CMYNM: Día 33-¡De macarras, dolor de panza y chocolate!


Con sinceridad, como han pasado tantos días, no recuerdo muy bien la clase del viernes, pero justo porque no la recuerdo bien,  os puedo decir que recuerdo lo esencial, que siempre es lo más impactante.

Como primera cosa impactante, nos vino una chica nueva.  La niña tenía cara de no haber roto un plato, pero la madre había roto la vajilla completa. Era la típica calorra que te mira por encima del hombro y en lugar de decirte: «Por favor ¿puedes dejar a mi niña en la fila, que ha venido nueva este año al colegio?» te dice: «Tienes que llevar a mi niña a la fila porque yo sé que las monitoras de aula matinal llevan a los alumnos a la fila» mientras te mira con unos ojos más elocuentes todavía que te dicen «Mira, paya, como no te lleves a mi niña para la fila, te rajo y te meto una patá en tol coño, o te meto la patá en tol coño y luego te rajo, que el orden de los factores no me importa mucho». Bueno, no sé si la mujer sabrá lo que significa «factor» pero ¿a que habéis captado el concepto?

Esa niña tiene seis años y está en primero, como la otra hija de madre loca, aunque hay que decir que esa loca, siendo agobiante, pesada y entrometida como ella sola, no atraviesa con tanta facilidad la frontera de la buena educación.

Por cierto, la otra chica fue protagonista de otro de los hechos impactantes del día. Había llegado tan bonica, tan normal, y de pronto me llega diciéndome que le duele la barriga. Claro, yo quedé desconcertada, porque un dolor repentino de barriga sólo pueden ser dos cosas: 1. o apendicitis – que es algo que debe avisarse porque requiere operación inmediata y es muy común en críos de estas edades- o 2. cuentitis, que suele ser lo más habitual. Miré a mi compañera y ella, con cara de «Silvia, es cuentitis» mandó a la niña al baño para que hiciera de vientre y le largó un paquete de toallitas húmedas.

Cuando al rato salió del cuarto de baño, yo le pregunté si andaba mejor y me dijo que sí… pero no tardó ni diez minutos en volver, diciéndome que volvía a dolerle fuerte. La compi ni se inmutaba pero yo, afortunadamente, me había llevado el móvil de mi hermano para sacar fotos – el mío no tiene saldo ni buena resolución para las fotos- así que, de mi cuenta y riesgo, pude llamar a la madre de la niña que nos confirmó que era cuentitis: «Ah ¿Que le duele la barriguilla? Lleva varios días dándole la lata a su tutor con ese tema, lo hace porque le ha dado por decir que no quiere ir al colegio y, como a vosotras nunca os había probado, pues lo volvía a intentar… de todos modos, avisa a su tutor, por si acaso, que si pasara algo, él ya me llamaría».

La cuestión es que esa niña no tiene ni problemas de relación ni problemas académicos, al contrario, parece intelectualmente muy capaz. Si tuviera alguna prueba a mano, se la pasaría. El problema que tiene ya lo he mencionado varias veces aquí, demasiadas horas fuera de casa y añoranza de su madre. Es más que lógico que se finja enferma para que la lleven a casa.

La última anécdota de ese día la protagonizó el rubito que al principio nos traía por la calle de la amargura y ahora se nos va reconduciendo. El chaval llegó a escasos diez minutos de que sonara el timbre de entrada al colegio, cuando la clase estaba recogida y los críos en el patio, y no llegó de cualquier modo: entró con un «¡Seño! ¡Me he gastado cuarenta euros en churros!» y no era un vacile: iba cargando con dos bolsones enormes de churros y unas garrafas pequeñas de chocolate caliente.

Cuando yo todavía no me había recuperado de la sorpresa, el chaval añadió: «Es que el otro día, como me traje churros para desayunar y todos querían, pues pensé en comprar churros para todos». «Pero ¡niño! ¡Es que me has llegado casi a la hora del timbre!» «Lo siento seño, no es mi culpa, he estado guardando cola MEDIA HORA para poder comprar esto».

Imaginad el show y, sobre todo, imaginad cómo quedó la clase. Luego, después de dejar a los de infantil y a mis dos especialísimas niñas de primero., me tocó volver a la clase, limpiar en suelo y mesas restos de chocolate, fregar vasos y deshacerme de los restos de las bolsas y papeles. No llegué a mi casa hasta las 9.20.

Fue divertido contárselo a mi compañera. Esta semana quedó ella encargada de pasar la lista, el inventario y las actividades que hemos hecho (o que no hemos hecho) a nuestro jefe y me llamó para consultarme, porque esto de la pedagogía ficción tiene sus dificultades. Cuando le conté lo de nuestro rubito, comentó «Oye ¿y qué tal si ponemos como actividad que hemos hecho una chocolatada?»

