Os escribo desde el lecho del dolor, aunque ya no puedo quejarme tanto. Ayer por la noche comencé a tomar la sabia decisión de medicarme y, aunque hoy a ratos tuve fiebre, en global me he encontrado mucho mejor que los días anteriores, sobre todo hoy por la noche, porque hay que reconocer que tanto ayer como hoy he dormido a lo bestia por la mañana, tras volver de trabajar, y que en ambos días fui al trabajo como zombie.
No he podido evitar pensar que en estos días en los que yo he estado más inútil en el aula matinal son los días en los que realmente no se ha hecho nada. ¿Será que yo le daba impulso al aula? Ahora nos estamos limitando a que jueguen con lo que hay o hagan deberes. Tampoco tenemos nada,aunque hoy recibí un email en el que se nos cuenta que ya la semana que viene , además de mandarnos hacer el curso de Manipulador de Alimentos, nos darán los petos y algunos recursos.
También nos han pedido que vayamos subiendo fotos a la web, pero censurando las caras de los niños. Un tomate Raff les voy a poner, je.
Lo más destacable es que algunos que lo merecían fueron castigados ayer a encerrarse conmigo en un aula a reflexionar mientras el resto jugaban en el aula grande. Les hice sentir los peores miserables, no sólo a los que protagonizaron la pelea, también a los que se dedicaron a aplaudir, preguntándoles si acaso a ellos les gustaría que alguien les estuviera pegando y los demás, en vez de pedir ayuda, se dedicaran a aplaudir y a corear «pelea, pelea».
En cuanto a hoy, pasó algo sencillo pero que me ha encantado. ¿Recordáis a la niña de infantil que siempre andaba pegada a mí como un perrito? Hoy, aunque no ha querido darme dos besos (me los da cuando le parece) se ha relajado y he logrado que juegue, eso sí, bajo mi supervisión, con la casita que hay en su patio (hay una casita para que se metan niños) y para que se tire desde el tobogán varias veces, incluso para que me sonría. Teniendo en cuenta que esa niña suele andar clavada en su fila, tiesa como una estaca y seria, hoy me sentía feliz como lombriz, aunque no sé cómo se ha dado ese milagro ni si yo he tenido que ver con ello o no.
Por cierto, que había dejado ya a esta niña y volvía ya a mi casa cuando me encuentro en el patio a una enorme cani (adulta,ojo) abochornando a otra madre «¿Cómoooo? ¿que no te digo las cosas a la cara? ¡Huyes! ¿Qué,te da vergüenza?» todo esto a voces, en plan vulgar, y con actitud de querer partirle la cara a la otra, mientras la víctima escapaba como podía.
Yo me quedé mirando descaradamente la escena y luego me tocó disimular. Lo que es peor, es que me dieron ganas de aplaudir y gritar «pelea,pelea».
Mi lado infantil.
Por lo demás, ayer por la tarde me limité a vegetar, porque no era capaz de nada,y hoy cancelé mi clase particular (la daré mañana) y el ensayo. Si asistí a inglés,es porque falté el martes.
Con respecto a inglés, hay novedades. La profesora no considera adecuado que hagamos el trato que le propuse, pero me va a poner en contacto con una amiga suya, también polaca,para que hagamos el intercambio de conversación.
Extraños problemas de conciencia tiene la gente.
Con respecto a las dinámicas, hoy estuvo divertido que nos repartiera un papelito con una palabra para que escribiéramos una definición creativa sobre ella, pero estuvo más divertido todavía que quisiera hacernos conversar acerca de por qué los hombres no colaboran con las mujeres en condiciones de igualdad en lo tocante a materias domésticas.
Al principio se dijo lo propio: que si los hombres son perezosos porque se les ha obligado a ello, que hay que valorar si ambos miembros de la pareja trabajan fuera o sólo uno,que la clave está en la educación de las nuevas generaciones… pero los adolescentes no acababan de explayarse y la profe quería que nos explayáramos.
