Admirando la picaresca española


El otro día en este mismo espacio, hablando de qué cosas puede hacer una para salir adelante, el amigo Vicente me propuso que montara una secta. Hoy, pensando en eso, recordé algo que me contaron hace tiempo, una costumbre muy antigua de los pueblos, tan antigua que es probable que remita al medievo. Recordemos que en el medievo el tráfico de reliquias era tan importante que se puede decir que había tantos clavos de la crucifixión como para montar una ferretería, tantas astillas de la cruz como para montarse un bosque y tantos santos prepucios como para darle envidia al Ricky Martin del Antiguo Testamento: el Rey David.

Nota cultural: Cuando David pidió al Rey Saúl que le diera a su hija Mical como esposa, este, al que no le hacía mucha gracia favorecer el que David acabara siendo Rey, le exigió como dote que le trajera cien prepucios de filisteos – que siempre son los malos de la película, ya sabéis, los filisteos, no los prepucios-. David, que era más chulo que un ocho, le entregó doscientos y sólo le faltó decir: «Ahora te los metes por donde te quepan». Lo cierto es que es todo un enigma el uso que Saúl podía darle a tanto prepucio que, dicho sea de paso, debían apestar y estar semidescompuestos. Luego dicen que la Biblia no es interesante.

La costumbre de la que quiero hablar es la del «niño de la bola». Para quien no lo conozca, se trata de la versión infantil del «Pantocrátor», que aunque tenga nombre de dinosaurio o bestia mitológica, se trata de la representación de Cristo como Rey, en un trono, con corona  con una bola que representa al mundo en una mano. Entonces, «Pantocrartito» no deja de ser un niño en un trono con una bola en la mano.

La gracia de asunto es que el «niño de la bola» no vive en un templo, sino que va rotando entre las casas de las beatas del pueblo. La misión de la beata es llevar a esa figura con nombre de artista cañí ( a lo «chaval de la peca» o «el niño de la hipoteca») casa por casa para hacer milagros a domicilio y la gente, agradecida por la visita, le daba la voluntad, es decir, calderilla para favorecer el mantenimiento del niño, que come muchas galletas María, y que terminaban incidiendo en una mejora económica sustancial para los bolsillos de la beata.

Mirad qué curro tan duro. ¿No es como para planteárselo?

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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9 respuestas a Admirando la picaresca española

  1. Canusca dijo:

    al Ricky Martin del Antiguo Testamento: el Rey David. Autentico.

  2. brujilla33 dijo:

    Yo a este post lo titularía, «El niño de la Trola», y ahora mismo se me viene a la cabeza aquella canción de Alaska, (que no recuerdo si entonces eran & Dinarama, o & Pegamoides), que decía: Quiero ser Santaaaaa!!, Quiero serrr Beataaaaa!!,…..
    Con razón, ahora lo entiendo!! jajajajaja….En esas condiciones yo tamb me apunto!!

  3. brujilla33 dijo:

    Aquí te dejo un video de la canción: http://youtu.be/WIOPvnfKCDI
    No te pierdas los mallots tipo ciclista de los q la acompañan en la coreografía, te juro por mis tacones que esos mallots los llevabamos todo kiski a finales de los 80, porque estaban de moda!!, increible pero cierto!!

    • vengatriz dijo:

      jajajaja… ¡ahora sí entiendo la relación entre Alaska y «el niño de la bola»! jajaja… al final cualquier cosa se puede relacionar con cualquier otra si le pones el suficiente interés XDDD Besote!

  4. variablex dijo:

    Yo el otro día lo hablaba con unos amigos… montar un buena secta, y a hacerse rico. Mira qué bien les está yendo a los de la iglesia de la cienciología… Lo que pasa es que a nada que unx tiene un poquito de moralidad, se echa atrás.

    • vengatriz dijo:

      La clave está en captar gente en Hollywood. Si lo logras,tu secta habrá triunfado 🙂

      A mí también me queda ese residuo de moralidad. Por eso todavía no le he sacado dinero al Tarot, pero te apuesto a que si me diera por echar las cartas, sacaría mucha más pasta que con las clases particulares.

      ¡un besote!

      • variablex dijo:

        A ver si me las echas a mí un día (ya que te pones…). Yo también sé, y dicen que no lo hago mal, pero no me parece correcto cobrar por eso, ni tampoco me sentiría bien si la gente cometiese algún error por hacer caso a una tirada de cartas que yo hubiese hecho.

      • vengatriz dijo:

        Por eso siempre digo a la gente que no se sugestione; que eso no es una ciencia, que puedo fallar más que las escopeticas de la feria.

        Te las ciber-echo cuando tú quieras o, si lo prefieres, te echo las cartas este finde.

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