CMYNM (XIII) Un día divertido

Esta noche cumplí mi objetivo: ¡Me fui a dormir a una hora casi normal!. Lo logré tomando cuatro pastillitas de valeriana un rato antes, desconectando el ordenador pronto y leyendo un rato antes. Tampoco creáis que caí inmediatamente, logre conciliar el sueño a eso de la 1 y pico. A lo largo de la noche me desperté dos veces. Nada extraño si tenemos en cuenta que, del mismo modo que soy durita para dormir, lo soy durita para despertarme, y para contrarrestarlo me pongo cinco alarmas. La primera me sonó a las 5.45,  por aquello de que quería levantarme antes (y de que me voy despertando gradualmente) pero cuando me volví a quedar adormilada, a diferencia de ocasiones anteriores, en las que según voy oyendo despertadores me voy espabilando aunque no salga de la cama inmediatamente, después de oír este me quedé profundamente dormida y… menos mal que escuché la última de las alarmas, que sonó ¡a las 7!. 

Total de horas dormidas: 6. Buen día para intentar resistir sin siesta.

Menos mal que vivo al lado del colegio y que en esta ocasión no tenía que coger recursos de mi casa. Pude desayunar y arreglarme a la velocidad del neutrino y llegar ahí antes de hora, como tenía previsto. No encontré ninguna nota de la gente del comedor y tampoco estaba ahí el ratón, así que lo tuve que dejar en otra parte.  Un problema menos. Las desordenadas del día han sido las del comedor, pues se habían dejado encima del mueble un par de folletos publicitarios, y me dieron tentaciones de dejarles una noticia diciendo «no os dejéis basura en medio, pecadoras de la pradera», pero decidí ser buena chica, así que ignoré el asunto.Aprovechando el mayor margen temporal, escondí el Bingo.

Creo que nunca había comentado que uno de los juegos que tienen en la estantería de años anteriores es el Bingo y que todos los días alguien lo coge (sobre todo, los mellizos) y no quieren jugar a otra cosa – bueno, miento, si no hay Bingo, quieren salir al patio a jugar o al fútbol o a un extraño juego al que llaman «el comecocos», que es una variante más rara que pegarle a un padre del pillapilla-. Y, aunque ahora dentro del campo de las asignaturas inútiles, quieran imponernos Educación para la Ciudadanía, no me parece bien que el Aula Matinal se convierta en Educación para la Ludopatía, así que lo escondí y, en cuanto llegó la compañera, se lo comenté; era un punto en el que ambas estábamos de acuerdo desde hace un par de días.

Fue tremendamente divertido, según comenzaron a llegar, ver cómo buscaban el Bingo por todos lados y no lo encontraban. Ante la pregunta de: «Seño ¿dónde has escondido el Bingo?» yo respondía siempre «Se lo han llevado los gnomos». Esto ha dado lugar a una dinámica curiosa, pues, mientras iban llegando los demás, los mellizos, la niña con tendencia a llorar cuando no le hacen caso y el niño que estaba triste porque ya no va al colegio con él su hermano mayor, en lugar de jugar al Bingo han jugado a «busca dónde ha podido esconder la seño el Bingo», un juego muy divertido que implica recorrer todos los rincones del aula e intentar escaparse al patio y a los cuartos de baño. Se lo han pasado pipa.

Hoy también ha venido la hija de la madre Mozilla (la madre-coñazo) que llevaba dos días faltando y nos tenía extrañadas. Nos ha comentado que ya sólo la traerá al Aula Matinal los miércoles y los viernes, porque ha pedido permiso en el trabajo los lunes,martes y jueves para entrar más tarde y así poder llevar a la niña a su fila. También ha sacado a la cría del comedor, para que pueda comer en casa, aunque tiene la idea de volver a intentar meterla en el Aula Matinal y en el comedor el año que viene, cuando esté más adaptada – es su primer año en ese centro-. Me alegro por la cría, estaba claro que necesitaba más a su madre. Pero esta noticia tiene su cara B; la madre nos ha comentado que ha metido a la niña en SEIS actividades extraescolares, entre otras INGLÉS e INFORMÁTICA. Ojo, la nena sólo tiene SEIS AÑOS. ¿Por qué será que siempre que veo a esta mujer me quedo con ganas de darle una paliza? Saca mis instintos más violentos. No entiendo cómo algunas personas se atreven a tener hijos. Toda maniobra que haga la niña para llamar la atención de su madre es poca teniendo en cuenta el ritmo de vida que lleva.

También ha venido la chica de infantil a la que no se puede dejar sola en la fila. Esa combinación, cuando vienen estas dos niñas, implica salir tarde con un 100% de seguridad.

Estoy deseando repartir la circular. Anoche se la envié al director, pero aún no me ha dado sus impresiones.

