¿Sobre mi horario de sueño?
Es curioso, sigo sin aprender cómo madrugar y no morir, pero confieso que cada vez me importa menos. Supongo que me estoy adaptando a dormir una media de cinco horas, que eventualmente puedo compensar o no compenso y de las que, en cualquier caso, sí acostumbro a resarcirme cuando llegan los fines de semana.
Lo que no quita que esté loca por disfrutar ya de las vacaciones de Navidad, porque en inglés llevo un retraso alucinante y debo ponerme las pilas. El lado bueno, la gran noticia del día, es que ayer entregué la última práctica del curso de Cooperación Internacional y si no he cometido ningún error garrafal que me lleve a suspender, se puede decir que ¡ya he terminado!. Os tendré informados sobre esto.
Mañana por la mañana quiero resolver por fin mi tema de la Seguridad Social e ir a recoger de una maldita vez el título del PET, que entre mi pereza personal, las siestas matinales y las veces que me ha venido algún tipo de complicación, ya llevo un montón de tiempo posponiendo estas cosas que quiero tener listas antes de 2030 e, incluso, antes de 2012. ¡Mandadme ánimos! Parece mentira, pero son las cosas más absurdas las que cuesta más trabajo hacer ¿no os parece?
En cuanto al trabajo, más allá del Aula Matinal, como os podéis imaginar mis alumnos de clases particulares también quieren vacaciones, así que tocará apretarse el cinturón justo en uno de los meses en los que más gastos se suelen hacer. Lo bueno del caso es que este mes alcanzaré los 400 € y ya será cuestión de conservarlos. Esta cantidad es justo la que necesito para pagarle a la agencia el servicio de buscarme una ocupación en Dublín. Así que, a pesar de mis locuras de los últimos tiempos, la Operación Dubín sigue perfectamente en marcha.
Sobre mi jornada laboral:
Supongo que el título os ha llamado la atención y ya sabéis que suelo tener motivos para poner estos títulos; son como mis nicks, cuanto más estrambóticos, más fundamentados.
La referencia a los homosexuales se debe a una anécdota de apariencia superficial y de fondo muy seria que surgió ayer en el patio. El hijo del policía andaba peleando con algunas niñas, pero yo no me entrometí inicialmente porque la pelea parecía de broma. El quid vino porque el chico fue corriendo al cuarto de baño de las chicas, donde ellas se habían metido, para seguir tomándoles el pelo. Cuando les eché del cuarto de baño, alegando simplemente que no es lugar para jugar, las chicas empezaron a corear: «mariquita, mariquita, mariquita».
El motivo está claro: haberse metido en el cuarto de baño de las chicas. Tampoco tenía otro fondo el insulto.
No obstante, el chiquillo era sensible ante eso y empezó a pegar a las chicas en serio, así que le debí parar y preguntar qué había pasado que era, como os he dicho, que a él le ofende terriblemente que le llamen así. Supongo que esto se relacionará con el modo en que en su casa ha de ser vista la homosexualidad.
Dentro de este conflicto hubo otro. La hermana mayor de la niña de infantil tan tímida (que también es increíblemente tímida, apenas la he escuchado hablar) estaba implicada con el grupo de chicas que habían insultado al chaval. Cuando yo tomaba nota asegurando que castigaría a todos los implicados (tanto a los niños como a las niñas) las otras niñas se empeñaron a señalar a esta chica como culpable,para que ella fuera también castigada y sin embargo el niño la exculpó, diciendo que a ella no la había visto ni oído insultarle.
¿Y ante esto, qué se hace?
Esa niña tiene cara de no haber roto un plato nunca. Yo la vi corriendo con el grupo de chicas, pero no la llegué a escuchar diciendo nada. Pienso que es probable que lo de sumarse a la pelea con el niño fuera un esfuerzo de integrarse con la pandilla. Es obvio que esta chica está muy sola y que tocaría trabajar bastante para que comenzara a hacer amigos en el aula matinal.
Cabe la opción de que el niño realmente no la escuchara y por ello no quisiera que ella recibiera un castigo siendo inocente. O puede que la escuchara y, siendo consciente del carácter de esta chica, no sintiera el menor deseo de acusarla. Parece más lógica la primera opción y, sin embargo, tengo la fuerte intuición de que el niño, por las razones que sean, la perdonó.
Inicialmente yo caí en mis típicas pesquisas de querer saber quién hizo qué, de descubrir la verdad. Es una tendencia personal muy arraigada la de querer conocer las causas de todo, pero hay ocasiones en esta vida en la que la verdad siempre va a permanecer fuera de nuestro alcance y, aunque haya gente que crea lo contrario, resulta que no soy capaz de leer el pensamiento ajeno. En esas ocasiones toca apelar al sentido práctico y el sentido práctico dice lo siguiente: 1. Yo no puedo saber si la niña insultó o no al chico pero 2. El chico no la acusa así que 3. acudiendo a lo que el derecho llama «presunción de inocencia» (concepto que me tocó explicar para justificar ante mis alumnos la decisión) 4. resolví no castigar a la muchacha.
