Oda a la que supo encontrar el momento propicio…


Hace días que me estaba planteando si compartir o no esta anécdota. El motivo de mis dudas es que esta anécdota es de una amiga a la que últimamente veo mucho y, aunque ella ignora la existencia de mi blog, siempre hay un temor razonable (aunque remoto) de que esto llegara a sus oídos o a sus ojos. No obstante, esta anécdota tampoco la deja en mal lugar, quien sepa entenderlo verá que lo cuento con cierto deje de admiración. Lo que me divierte del asunto es el interés que pone en negar las evidencias, pero esto lo entenderéis mejor cuando me explique.

Esta chavala es profesora. Al igual que yo, recibió formación para ser profesora de español para extranjeros, aunque pertenece a una promoción anterior. A diferencia de mí, en aquel momento sí tenía la suerte de residir en la misma ciudad en la que hacía el curso. Cuando lo terminó, como hacemos todos los alumnos, dejó su CV y, al igual que el resto, seguro que estaba deseando que la llamaran para trabajar.

Pues bien, parece ser (contado por ella misma) que no se limitó a dejar su CV. Tomó la academia como lugar de estudios y, tirando de la amabilidad de la gente, comenzó a frecuentarla para estudiar, alegando que allí se encontraba mucho más cómoda que en la biblioteca. Eso ayudó a que mantuviera un contacto cercano con la gente de la academia y que estuviera permanentemente informada de sus necesidades, así que en cuanto hubo una vacante, la llamaron. En otras palabras, a base de permanecer en el lugar apropiado, acabó encontrando el momento propicio.

Francamente, de haber podido, yo misma hubiera intentado llevar esta estrategia u otra parecida. ¿Acaso no me dediqué a hacerles de tarotista gratis? Lo que me divierte de esta situación es que ella niega que fuera una estrategia; anda empeñada en convencer a quienes la conocen de que realmente se aficionó a ir a la academia porque estaba agusto allí; como si los intereses laborales no hubieran influido nada nadita en su decisión.

Nos habrá visto cara de rubios o algo XD o será que es víctima de esa extraña pero tan común vergüenza que nos impide reconocer que, en situaciones de necesidad, si no tenemos una ventaja, la buscamos y, si la tenemos, no dudamos en aprovecharla.

Es importante, en especial para los que fracasamos de manera reincidente, conocer algunas de las pautas del éxito; lo mismo se nos pega algo.

Mañana más, que estamos en racha productiva, incluso pese a la feria.

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
Esta entrada fue publicada en Genérico, Testimonios y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Oda a la que supo encontrar el momento propicio…

  1. variablex dijo:

    Yo sí me creo que fuese a estudiar a la academia, porque en cierto momento yo hice lo mismo. Los inviernos de Granada son muy fríos, y mantener caliente una casa te puede costar un riñón. Las bibliotecas están abarrotadas y son ruidosas: para encontrar una mesa libre hay que ser primohermano de Dios. Las academias suelen ser silenciosas y tener calefacción, así que… todo son ventajas: te calientas gratis y te ahorras la lucha por la superviv… esto… por una mesa en la biblioteca. Si encima tuvo suerte, mejor que mejor, porque a mí en mi academia no me salió ninguna oportunidad de trabajo (aunque es verdad que estaba mejor informado respecto a la oposición).

    • vengatriz dijo:

      Estar mejor informado también es una ventaja.

      A mí me cuesta mucho trabajo creerlo, si bien comprendo que el clima almeriense es más benigno; pero vuelvo a lo dicho, realmente no lo critico :)))

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s