Factor Silvia «in the night»:¡¡Una kurda mítica!! (II)


Como os contaba, estuvimos filosofando y fueron cayendo sus tres o cuatro cubalibres. La filosofía fue degenerando y, cuando ya el alcohol alcanzó límites que complicaban el mantener unas discusiones de altura, se entró en otra fase reconocible porque se entra en la fase de confesiones, que suelen arrancar con comentarios del tipo: «Oye, de borracha a borracha, te quiero comentar una cosa…» así que, como os estaréis imaginando, se intercambiaron confidencias de esas que no se intercambian sobrias.

Y entonces, por aquello de no aburrirnos, decidimos cambiar de local y, más horizontales que verticales, emprendimos rumbo a otro garito que hacía tiempo que no visitábamos cuando, al pasar por una plaza, nos encontramos con tres chavales que nos detuvieron con la siguiente embajada: «¡Chicas! ¡Por favor, compradnos un litro y os damos chocolate!» todo esto mientras enarbolaban dos tabletas de chocolate con leche Nestlé.

Aprovecho para comentar, porque sé que me leen desde varios países, que ese «litro» al que se referían era un litro de cerveza, que entre la juventud española se abrevia nombrándolo así.

Yo normalmente habría pasado de largo y seguro que mi amiga también, pero no estábamos en condiciones normales, así que mi amiga empezó a desbarrar y yo, en lugar de pararla y llevármela de allí, me dediqué a reír como el perro sarnoso de aquellos dibujos animados y a disfrutar el espectáculo.

Mi amiga: ¿Cómo es eso de que os compremos un litro? Pero vamos a ver… ¡vosotros con quién creéis que estáis hablando!

Uno de los dromedarios: ¡Ja! ¡No sé! ¡Con las hijas de Zapatero!

Yo: ¿Has visto qué pinta de góticas tenemos?

Nota al pie: Las imágenes de la familia de Zapatero con la familia de Obama y con las hijas del primero «disfrazadas» de góticas, dieron la vuelta al mundo. Espero que ningún gótico se me ofenda, pero lo que es, es.

Mi amiga: Pero chavales ¡qué edad tenéis!

Dromedarios de cachondeo: ¡yo 14! ¡yo 12! ¡yo 16!

Mi amiga: ¡Venga ya, dejaos de bromas! ¿Qué edades tenéis?

Así los dromedarios confesaron que tenían 25,24 y 19 años respectivamente. Vamos, perfectamente mayores de edad como para comprarse un litro, pero imagino que debieron cabrear a los vendedores de los pocos locales (normalmente chinos o tiendas abiertas las 24 horas) que había a mano y no tenían otro medio de conseguir cerveza que el intentar convencer a quien encontraran por la calle para que les consiguiera el litro.

Dromedarios: ¿Y vosotras qué edad tenéis, eh, eh?

Mi amiga: 31

Yo: 27.

Dromedarios: Mirad, chicas, en serio, tenemos canela fina, lo mejor de lo mejor, tenemos chocolate con leche y chocolate del otro, vamos ¡tenemos caviar! ¡tenemos lo que queráis! Es más, si queréis que os echemos un polvo ¡os lo echamos! ¡Mirad lo buenos que estamos!

Dicho esto, los tres pavos al unísono se levantaron las camisetas para que disfrutáramos de sus respectivas tabletas de chocolate y nos planteáramos lo del polvo. Yo sólo podía seguirme riendo, aquello había superado mis índices habituales de surrealismo, que ya es decir.

Mi amiga: Pero vamos a ver,chavales, no es ni medio normal esto de que estéis aquí los tres de madrugada ofreciéndolo TODO por un litro. ¿Qué estáis haciendo por aquí?

Uno de los dromedarios: Señoritas, estamos trabajando. ¡Mira! ¡Pegamos carteles!

Y era verdad, pegaban carteles. Traían consigo dos bolsas de carteles de los de anunciar conciertos en los pubs.

Nos quedamos con un par de ellos de recuerdo. ¡Qué menos que tener recuerdos de eso!

De pronto uno de los dromedarios mira mi bolso y me dice: Oye ¿tienes celo?

En serio. Me preguntó si tenía celo. Y aunque yo andaba en automático, me animé a contestarle: «No, fíjate qué cosas, normalmente siempre llevo un rollo en el bolso, se me ha olvidado».

Mismo dromedario: Pues tienes el bolso de una persona psicópata, con la calavera con lazos de colores y los arcoiris, sólo una persona desequilibrada puede tener un bolso así.

Hay que ver ¡qué rápido se me nota!

Yo: Pues sí, soy una psicópata. A ver si así vas teniendo cuidado, porque paras a la gente sin saber ni con quién habla.

Mi amiga: ¡Eso, eso! ¡Con lo agustico que íbamos nosotras, con esta borrachera tan graciosa, filosofando por las calles, y llegáis vosotros, que pegáis carteles, a pararnos sólo porque queréis que os compremos un litro!