Al día siguiente, es decir, hoy, le expliqué a mi compañera lo de la bronca y la bonita cantidad de castigados, sobre todo castigadas, que íbamos a tener hoy en el patio. Su reacción fue como no darle importancia diciendo: «pero mariquita tampoco es un insulto» sin ver que la cuestión es que tanto quien lo dijo como quien lo recibió lo veía como un insulto y de los fuertes.
Sí que me hizo, sin embargo, un comentario que da qué pensar: «Silvia, tú sabes que yo hablando soy muy cariñosa. Un día este chico me escuchó dirigiéndome con palabras cariñosas a las niñas y me dijo seño, cuidado con esa manera de hablar, que pareces lesbiana… yo no pude evitar exclamar, aunque esté mal hacerlo ante un alumno, pero no lo pensé: ¡y tú pareces tonto!».
Al final fueron castigados y abroncados, aunque es complicado explicar en 5 minutos que tonto y maricón no han de usarse para insultar y que, al mismo tiempo, al menos la segunda no debería ofender. Esto sería para montar algún tipo de taller y tratar el asunto, de estas edades provienen discriminaciones posteriores.
Las que insultaron eran de 4º, es decir, niñas de 9-10 años.
Lo que ellos ignoran es que, si hay un homosexual por cada nueve heteros, en mi clase debería haber entre dos y tres, e igual alguna niña de las que insultaron podría ser una futura lesbiana, ya que no tienen las pulsiones sexuales definidas y por tanto ni saben si ellas mismas son lo que ahora están criticando. Vaya tela.
Con respecto a peras y manzanas, las importantes son las primeras, la segunda es sólo un guiño envenenado a cierta gilipollez que dijo Ana Botella. Para quienes no tengan el gusto de conocer la cita, ahí va: «Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta».
Y yendo a las peras, llegó hoy el pequeño que odia desayunar pera,sí,el que emplea casi toda la hora y media sólo en desayunar, y, para su desgracia, le tocaba desayunar pera pero, para la mía, cuando fui a buscar los cubiertos al mueble para poder pelarla y trocearla me encuentro con la sorpresa de que ¡las cerdas del comedor nos han quitado los cubiertos!.
Según nos soplaron los niños ayer, parece que se han empeñado en que nosotras les hemos robado una bolsa de no sé qué (ni sé qué es) y, en lugar de preguntárnoslo,primero le llegaron con el cuento de que es habíamos robado pero que nos iban a pillar porque en las instalaciones hay cámaras, cosa que ha llegado a preocupar realmente a mi compi pero yo sé que les podía caer un puro si nos estuvieran grabando a nosotras y a los niños sin pedir permiso. ¿A quién pretenden asustar? ¡Tendrán que currárselo más!
Pero imaginaos, sin cubiertos y con desayunos que hacer. Pudimos tirar de algunas cucharitas de plástico para hacer los colacaos, pero para preparar la pera no me quedó otra que apañarme con un cuchillo ROMO marca «junta de andalucía» que encontré de casualidad en otro cajón.
No sé si habéis probado a pelar y cortar una pela a trozos con un cuchillo romo. Parecía que, más que estarla preparando, la estaba asesinando con dolor, mucho dolor.
Y el niño no se ha llevado mi pulgar como complemento a su desayuno de puritico milagro.
Me da que próximamente volveremos al intercambio de post-it-mails cargados de ternura que tanto nos caracterizan.
¡Nos leemos!
Tía, tu trabajo parece de detective, no de cuidadora de niños. Yo también termino el viernes un curso de 90 horas y estoy ya en una situación de: Peroqueseacabeyacoño!!!! Tengo ganas de acabar por fin y otro curso a la saca. Sobre todo porque es un curso de prevención de riesgos en el que no tengo el mínimo interés (es de ergonomía y métodos de evaluación de puestos y no le veo mucha aplicación en la realidad) y sólo me apunté para puntitos.
No se si has leído que ahora he cambiado de trabajo y de pueblo. Es por eso que últimamente actualizo menos, además de por el calendario de cursos que me marqué, que gracias a Dios ya va llegando a su fin. Espero que a a partir de ahora nos leamos más a menudo.
Lo leí, incluso te comenté y te mandé ánimos. Yo también actualicé mucho menos de lo que estoy acostumbrada. Seguro que a partir de ahora nos leemos más. ¡Un abrazo! 🙂
PD: Los maestros tenemos que valer para todo.
Oyoyoyoyyy, las del comedor que mala baba gastan!, creo que en la próxima notita deberíais de incluirles algún remedio pa el estreñimiento extremo.