Yo no me explayé, pero tras mucho tiempo riéndome para mis adentros, le di la solución:
«Do you REALLY want to know how do them to make housework? (¿Realmente quieres saber cómo hacer que ellos hagan tareas domésticas?) «Crossing legs!!» (¡Cruzando las piernas!, todo esto mientras hacía el signo de cruzar dos deditos).
Imaginaos a mis adolescentes compis, que comenzaron desconcertados y luego muriendo de risa, hormonales perdidos ellos. La profe tardó en pillarlo – es lo que tiene ser tan polaca, es casi como ser checoslovaca- pero cuando lo pilló, no dejaba de reír y le costó sus minutos controlar el ataque y seguir dando su clase con normalidad.
Mención especial requiere una antigua compañera de carrera a la que me he encontrado al salir de la academia (anda en otro grupo) y a la que tenía como estúpida sin recordar por qué… y así de pronto, lo recordé. Premio a la imbecilidad, qué manera de prácticamente huir de un saludo. No es más idiota porque no es más larga, y os aseguro que es más larga que un día de hambre.
En fin ¡mañana más!
PD: La bruja de las ANÉCDOTAS DE BAR ha vuelto – como si mi prima la hubiera invocado- y me ha llamado hoy. Por suerte me pescó en remojo, como a un garbanzo, y no atendí el teléfono (le contestó mi hermano). Sé que volverá a llamar. Ahora me debato entre mis deseos de huir de ella (¡pensé que me la había quitado de encima!) y la curiosidad por ver qué puñetas querrá de mí ahora. ¿Sugerencias?
Y ahora… ¡vótame en Bitácoras 2011 (educación)! ¿Por qué? ¡Porque sí!
Silvia a ver si te mejoras pronto, por cierto sabes que me ha pagado mi empresa un curso intensivo de ingles, estoy acojonado, pues es un tema que tengo olvidado, se llama integra tu ingles y es una dinamica muy sencilla por lo que me han comentado, te ayuda a quitar el miedo en la conversación, aunque espero no estar muy acojonado, hoy es la presentacion del mismo, y espero que me sirva de algo.
Ya te contare.
Ya verás que luego recuerdas más de lo que parece 🙂 a mí fue algo que me sorprendió mucho, llevaba diez años sin tocarlo y a los cuatro meses saqué el PET… no con una nota qtc, porque aprobé justita (70/100… que es el mínimo, porque te piden el 70 para aprobar) pero el caso es que lo saqué, yendo en clara desventaja con gente que llevaba un año preparándolo, que es lo normal, y, sobre todo, con gente que está en el instituto y que jamás lo ha soltado. Cuando estudias de adulto le pones una motivación que no le pones cuando eres adolescente. ¡Ánimo! ¡Ya me contarás! Y si necesitas ayuda, ya sabes dónde ando 🙂 te puedo pasar por correo un libro de gramática bastante chulo 😉
Ay, pobre, trabajando enfermita… Como a estas alturas ya estarás bien, te cuento un chiste que te sirva para la próxima:
Un hombre frota una lámpara mágica, y de ella sale un genio. El genio le dice:
– Por haber frotado la lámpara marvillosa, te concedo un deseo.
– ¿Uno sólo? – le dice el hombre mosqueado – ¿No eran tres?
– No, sólo uno, que estamos en crisis y hay recortes.
El hombre se pone a pensar, y al cabo de un rato decide su deseo.
– Quiero tener una salud de hierro y no ponerme nunca enfermo, o tener accidentes, o que me duela algo…
– ¡Concedido!
Y el genio lo convirtió en un trabajador autónomo.
Pues ya sabes, hazte a la idea de que eres autónoma. En realidad cuando das clases particulares eres autónoma… En el aula matinal no, pero tal y como están las cosas… a efectos de no pedir bajas, como si lo fueras.
¡Tienes más razón que los santos! Y así estuve yendo a currar, cayéndome por las esquinas aunque, por suerte, ya estoy bien 🙂
Por cierto, que no soy la única que trabaja demasiado. No sé cómo tienes tú resistencia para hacer todo lo que haces.