Dromedarios: ¡Anda! ¡Echad un trago!

Nos ofrecieron el culín que les quedaba de su litro, como haciéndose los buenos chicos. Y aceptamos, técnicamente andábamos con el día tonto y con un pedal espectacular. También nos ofrecieron unas caladas de porro. Mi amiga se lo acabó quedando, pero ni por esas lograron convencernos, aunque ella tampoco logró convencer a las criaturas para que establecieran con ella una buena alianza terapéutica y así encauzarlos por el buen camino. Sí, mi amiga es psicóloga. ¿Acaso no se lo habíais notado?

– Tía, tía, tú eres la sensata, vamos a ver ¿Por qué no me has sacado de ahí?

– ¿Cómo que por qué? ¡Porque me lo estaba pasando pirata!

– Yo estaba ahí, ya ves, metida en un duelo mental, pero resulta que uno de ellos era el líder y con ese no he podido, aunque tenía al más mayor medio convencido…

– Ya, ya…

– ¿Has visto qué gilipollez he dicho? «¿Acaso no sabéis con quiénes estáis hablando?» [risas]

– Sería para haberles dicho: «Estáis hablando con dos treintañeras borrachas, filósofas y que no tienen dónde caerse muertas» pero el mejor momento ha venido cuando nos hicieron propuestas sexuales y se pusieron a enseñarnos la tableta de chocolate…

– ¿Cómo que nos han hecho propuestas sexuales? ¡Yo no me acuerdo de eso!

– ¿Y por qué te pensabas que nos enseñaban el vientre y hasta los gayumbos, pava? Yo no sé cómo no me he puesto a reírme a carcajadas, teniendo en cuenta todo lo que se estaban esmerando para lucirse ante una pedazo de bolleraaaaaaaaaa…

Nota: Detalle. Mi amiga es lesbi. Esto hace la anécdota más graciosa todavía.

En este punto de la conversación, ambas volvimos a tener otro ataque de risa.

– ¿Y lo del celo, tía? ¿Tú has entendido por qué me ha preguntado que si tengo celo? ¡Qué absurdo todo!

– ¡Y a mí me ha dado su porro! ¡Quieres una calada!

– Pues bueno-

Y así fue como Sil probó,a sus casi 28 años del ala, su primera calada de porro. Y no le gustó. Quienes tenéis cierta antigüedad como lectores de mi blog sabéis que la primera vez que fumé algo fue el año pasado, en una tetería, y eso,más que fumar, es como soplar en un ambientador gigante con sabor a fresa, manzana o poco más. Sin embargo, el sabor del porro era desagradable y fuertecillo y lo primero que noté al tragarme el humo fue sensación de angustia, así que lo dejé.

Tras esto,cayó una cerveza, un par de bailes y, de pronto una revelación: «¡Coño, son las cuatro de la mañana! ¡Y mañana trabajo!».

Me despedí de esta amiga con un: «Primor, en serio, MAÑANA me voy a acordar de ti!»

Tres horas después me estaba despertando para ir a trabajar. Desayuné aspirina y Nestea, no me daba tiempo a tomar más. Mi compi de curro se rió mucho cuando le conté someramente la pedazo de resaca que llevaba encima, pero mis alumnos se rieron más todavía, porque yo llevaba aún, a pesar de lo que me encontraba, toda la desinhibición del alcohol en el cuerpo y me dediqué a vacilarles a todos.

Interesante experiencia eso de relajarse y no pensar en ser buen o mal ejemplo. Quizá si fuera más relajadamente por la vida, me iría mejor o, al menos caería mejor (o me importaría todo menos, je).

¡En fin! ¡Mañana más! ¡Espero que os haya gustado la anecdotilla!

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Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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10 respuestas a Factor Silvia «in the night»:¡¡Una kurda mítica!! (II)

  1. jairo dijo:

    Silvia jijijiji lo del porro madre mia , y sin duda la fauna almeriense es tipica tipica y más a esas edades jijijiji al menos tuviste una noche de lo más movidita

  2. Gissel dijo:

    VÁLGAME NOCHECITA 😀 ¡Jajajajajajaja!

  3. Maravillosa narración y supongo que una fecha difícil de recordar por tu parte y la de los dromedarios.

    • vengatriz dijo:

      No difícil porque para eso una toma nota de las cosas XD estos hechos sucedieron en la madrugada entre el miércoles 26 y el jueves 27 de octubre de 2011, ea, jajaajja 🙂 Escribir las anécdotas es un modo de que no se te fuguen de la memoria. Si no,conociéndome, en tres semanas ya no recordaría con precisión ni la fecha ni los detalles. Tengo memoria de atún 🙂

  4. Ceci dijo:

    Jajaja noche mítica, ¿se te pasó poner la foto de las hijas de zapatero???????

  5. Ceci dijo:

    También es verdad!jajaja pon la del bolso!:D sólo sé pedir,jaja

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