Están locas 😛
Estar con niños es complicado, pero cuidarlo y educarlos aún más. Por eso ya deberíais de llevaros un premio a la paciencia, por lo menos. Creo que tomaste una decisión acertada con los críos, pero yo si habría castigado a la chica tímida, aunque sea solamente para darle una lección de como seleccionar tus juntas. Cuando era pequeño, si en el patio del colegio surgía alguna trifulca, todos acababan castigados, los que miraban, animaban y participaban. A esa edad lo ves injusto, pero conforme vas creciendo te das cuenta que ha sido por tu bien. No por estar más callada, es más santa.
Con respecto a las tías del comedor (de ahora en adelante «sarnosas», por eso de echar mierda por la boca), me parece que son unas asquerosas, tendrán problemas laborales y no tienen con quienes meterse, para sentirse satisfechas (el aburrimiento puede ser uno de los motivos) de ellas mismas. «Porque yo lo valgo». Ahí van las sarnosas ahora a arremeter contra vosotras, pues les molesta vuestra presencia allí. Pero están equivocadas, pues no están jodiendo sólo a las maestras, sino también a los niños y eso es ser ya una REAL BITCH QUEEN.
Lo de la niña tímida fue todo un problema, pero a lo hecho pecho. Una de las utilidades que tiene estar tomando nota de todo esto es pensar mejor qué hacer si una situación así se me repite en el futuro.
Y te aseguro que es muy difícil imaginar a esa niña haciendo nada. Su grado de timidez no es normal. Para que la disculpara el propio muchacho con lo cabreado que estaba… es todo un caso. Nunca tendré claro si era culpable o no, aunque mi sentido arácnido dice que hizo como que se metía para intentar integrarse.
A las del comedor les voy a acabar mordiendo una pata. Grrr
Las del comedor están como cabras. O como cencerros. O como regaderas. O como una cabra borracha que se está comiendo una regadera con un cencerro dentro.
Respecto al tema de los insultos, la cuestión de fondo es que el niño incumplió el código de género al entrar a un lugar vedado para los asignados como varones, y por ello fue castigado como «mariquita». Es decir: no es que las niñas pensasen que su orientación sexual es homosexual, y él se ofendiese por eso. Ellas le estaban comunicando que su comportamiento no era el adecuado para un varón, y él se dolió porque es muy humillante que te digan que no desempeñas bien tu género. Además, el no creía estar cometiendo ninguna falta. Probablemente al llegar a su casa, sus padres ya le habrán explicado que sí.
Lo que podrías haber hecho es algo tan simple como meter a las niñas en el cuarto de baño de los niños, y hacerles ver que no había pasado nada malo. Luego meteros todos (niño incluido) de nuevo en el cuarto de las niñas. «¿A que no ha pasado nada? ¿Entonces? ¿Que problema tenéis?» Todavía estás a tiempo de hacerlo mañana: que en vez de castigarlas en el patio, el castigo sea entrar al baño de los chicos y que expliquen por qué está mal que un niño entre en el baño de las niñas (y viceversa para los niños implicados). El castigo en si no servirá de nada, puesto que sólo modificará la conducta superficial (o puede que no), pero no el pensamiento de origen «está mal hacer cosas que sólo pueden hacer lxs del otro género».
Oye, me la apunto! A ver qué pasa. Mañana te cuento.
No veo yo eso muy normal.
¿Lo de la niña? ¿Lo de variablex? ¿todo en general?
silvi lo de el insulto Mariquita, yo creo que ha sido la niña callada la que ha tramado todo, jijijiji librame de las aguas mansas que ya me libro yo de las bravas, mi teoria en esas edades siempre hay cabecillas, y si esta niña busca adaptarse puede ejercer el rol de lider y el resto ante una travesura seguirla, te lo digo por experiencia que controlaba a todos los cafres en el cole y nunca rompi un plato jijijijiji, lo de el comedor joer cada dia me parecen más bichos la verdad que deveis pararlas de una vez.
Esta,más que tímida, parece muda. Sólo he oído su voz unas tres veces en lo que llevo trabajando, y sus comentarios nunca exceden de una o dos palabras. Tengo ganas de verla articular unas frase completa. Sus mismos compañeros aseguran que con ellos tampoco habla. Lo siento, no es que sea la típica nena normal con pinta de mosquita muerta, es que es una tímida de niveles preocupantes. Aunque nunca se sabe. Ya te digo que estoy segura de que ha de sentir esos deseos de integrarse.
A propósito de las del comedor, hoy seguían desaparecidos los cubiertos. Mañana me quejo.
Me llena de orgullo y satisfacción saber que el proyecto de Dublin sigue en marcha! Y si se han llevado los cubiertos, ALEGRATE! con suerte se dan en el cielo de la boca y se lo rompen jejejeje!!!!
Un besazo poseido!
jajjaa.. crucemos los dedos!!
Besotes, reina!