Comenzando por el tema de mi feroz lucha contra el insomnio:
- Anoche me fui a dormir entre las 12.30-12.45, tras remolonear al menos una hora. Debo reconocer que el PC es un peligro, me entretiene demasiado.
- Después de que se me aparecieran catorce buitres diciendo que como siga saturando mi organismo a valerianas iba a acabar siendo su cena, reduje la dosis de pastillas, pasando de cuatro a dos.
- Dormí bien. Desperté a las 6.45
Hoy tocaba cine-forum, pero al final decidí no llevar Robots. Como habíamos comentado que próximamente tocaba hablar del desayuno saludable, parecía mejor idea poner la película del ratón sibarita de «Ratatouille».
Sin embargo – ¡cómo no!- la tele me la tenía que jugar. Ese DVD, que jamás me había dado problemas, de pronto era rechazado por el reproductor del colegio con el mensaje de «Disco incorrecto» o «Cargando». ¡Factor Silvia AGAIN! Afortunadamente, la compi tenía un plan B – siempre hay que tener un plan B ¿no Miguel? – y ese plan consistía en llevar a clase los típicos juegos de palillos: el mikado, formar figuras con cerillas (en este caso, palitos de helado coloreados) y similares. Así que han echado la hora y media jugando en clase, la mar de entretenidos.
Cosas a las que prestar atención:
- La pequeñita, esa de tres añitos que apenas habla ni conmigo ni con nadie, hoy ha interactuado conmigo a través de un juego. El hecho de haber logrado que juegue conmigo me alegra, porque es una niña que se blinda, un tema agravado porque en el aula matinal siempre anda pegada a su hermana.
- Su hermana, que había faltado ayer por una misteriosa revisión médica que no quiso explicarnos la madre, nos ha contado que dicha revisión era por una operación que le habían hecho. – ¿De qué te operaron?- le pregunté – de los oídos – me dijo. – ¿De los dos? – asintió – ¿y eso por qué? – De pronto se pone muy seria, casi al borde de hacer un puchero – porque estaba sorda, seño-. Un tema sobre el que me gustaría indagar (podría ser algo leve o podría no serlo) y, sobre todo, me gustaría conocer la calidad de su audición actual. Es un tema a tener en cuenta de cara a explicaciones, visionado de películas, etc, aparte de a nivel emotivo. Habrá que observarla.
- El que no aparece es el niño que lleva ya faltando una semana y que antes no había faltado jamás, el rubito, que era tan lento para los desayunos y que está cursando segundo (no confundir con el otro rubito, el de doce años, que boicotea las clases). Recordaréis que la última vez que le vimos, estaba malo y la madre nos dijo que ella sabía que el chico debería estar en casa, pero que no tenía con quien dejarle. Imagino que el niño habrá empeorado y le ha tocado una semanita de gripe doméstica. Lo siento por la rentabilidad laboral de la madre.
- Hablando de madres, hoy tuvimos la oportunidad de disfrutar de la presencia de la madre coñazo. Venía a preguntarnos si la niña se había dejado la rebequita del uniforme en el aula (como había sido) y a contarnos que hay alerta por piojos en el centro y que la niña tenía la cabeza invadida, así que tocó aplicarle un tratamiento y cortarle parte del pelo, que se le echó a perder debido al tratamiento; instante en el que mi compi, teniendo un arrebato sólo calificable de épico, le dijo a la mujer: «Nosotras, como estamos acostumbradas a trabajar con niños, nos compramos todos los años el champú para protegernos de los piojos, y así evitarnos esos problemas». No sé si ella lo hará, yo desde luego ¡no!. Ni tengo tanta costumbre de trabajar con niños ni he pescado el hábito de comprar champú antipiojos, pero ¡qué seguridad transmite la cabrona! Llega a añadir a esto un «que sepa usted que está hablando con la mismísima Mary Poppins española» y ya lo clava del todo.
- Pero hoy no sólo la madre nos ha metido yuyu; también lo hace la misma niña, claramente influenciada por la madre. Hoy la escuchaba hablar con una niña de tercero que le decía: «Oye ¿de verdad no quieres que te acompañe yo para ir a tu fila?», «No, quiero que me lleve la seño», «pero mira, yo cuando tenía tu edad ya iba sola a mi fila», » yo no quiero, a mí la seño me va a estar llevando a mi fila hasta que esté en segundo«. No tengo de qué sorprenderme.
Esto más o menos ha sido el día de hoy en el trabajo. Ahora, información complementaria:
- Está claro que el inglés tiene más futuro que la psicopedagogía. Ayer me llamó el de mi empresa de aula matinal ofreciéndome clases extraescolares de inglés los lunes y los miércoles por 72 € al mes. La putada es que los lunes tengo a los cinco alumnos de clases particulares, que también se me confirmaron ayer, y a estos era materialmente imposible moverlos en el horario, así que ante la duda, me quedo con la opción en la que cobro más.
- Hoy di otro paso en pro de la “Operación Dublín”: he pedido cita para renovar mi DNI (me caducaba el verano del año que viene) y para sacarme el pasaporte. Me la han dado para el día 13 de noviembre. El pasaporte no es necesario en apariencia, pero según he visto en Internet, hay entidades que exigen dos documentos para identificarse y yo no tengo carné de conducir y, además, una tiene un don para perder el DNI y no quisiera verme incomunicada y en otro país, así que chica prevenida vale por dos. En cuanto a la renovación, podría haber esperado más, pero sé que en junio andaré saturada, examinándome del FIRST, sabe Dios si acabando algún Máster, preparando las cosas para irme y… resulta que yo no sabía que tardaban tanto en dar la cita, así que ¡menos mal! Quitándome ambos documentos de encima, me quito una preocupación futura.
- La película no funcionaba porque es Blue Ray y el cole no tiene Blue Ray. Tecnología creada nada más que para jorobar. Manda webs.
- No sé qué hacer. Mañana tengo una fiesta de pijama, pero no sé si rajarme: aún no he cobrado, el ambiente familiar anda raruno y, preocupación secreta, temo que dedicarme a beber y a trasnochar me rompa lo que he estado logrando en mi batalla contra el sueño en los últimos tres días… ¡ay qué doló!
Dale un votico a este búho que intenta ser alondra 🙂