Día 6. Intentando cortar las dos orejas y el rabo


Al final la cita con el periodista se canceló; me mandó un sms por la noche diciéndome que le ha salido una cosa para hacer por las mañanas ¿? y que me llama en diez días ¿?. A saber, si las cosas van como van, lo más probable es que dentro de diez días no trabaje ahí. Llevo dos días pensando que, aunque en ocasiones termine harta de niños, me dan más dinero las clases particulares y que igual con el tema de haber sacado el B1 pueda arañar unos cuantos alumnos para los exámenes de septiembre. Aquí yo sigo sin vender, al igual que la padawan. Sin embargo, hoy mi otra compañera se hizo dos fichas de golpe, así que ya no soy la primera del ranking: el otro muchacho llevaba dos, esta chica también, luego voy yo con mi ficha y por último la padawan. Pobrecita, ella entró muy segura de sí misma, pensando que quien no vendía debía ser muy inútil, y ahora es la única que todavía no ha vendido nada.

No obstante, cabe la posibilidad de que pegue el pelotazo antes de irme: hoy he estado hablando con un señor que tiene un restaurante en el que instaló cuatro líneas de teléfono, así que le conviene coger ofertas baratas, porque gasta mucho. Lo mejor es que si le convenzo, me voy a hacer cuatro fichas con el mismo cliente y si hago eso, de golpe, sencillamente habré triunfado. ¡Ojalá pueda! Porque he decidido irme este viernes. Esto me quita tiempo, me quita energía y me deja con la sensación de que mi esfuerzo no vale nada, mientras que con el tema de las clases particulares, clase que doy, clase que cobro.

Y ahora, mis anécdotas del día:

