La actualidad no nos permite, al menos a los que somos jóvenes y apenas estamos empezando a movernos, hacer las cosas que en otro tiempo nuestros padres veían plausibles. Es una pena que ahora estemos tan bien preparados y sin posibilidad alguna de tirar «pa lante».

    fmateo.wordpress.com

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