Primero la boda de Guillermito y Kate. Bueno, una boda siempre es una buena noticia, pero estos monitos que jamás van a tener que preocuparse por su porvenir sólo existen porque todavía los ingleses los consideran divertidos y ya se sabe… al pueblo pan y circo y a falta de pan, circo y más circo.
Luego, la beatificación de Juan Pablo II. Para quien todavía no lo sepa, el ser beato es el paso previo a ser santo y ser santo no deja de ser un honor singular que se da en la tierra en la curiosa esperanza de que tenga alguna incidencia en nuestro panteón ultraterreno. Yo a estos procesos los llamo «óscars de la iglesia». Se premia a la buena conducta, así como a la popularidad. En este caso sospecho que hasta los más pro-eclesiales estarán de acuerdo conmigo en que se está premiando más lo segundo que lo primero. ¿Lo más divertido del asunto? Esa necesidad de sacarse milagros de la chistera para concederse a sí mismos la libertad de conceder premios. Ahora debo creerme que JPII curó a una monjita enferma de Parkinson. Francamente, sólo hay una santa moderna a la que respeto, y esa sí que fue nombrada por aclamación popular, y esa santa es Teresa de Calcuta.
Ahora me entero de lo del asesinato de Ben Laden. Como alguien me dijo hace poco, la democracia no existe, son los padres. La muestra de ello es que un presidente, sobre todo si es el de EEUU, puede hacer lo que, dicho mal y pronto, le salga de los cojones. Yo pensaba que según nuestro moderno y occidental modo de ver el mundo, se ha de juzgar a los criminales antes de condenarlos, con independencia de la naturaleza de sus crímenes y de su condena. El proceso lógico para eliminar al líder del moderno concepto de yihad hubiera sido 1. capturarle, 2. meterle en prisión, 3. juzgarle a través del tribunal de La Haya y 4. condenarle y aplicar la pena según decida La Haya. Pero no, lo que se ha hecho es mandar a un comando, asesinarle y enterrar bien rapidito su cadáver en el mar antes de que nadie lo vea, supuestamente por sensibilidad a los principios religiosos, aunque tanta sensibilidad no me cuadra demasiado con las políticas internacionales de los EEUU. Y no contentos con esto, nos enteramos de la noticia por el mismo Obama, que se muestra orgulloso de lo que ha hecho, y descubrimos con perplejidad absoluta cómo no sólo no es condenado por su comportamiento, sino que además se le felicita por ello. Probablemente acabe de asegurar (nótese que en aquellas tierras andan en fechas electorales) sus próximos cuatro años en la Casa Blanca.
Al final va a ser cierto que la diferencia entre Obama y Osama se encuentra sólo en una letra.
Y mientras tanto, España incuba otra huelga de jóvenes para el próximo 15 de mayo. Os recomiendo que os paséis por dos enlaces que he añadido hoy a mis blogs amigos:
http://www.juventudsinfuturo.net/2011
Porque además de despotricar en los bares, que es nuestra especialidad nacional, y quejarnos en los blogs, afición de nuevo cuño de la que soy adepta, como sabéis, puede que sea necesario volver a creer en la dudosa utilidad que tiene agruparnos, tomar las calles y cagarnos en los muertos de todos aquellos que han condenado a nuestra generacion a carecer de futuro e incluso de presente.
Un abrazo generalizado
Amen.
Chimpón
Bueno,
Relativo al asunto beatificación:
http://blogs.publico.es/manel/3440/hoy-beatificacion/
No las tengo todas conmigo, es un poco cínico, pero… tampoco es mentira.
Es una verdad como un templo. Además, los días del calendario están cada vez más concurridos.
La Iglesia católica siempre ha tenido a bien decirle a Dios quien es santo y quien no, para ahorrarle trabajo, imagino. Pronto habrá un santo patrón protector de los pederastas.
La boda de principes y de chicas del pueblo… es que después de haberme visto tropecientas veces las películas de disney, me rerafirmo en la república.
Al final todo serán repúblicas. Es una cuestión de tiempo, las monarquías son un atraso.
