Evolución de mis procesos mentales

• Pasé de la entrevista de teleoperadora. Lo pensé y es que realmente no me interesa. Además, si quisiera ser teleoperadora, tal y como está España, podría serlo cuando me diera la gana – es el único trabajo que hay-.
• Me matriculé en inglés. Ya sólo queda esperar el aviso de empezar las clases. En la academia tuve una anécdota curiosa: resulta que pertenece a un antiguo profesor de inglés de uno de los institutos en los que estuve y a su mujer. Además, la hija de ambos y heredera del negocio también ha sido una antigua compañera de instituto. Pero el colmo de las paradojas es que, ayer, como os conté hace dos post, mi técnico de CR tuvo la gentileza de pasarme el correo electrónico de una academia que buscaba profesores de español. ¡Adivinad qué academia era! Yo no hice mención del detalle al darme cuenta de que era la misma academia, pero todos ellos, al verme el mismo día que recibieron mi CV, tuvieron que notarlo. Hoy recibí un correo de la academia en el que se me decía que se me llamará si se hace un grupo de enseñanza de español. A ver si es verdad. Controladitos van a estar, porque voy a ser alumna, así que.. ¿Quién sabe?
• Quería ir esta tarde a la EOI para ver si quedan plazas libres en francés, pero se me ha jorobado porque esta tarde debo acompañar a mi madre a unas conferencias (donde manda patrón, no manda marinero) y luego tengo ensayo, ni siquiera sé si iré, porque estaré justísima de tiempo. Encima, en lo de la EOI cada minuto cuenta, porque el plazo se acaba el lunes de la semana que viene e imagino que anda todo el mundo como loco tramitando matrículas.
• Al menos apareció mi DNI. Esta era la anécdota que quería contar el otro día, pero el post me quedaba demasiado largo. Noté su desaparición el día 1 y me puse de los nervios, parecía otro ataque de Factor Silvia, porque no se me podía perder en cualquier momento, no, se me tenía que perder en pleno apogeo de la burrocracia. Para colmo, el pasado domingo, tenía que ir a teatro y se me había perdido el libreto (guión). En un momento dado, como si fuera un caballero del zodíaco, me puse a gritar en mi habitación: «¡Cosmos! ¡Ya que te has empeñado en  joderme perdiéndome el libreto, haz que aparezca mi DNI!». En ese momento mi hermano me escucha y se me acerca, diciendo: «Oye, Sil ¿no me diste tu DNI hace días para que recogiera un paquete tuyo de Correos?». No pude por menos que salir de casa mirando al techo, mientras decía: «¡Cosmos! ¡Gracias!». Ahora querría recuperar el libreto, o si no me tocará reimprimirlo, pero supongo que no aparecerá hasta que no se me pierda otra cosa.

Y eso fue todo por hoy. A ver qué pasa.