Una vez que vinieron todos, me dediqué a probar una dinámica que me recomendó mi amigo Miguel (¡gracias de nuevo!) al que le debo un monumento en mitad de la rambla. La dinámica se llama: «No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti». Consiste en que cada alumno escriba una broma para otro/otros de manera anónima y que luego me la dé en un papelito, creyendo que ese otro alumno estará obligado a hacer la putadita que ellos hayan escrito. La gracia es que, para su sorpresa, ellos acaban haciendo lo que habían pedido a otro que hiciera. Es muy divertida y va muy en la línea de lo que quiero lograr con ellos: que aprendan a escuchar y que comiencen a respetar. Difícilmente van a a escuchar si no aprenden primero a respetar a quien habla; sea profesor o sea alumno. Mi idea inicial era hacer un role play en el que uno hiciera de profesor, dos de boicoteadores, uno o dos de empollones que quieren enterarse y que se pelean con los anteriores y el resto a hacer barullo, a hablar entre ellos. La idea además era poner de profesor al cabroncete que no quiso hacer el dibujo ayer, para que supiera lo que vale un peine, pero esta idea era quizá demasiado complicada de aplicar para las edades de las que estamos hablando, así que cuando Miguel me dio esa idea, me puse a pegar botes.

Y os estaréis preguntando: ¿No te tocaba enseñar el otoño?

La respuesta a eso es:

• Que le den al otoño.
• Que le den a las hojas que se caen, al frío y a la lluvia.
• Que le den a los frutos típicos del otoño.
• Que le den a cómo hay que vestirse en el otoño.
• Que le den a los solsticios y a los equinoccios.
• Que le den al hemisferio norte y al hemisferio sur.

Hay cosas más urgentes, más interesantes y que parece que nadie les enseña.

Cuando mi compi supo qué actividad iba a hacer yo (supongo que a ella no se le había ocurrido nada) me ha pedido quedarse en el aula con los peques “para que todos pudieran aprender de la actividad”, una cosa que me ha retrasado mucho y que ha impedido que la cosa se desarrollara bien, aunque por otro lado, es verdad que la idea que subyace a esa actividad les beneficia a todos.

Ha sido muy divertido ver qué putaditas se habían escrito. Os las copio:

• Fulanito es tonto. Cuando vaya corriendo, le pongo el pie.
• Quiero que el 10 y el 8 se besen en la boca delante de todos.
• Menganito tiene que cantar la canción de “Dora, la exploradora”.
• Quiero que Zuzanito salte a la pata coja todo el campo de fútbol.
• Quiero que Menganita se tire un peo.
• Yo le saco la lengua a Fulanita.
• Zuzanita y Anastasia que canten.
• Quiero que Rodolfa dé la vuelta a clase a pata coja.
• Quiero que Anastasio ande con el culo.
• Quiero que Rodolfo salte diez veces a pata coja y haga 20 abdominales.
• Que cante Hermenegildo la canción de “Patito Feo”.
• Para Hermenegilda: Que haga diez flexiones.

¿Qué os parece? Como diría Freud: “Los niños son perversos polimorfos”. Está claro que muchas de estas bromas no podrían hacerse tal cual fueron planteadas; lo que demuestra que, por muy buena que sea una dinámica, no hay dinámica en el mundo que haya sido hecha a prueba de niños.

Pero para eso estamos los profesores. Los besos en la boca pueden ser sustituidos por besos en la mejilla. Lo de hacer tropezar a otro puede quedar reducido a hacerle correr. En fin, cosas así, hay que adaptarse.

Cuando han visto que tenían que hacer lo que pedían a otros, han comenzado los gritos de “¡Seño, eso es trampa!”  y ya les he explicado cómo se llama la dinámica. También he aprovechado para ponderar a la niña que se hizo la broma a sí misma (la que iba a sacar la lengua a otra) porque, aunque sospecho que igual no entendió bien el ejercicio, me venía genial para la finalidad del mismo.

Mañana ha dicho la compi, a la que conté mi idea de que hicieran de profesores, que lo que vamos a hacer es juntar los grupos y pedir a cada crío que explique a los demás un juego que sabe. Es parecido pero más simple y les pondrá en la tesitura de explicar. Ya veremos cómo sale eso.

Y ahora… ¡me voy a Cruz Roja! (creo que esta vez de verdad)

PD: Muchas bromas iban dirigidas al capullito de ayer. Sospecho que le cae gordo a sus compañeros. Todas estas cosas sirven para diagnosticar también. Aunque claro que fue el capullito, cómo no, el que pedía a los otros dos que se dieran un beso en la boca. Qué mala leche que hayan tenido que ir a su fila justo cuando yo le iba a pedir que diera un beso en la mejilla a esos dos compañeros, jeje.