Respondí: «De lujo, sobre todo teniendo en cuenta que estábamos en la semana del desayuno saludable».

Por supuesto, se replanteó la idea.

Ah, se me olvidaba, al final no hicimos la ginkana, apenas había medios y, la verdad, me sentó mal encontrar las pulseritas que habíamos hecho como premios en la basura. Fui yo quien se gastó los cuartos para hacer las pulseritas. Como «desayuno saludable» por no tener material, pusimos que estuvimos hablando con ellos sobre el asunto y comprobamos que saben cómo va; además de que en verdad lo saben, lo ven todos los años.  En cuanto a Halloween, ya que casi nadie copió los recursos que necesitaba para hacer disfraces y sólo dos niñas trajeron material para hacer los gorros de bruja, como es lógico sólo dos niñas tuvieron gorros de bruja.

Pero no dirán que no somos completas, que nos hemos marcado esta semana un taller de baile y todo. ¡Imaginación al poder!

Esta semana absurda de tres días no sé ni lo que toca. Por lo pronto, deberían llegarnos los materiales ¡a ver si es verdad!

En cuanto a mi tema de la Seguridad Social, HOY ha sido cuando me ha contestado el coordinador… y eso que le puse que era URGENTE en el correo. Prácticamente una semana. Dice que mañana va a ir a la gestoría a averiguar. Seguiremos informando.

¡Hasta mañana!

PD: Variablex, gracias por tu aviso con respecto a la numeración del diario. Ya está corregida, espero que esté bien 🙂

PD2: Este findepuente ha sido un caos. Voy a ir hinchándome de valerianas, porque si no, no me voy a dormir antes de las 4. Al menos, lo bueno que ha tenido esto, es que e podido regalarme una cura intensiva de sueño, que me hacía mucha falta. He pasado de todos los compromisos que hubiera podido tener  y me he dedicado a descansar, más cómodo y más barato.

Gracias a todos los que me habéis votado como mejor Blog de Educación para los Premios Bitácoras 2011, y gracias especiales a Jairo por informarme del concurso y por ayudarme tanto con la promoción del blog. En la última clasificación provisional he obtenido el puesto 57/100. No me puedo quejar, es un concurso muy concurrido y este blog tiene una media que oscila entre los 40 y los 120 lectores por entrada. ¡Es una posición digna! Y no os preocupéis, confío en estar escribiendo este blog el año que viene y en volver a participar, aunque… ¡sabe Dios qué será de mi vida el año que viene!

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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6 respuestas a CMYNM: Día 33-¡De macarras, dolor de panza y chocolate!

  1. raphaela dijo:

    Por momentos, ni los niños ni las seños parecen reales. Si no te conociera, pensaría: «Qué relato tan bien construido» jajaja… de todos modos digo: qué bien contado! Porque no cualquiera lo cuenta así de ameno. Y no cualquiera sabe contar tan bien esta jornada escolar teñida de chocolate con churros y dolores de barriga como una borrachera ejemplar en la noche almeriense. Bravo, chiquita!

    • vengatriz dijo:

      ¡Gracias, Rafa! Hace poco llegué a la conclusión de que el truco de escribir bien es hacer que la ficción parezca realidad y que la realidad parezca ficción 🙂 así que esa opinión me halaga un montón -sobre todo porque viene de ti-. ¡Un abrazo!

  2. jairo dijo:

    De nada silvia por la mencion, los bitacoras han finalizado pero en marcha estan los 20 minutos y ahi si puedes hacer un buen papel ya lo veras jijiji, en fin lo de la chocolatada esta genial, en serio que la historia de los churros tiene su aquel, seguro que a la niña con ese desayuno ya no le dolia la barriga

    • vengatriz dijo:

      Puf, ahora tocará trabajarse la promoción para los otros, jaja… ¿así que ya han empezado los 20 minutos? Estamos que no paramos 🙂

      Te sorprenderá saber que la niña iba en plan digna (coherente con su papel) y resistió la gula, jajaja… es niña, no tonta, de hecho me parece muy lista.

  3. Nieves dijo:

    Bueno niña, aqui estoy intentando animarme otra vez con los blogs… Me he reido un rato con la navajera que queria rajarte con los dientes o no sé jajajajaja (hay madres «pa tó», como diria la navajera) Una pena lo de los gorros de bruja pero consuelate que al menos tres niñas si los llevavan…. mmmm churros!!! se me hace la boca agua.
    Casi me he visto junto a ti y los niños (que estres por el innombrable!!!) Un besazo mi niña!

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