VII: Experiencias pre-profesionales: ¡Teleoperadora! (3)


Primer día de trabajo-  Fin de la historia:

El primer día de trabajo fue desconcertante. Cuando las tres nuevas llegamos, ahí no había nadie. No me refiero sólo a que no hubiera teleoperadoras o comerciales rondando. Quiero decir que no había nadie a excepción de nosotras mismas y nuestro jefe. Nos miramos unas a otras con cara de «¿Hoy es festivo y nadie se ha dado cuenta? ¿El agua de la máquina de la empresa está envenenada y todos, salvo nosotros, han pillado un ataque fulminante de cólera?».

No recuerdo si lo pregunté yo o si lo preguntó alguna de las otras chicas, porque en aquel momento formábamos parte de una entidad colectiva «las nuevas» y a pesar de la competitividad que habría de darse entre nosotras, nos unía la misma inseguridad y la misma sensación de desconcierto. El caso es que una voz femenina planteó lo que todas las demás andaban pensando: «¿Qué pasa aquí?».

«¡Pues que están todas hoy de día libre y es un día estupendo para practicar! ¡Considerad que estáis en una segunda fase del proceso de selección!».

Pero aquello no era una segunda fase del proceso de selección. Aquello era cubrir de gratis (al menos para mí, que no había sido dada de alta en la Seguridad Social) una ausencia masiva de compañeras. No obstante, seguí el consejo de los famosos tres monos sabios: ver, oír y callar…

Por suerte, y ya me meto a hablar del siguiente día, pronto trabé amistad con una de las veteranas: una mujer divorciada, con dos hijos a su cargo, que había llegado a cobrar hasta el doble de lo que estaba cobrando ahora mismo porque era la mejor vendedora de la empresa, y que ahora se veía relegada a un puesto inferior y además sin derecho a antigüedad: «Lo que pasó el otro día fue lo siguiente – me explicó- nos obligaron a todas, pues nos obligan periódicamente a firmar nuestro despido, y luego pasamos un margen de horas que no podemos ir a trabajar, porque la ley no lo permite, y al día siguiente volvimos a ser contratadas, de este modo no nos deben antigüedad ni adquirimos otro tipo de derechos».

Esa fue la misma mujer que, como vivía relativamente cerca de mi casa, se comprometió a llevarme y recogerme en coche cuando pudiera y la que me aconsejó que en cuanto me fuera posible, que me largara, que si ella permanecía en ese trabajo era por la necesidad imperiosa de mantener a sus hijos pero, que si estuviera en mi lugar, ella no seguiría ahí.

Y, como la historia demuestra, le hice caso. Ya sabéis, pues creo que lo conté en las dos anteriores entradas,que me cambiaron el horario, que me vi desplazándome sola cuando en principio pensaba que me podría ayudar esta compañera, que mi horario era incompatible con darme de alta en la Seguridad Social y que ellos se negaron a hacerme el trámite (y mientras una no tiene número, para quien no lo sepa, una no tiene contrato, por lo que se dedica a trabajar gratis), que el clima de competitividad era horrible, que la inseguridad también (ya conté que hacían las selecciones de personal delante de las que estábamos a prueba, lo cual da una confianza que te cagas)… y ello por no hablar de lo que supone coger el bus de vuelta a altas horas de la noche en un polígono industrial perdido en la provincia de Almería en el que cualquiera que quisiera podía hacerme lo que me diera la gana sin que se enteraran ni los grillos.

Por tanto, lo dejé… y es un episodio que ni siquiera figura en mi CV.

Tampoco cobré jamás los días trabajados… ni falta que me hace.

Conclusión: Si vuelvo a optar a un puesto de teleoperadora, prefiero mil veces atención al cliente que teleoperadora comercial.

Nota final: Mucho se cotilleaba entre bambalinas, como es normal en un entorno tan revuelto. Entre otros rumores, llegó a mis oídos que mi jefe, lamborghini-man, el que se ufanaba de haber sido jefe de personal por su incuestionable talento para las ventas, realmente ascendió por causa de un braguetazo y, lo que es peor, una vez hubo ascendido, le puso a su pareja más cuernos que los que tiene un saco de caracoles… con tanta teleoperadora joven dependiendo de él, fácil lo tenía, ¿verdad?

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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5 respuestas a VII: Experiencias pre-profesionales: ¡Teleoperadora! (3)

  1. Vicente dijo:

    ostras, me habis asustado, ese trabajo es; según tengo entendido, muy cutre, pura explotacion

    • vengatriz dijo:

      De verdad, es horrible y no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Por eso consideraba especialmente importante compartir esa experiencia, aunque no fuera duradera en el tiempo.

  2. sylaxula dijo:

    vengatriz…me ha llegado tu entrada jaja. Mira te comento que ami me han ofrecido tambien un trabajo parecido, me aseguran un sueldo de 631 euros, mas comisiones…y tengo que «regalar un libro» por 5 €, ademas tengo un trabajo por las mañanas, que me da para muy poquito porque solo son 3 horitas, pero realmente no se si dejar el trabajo que tengo ahora mismo, por este, por lo que estoy leyendo es algo bastante parecido. Y la verdad no me fio mucho, ademas de que el trabajo de estafar a gente mayor, no entra en mis planes de futuro. La empresa se llama signo editores. Ami me tubiero un dia…de entrevista, otro de escuchas y dos practicando. Y al final me han cojido, empiezo el lunes, pero no estoy muy segura. ¿ Algun consejillo?

    • vengatriz dijo:

      Hola Syla. En principio no es la misma empresa que me cogió a mí, pero bien que podrían haber cambiado de nombre, ya hace algún tiempo de los hechos que estuve narrando. Cuando pidas un consejo, piensa siempre que cada cual cuenta la guerra según le va en ella. Hay personas a las que les ha ido muy bien de comerciales -y algunos parece, incluso, que no han tenido que renunciar a su honradez para ello-. Además, para poder valorar el caso necesitaría conocer las características de tu trabajo actual. Si no tuvieras trabajo sería más sencillo, bastaría con decir que probaras porque siempre estás a tiempo de irte. Ya has visto que a mí me bastaron cinco días. No obstante, la venta agresiva no va con mi modo de ser y por ello no la recomiendo a nadie. Si el puesto más demandado en cualquier empresa es el de comercial, piensa que por alguna razón será. Incluso aunque no estafaras (me refiero a vender a un buen producto a un precio adecuado y a no vender a personas mayores) este trabajo requiere meterse en tareas de acoso y derribo telefónico, que la gente se te cabree, que te insulte, que te exijan un ritmo de ventas…

      Y si tu voz interior no se fía, por algo será, algo debes haber visto antes de leer mi post que te ha puesto sobre aviso.

      Un abrazo, ya me contarás.

  3. Guadalupe Lucas dijo:

    Hola, ha sido una agradable sorpresa encontraros, soy socióloga y estoy llevando a cabo una investigación sobre los call center en España. Os invito a contestar una breve encuesta para mi investigación, os paso el enlace y muchas gracias. Guadalupe Lucas

    https://docs.google.com/forms/d/1V2ZZIziDVJZNkMpJXd2uTnfyRKtV-TksCTWvytSJnlc/viewform?usp=send_form

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