¿Recordáis el planning tan estupendo que me hice para ir acostándome una horita más temprano cada noche y levantándome también una horita antes cada mañana? ¿Qué creéis que ha pasado? ¡Premio, no le he hecho ni caso! Por suerte, tampoco me he despendolado demasiado, anoche me acosté a las dos y pico y hoy me he despertado a las 8, puesto que había acordado con la compi ir a por las llaves a las 9.30. Veréis qué golpe me espera mañana cuando ese despertador suene a las 6 y yo esté catatónica. Si no me adapto por la vía gradual, que sea por la violenta; seguro que el martes por la noche llego con sueño a la camita.
Pues bien, como os contaba, hemos ido al cole a que nos den las llaves y a probarlas, por aquello de evitar problemas; llegamos a una hora a la que no está ni la conserje. De paso que las probábamos, hemos dado un repaso a la ubicación de las instalaciones y al estado de la que será nuestra aula, compartida con el comedor.
La primera sorpresa nos la hemos llevado al revisar los cajones. Allí había fichas de los niños que estaban el curso pasado, las titulaciones de los monitores del comedor, sus datos personales, sus contratos, su copia de las llaves, una orden judicial contra el colegio (¡tema de higiene!), el documento de prevención de riesgos laborales, el documento con las instrucciones de primerios auxilios, las actividades de las empresas que llevaron los temas de aula matinal desde 2008… ¡acojonante!
Aunque lo más acojonante ha sido cuando el cucharón de la olla ha aparecido en un cajón lleno de polvo. Espero que se tomen la molestia de fregarlo ANTES y DESPUÉS de utilizarlo. Tanto carné de manipulador de alimentos (también guardados ahí) y tanta historia para que luego sean unos guarros. Claro, como no les controla nadie…
Otra cosa son las cajoneras de plástico llenas de ropas de niños de otros años. Que digo yo que si a lo largo del curso el dueño no aparece, al cabo de un tiempo se podrían donar a ONGs. Y qué decir de los juguetes amontonados de mala manera y cubiertos con plásticos de bolsa de basura, para disimular un poco. O las paredes enteras, llenas de dibujos de cursos anteriores, que habrá que limpiar para que los niños las vayan personalizando con las cosas que hagan este año.
Conclusión: que aunque no sea obligación nuestra ni nos vayan a pagar por ello, aunque sólo sea para organizar estanterías, despejar las papeleras y agenciarnos un par de cajones, nos vamos a pegar un tute de limpiar interesante y, como os contaba en el capítulo anterior, tocará llegar media hora antes para hacer eso.
Por cierto, este fin de semana no llegó información alguna por parte de nuestra empresa. Empezamos a currar en la empresa y ni tienen nuestra cuenta bancaria, ni hemos firmado el contrato, ni nos han dado la programación ni instrucción alguna. A eso hay que añadir que el director todavía no sabe quiénes son los alumnos que se incorporarán al aula matinal. Hemos decidido que según vayan llegando mañana, tomaremos nota del nombre del crío, edad, curso, teléfono y, de paso, si tienen algún tipo de problema a destacar: desde una enfermedad,como pueda ser diabetes o epilepsia, a algún tipo de alergia. Encima, si sucediera cualquier tipo de marrón, nos lo comemos nosotras con patatas: la responsabilidad es nuestra. Como que pensamos estudiarnos todo el material que tienen ahí sobre primeros auxilios.
Un cero a la capacidad de previsión de todo el mundo.
También quedaremos esta tarde para ir a mi academia de ingles, que también es agencia para buscar trabajo en el extranjero, y que nos asesoren sobre lo de Irlanda y nos vayan diciendo precios. Nos hemos puesto como fecha límite febrero/marzo para tener todo organizado. De paso, a falta de orientación alguna, quedaremos también para elaborar nuestras normas de aula y diseñar las actividades que haremos mañana. Lo único que nos ha dicho nuestro jefe (el de la empresa) es que a lo largo de estos días seremos convocadas a una reunión colectiva con los otros monitores. Y eso porque me he comunicado yo.
No obstante, a nivel de funcionamiento interno (nosotras con nosotras) hemos llegado con los siguientes pactos:
- Sacar dos juegos de llaves. Así no iremos nunca con el original encima y, si una de las dos falla, la otra puede hacerse cargo. No es legal, al ser llaves privadas, pero es práctico.
- Cubrirnos retrasos, salidas antes de hora y faltas. Para la mierda que cobramos no nos vamos a putear.
- Resolver que la empresa paga y el director figura, pero nuestro trabajo es nuestro y nuestras jefas reales somos nosotras; sólo nos daremos explicaciones mutuamente.
Silvia mejor que t elo tomes como una aventura, y por cierto yo tambien me acuesto tarde y madrugo, al final el cuerpo se adapta sin planes jijijii eso si a la tarde noche estas zombie
Entonces me da que lo voy a acabar parcheando a base de siestas, jajaja… ¡seguiremos informando! 🙂
Bueno, en diez días que llevo sin leer, tengo mucho por delante para ponerme al día. ¡¡¡Pero yo puedo!!! Es mentira, no puedo. No tengo tiempo. No hago más que estar en la tienda, donde ni vendo, ni estudio. Pero tengo un plan… ¡¡¡La versión móvil de wordpress!!!
De momento, la cosa tiene buena pinta: condiciones de trabajo cutres, pero al menos buena relación con la compañera… Seguiré leyendo.
¡¡¡Tú puedes!!!
(admiro sinceramente a quienes son capaces de seguir un blog a través de su versión móvil)
No es tan difíci, lo malo es que no puedo comentar… Eso sí que es un coñazo.
¡Bueno! Pero sí que vas comentando 😀 y yo te sigo 😉