  • Como imagino que sabéis, a las teleoperadoras nos graban todo lo que hablamos. Pero a veces para convencer al cliente hay que decir cosas poco ortodoxas, del estilo: «Usted aproveche la oferta, es verdad que en un año le va a subir, pero cuando pase el año será el momento de ponerle los cuernos, de amenazar con irse a otra compañía, que o esa compañía le hace otra oferta para que le salga más barato, o se la hará cualquier otro operador». Lo que yo no sabía es que para ese tipo de persuasión que incluye lectura y análisis de la letra pequeña las teleoperadoras no usan el teléfono del ordenador, sino el de la oficina, evitando así ser grabadas». Lo que una aprende, nen. Aunque ese teléfono tampoco lo puedes coger cuando te dé la gana, sólo cuando la coordinadora te da el visto bueno.
  • Hoy los ordenadores han vuelto a la normalidad, es decir, a putearme,sólo que de un modo distinto. En ocasiones anteriores se me quedaba bloqueada la página y no podía consultar el tema de la cobertura (cuántos megas le llegan a los clientes potenciales). Hoy eran más cabrones: simulaban funcionar pero me daban datos falsos, cosa que he descubierto casualmente cuando la padawan, ayudándome a mirar una información que a mí se me resistía ha acabado obteniendo un resultado DISTINTO al que obtenía yo, ante la atónita mirada de la coordinadora que con expresión cariacontecida ha demostrado comprender sin más explicación las implicaciones del Factor Silvia:  «Chica, lo tuyo no es normal, ¡tú es que eres gafe!».
  • Hoy hay dos llamadas peleando por el TOP, aunque una sería TOP simpatía y la otra sería TOP tocapelotas, que son las que suelo destacar. Incluso, si me pongo a arañar, podría sacar una tercera llamada: TOP vulgaridad.
  • TOP simpatía: Señora asturiana que aunque no se ponga el ADSL, me ha enseñado que «guaja» se le dice a las muchachas, me ha contado que quiere conocer Almería, ha estado departiendo conmigo acerca del mal verano que ha hecho en Coruña, lo mal que tratan las empresas a los pensionistas, la pena que le da su hijo, que acabado viviendo en León… que al final para lo de la tarifa plana lo tiene que consultar con su hijo (y que probablemente sea que no) así que no cuento con esta venta, pero he hecho mi buena obra del día y la mujer era un encanto de señora. Qué solas están a veces las personas mayores.
  • TOP tocapelotas: Una señora que estaba muy quemada del operador de telefonía e internet que tiene y que tenía pinta de futura cliente que, después de plantearle mi oferta (y antes de decirle de qué operador es) me suelta: «Yo estoy harta y me iría con cualquier operador, salvo con (operador X) porque los del (operador X) me tienen harta, que me están llamando nada más y nada menos que 15 veces al día, pero no a mí sola, a mí y a todo mi bloque». Ha sido una venta interruptus en toda regla, y otro motivo para reírse, justo lo que le estaba ofreciendo era de (operador X). He tenido que pedir perdón por existir, explicarle que somos unos mandados y aclararle que ni siquiera llamamos nosotros, que llama un ordenador. Se la notaba verdaderamente hartica a la pobre y causar aversión en la clientela no es un buen modo de vender.
  • TOP vulgaridad: Una mujer hoy me ha gritado lo siguiente antes de que me diera tiempo ni a saludar: ¡Dejadme en paz, estoy comiendo y ya me tenéis hasta el COÑO!».
  • Cómo no, las llamadas de la Padawan también han sido espectaculares. Por accidente (porque los ordenadores son seres que no piensan) ha vuelto a llamar a aquella señora que se partió la cadera y que le contó sus penas que hoy, imagino que sin reconocerla, le ha vuelto a contar lo mismo, pero añadiéndole el «cómo se hizo»: parece que un perverso y diminuto yorkshire se metió debajo de un coche y la señora, haciendo un espectacular placaje, se lanzó sin planteárselo siquiera debajo del coche, golpeándose contra el suelo y sufriendo la consecuencia lógica al desgaste pélvico. Qué motivos de partirse la cadera tan buenos tiene la gente; una vez mi madre casi se partió la suya tropezando en la cocina y no agarrándose a la encimera porque entre soltar la botella de Cointreau que estaba utilizando para aliñar los helados y agarrarse a la encimera y que le dieran por culo a la botella… decidió salvar la botella, cayendo al suelo con el culo hecho mixtos pero la botella en alto y a salvo.
  • Otras dos llamadas significativas que ha tenido fueron: 1. una señora mayor, inválida y enferma que le ha contado que está sola y que sólo va una muchacha a ayudarla una vez a la semana, por lo que se ha acabado cabreando e instando a la señora para que le cante las cuarenta a sus hijos y 2. un señor que le ha cogido el teléfono llorando y diciéndole: «Perdone, señorita, yo sé que tiene que hacer su trabajo, pero ha muerto mi mujer y ahora mismo salía con mis hijos al tanatorio». Imaginaos qué situación tan violenta; ella acabó dándole el pésame y él reconociendo que todo el mundo tiene que trabajar y agradeciendo su sensibilidad.
  • A la salida, he invitado a la padawan a un helado. Al fin y al cabo, desde el día en que la invité a comer, ella siempre me ha traido zumo, agua y bollitos de chocolate para sobrevivir a la jornada, además de ayudarme a combatir a los electroduendes ayudándome a mirar mis coberturas. Mientras nos comíamos el helado, no recuerdo a propósito de qué, me ha dicho de repente «¿Sabes que yo canto?». Yo le he respondido: «Ah ¿sí?». Me dice: «Sí, y me han dicho que tengo una voz muy aguda, pero que canto muy bien». Le pregunto (pregunta lógica): «¿Eres soprano?». «Ah, no lo sé, pero mi voz es aguda». Le he pedido que me haga una demostración y entonces ha tenido la bondad de deleitarme con una canción compuesta por ella misma «Es muy cursi y muy triste- me explicaba- porque la escribí cuando me dejó mi novio». Tras escucharla con atención he concluido que ya no me hace falta asistir a un casting de Factor X, lo he vivido en directo. Y lo que es peor, tras su concierto le dije lo típico de «muy bonito». Es así como se hacen flacos favores a quienes creen que cantantes y no lo son, que hay unos cuantos, pero hace tiempo aprendí que no soy yo quien ha de sacar a los pobres mortales de sus errores. Tuve que aprenderlo a tortas, como sucede con todos los aprendizajes sociales interesantes.

Y ahora, el video que anuncia mi despedida, un anuncio de Coca Cola ¿lo recordáis?

 

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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2 respuestas a Día 6. Intentando cortar las dos orejas y el rabo

  1. Canusca dijo:

    Yo suelo llamar a las operadoras para comprar un servicio cuando quiero en realidad es dar de baja algún servicio me atienden siempre mas rápido. 🙂 soy culpable

    • vengatriz dijo:

      Jajajaja… bien hecho, Canusca. En un par de horas contaré una anecdotita que me ha pasado hoy, que me he visto asesorando a un señor que quería darse de baja, pero claro, como me voy a ir, mucha lealtad a la empresa no tengo XD también soy culpable

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