PD: Me parece curioso que nadie haya opinado nada de la extraña muerte de cierto terrorista de cuyo nombre no quiero acordarme…
Ya que otros han hablado de la boda (y no tengo qué agregar), yo diré que el tema de la santidad no es asunto de popularidad del santo en cuestión: nunca lo fue ya que recién en las últimas décadas con el desarrollo de los medios se puede hablar de ello. Hay santos que fueron tan modestos y tan poco conocidos fuera de su lugar de residencia que se han perdido sus nombres, como el llamado Santo Cura de Ars, al parecer modelo de sacerdote humilde, consagrado a su pequeña comunidad. Tampoco puede decirse que la Iglesia le ahorra el trabajo a Dios. Allá arriba, si es que hay arriba (qué quieren, no estoy segura) Dios debe haber otorgado méritos de santidad a muchos que lo fueron y cuyos «prójimos» no se enteraron o no se quisieron enterar o se olvidaron de proponerlos como santos o el expediente se perdió en alguna persecusión religiosa o en alguna noche de parranda. No me pregunten de quien. No lo sé. ¿Quieren que les diga algo? Lo de la santidad me preocupa mucho porque se supone que los santos son modelos de conducta, modelos a imitar por todos los cristianos, guías, muestras de cómo se debe ser, de cómo se debe aspirar a ser. Y no quiero escandalizar, de hecho me cuesta horrores decirlo, me ha dado angustia en estos días, pero… no estoy tan segura. Y hasta aquí.
En cuanto a la muerte-asesinatoonosequé de Ben Laden… qué decir. ¿La ética, la limpieza de procedimientos y/o las «buenas maneras» de Occidente indican que debió capturárselo? Mmmm… No creo que se hubiera dejado: estos personajes nunca se entregan porque saben que los torturarán salvajemente, máxime cuando se trata de líderes que no pueden decir «no me tortures más, yo no sé nada, sólo conocía a mi contacto». Hay sin duda una guerra. Con episodios a veces muy separados unos de otros en el tiempo. Pero hay una guerra. Y he aprendido que en las guerras nadie es bueno . NADIE. No sé si se lee clarito. Sí hay unos menos buenos que otros. Pero nada más. Con respecto a los acontecimientos de ayer… todo es tan turbio, tan raro. No me creo nada de nada. No es que no crea que no lo mataron. Lo deben haber matado porque de lo contrario el papelón sería mayúsculo. Pero nada fue como dicen. El relato hace agua por todos los costados. ¿Sólo mataron a tres hombres y a una mujer además de matar a B.L? Quiere decir que no había por lo menos diez tipos custodiando esa casa y dispuestos a morir por su jefe y resistir aunque sea unos minutos para darle tiempo a intentar algo, meterse en alguna cámara subterránea, bunker, etc? mmmm… Y na más para que no se inicie una peregrinación constante a su sepultura, lo lavaron y lo tiraron al mar? ¿No es eso peor si es que se teme una venganza? MMmmmm…. Todo rarito. Tan oscurito que oscurece hasta la piel de Obama. Mondo Cane. Lo único bueno es que dentro de una semana nos habremos olvidado de esto. Lo que no sé es si los norteamericanos son tan pero tan estúpidos como los quieren hacer aparecer. Me han dicho que en muchas ciudades nadie celebró. Y que muchos desconfían. En fin, mañana es otro día, chicos. Salud!
No me consta que haya muerto el terrorista al que aludes, quizá esté preso en alguna base militar norteamericana recibiendo «canela fina», vaya usted a saber.
Pienso como vosotros, esa historia de que, tan fácilmente después de diez años, hayan tomado la casa, pegado cuatro tiros, tiroteado a B.L y, con la máxima consideración, «enterrado» en el mar… huele fatal.
Acabo de encontrar un artículo en «20 minutos». Lo voy a copiar, porque arroja luz a los misterios (o misterios a los misterios). Ya me diréis.
A Vicente le digo que tiene razon, que no nos consta para nada que lo hayan matado. Yo dije sólo que creo que sí, por lo que significaría de papelón para EEUU, aun si lo tuvieran en algún lugar haciéndolo vomitar información y tripas, y aun si la explicación que se diera a posteriori fuera que se hizo eso nada más que para evitar que intentaran rescatarlo. De todos modos, de ser así, calculo que los que tienen que saberlo lo saben, y lo buscarán hasta encontrarlo. Claro que para entonces puede estar muerto y bien muerto. Y existir fotos verdaderas. Y decir alegremente: recién ahora nos resultó oportuno mostrarlas. Es una guerra: nos guste o no. No es el Estado administrando justicia a quien ha configurado con su conducta el tipo legal correspondiente al delito. Es un sistema contra otro sistema, y ninguno de los dos es «humano» a la hora de combatir. ¿O no?