XI. Experiencias Pre-Profesionales: Primera oposición


Hacía tiempo que no retomaba esta sección de «Experiencias Pre-Profesionales». Tiene delito no haberla acabado cuando llevo ya un año con ella. Es complicado mantener el blog al día y estar contando al mismo tiempo qué hice antes de comenzar a opositar, por eso esta sección retrospectiva ha avanzado más en las épocas en las que yo estaba más desocupada y no se ha movido apenas en las épocas de barullo.

He echado un vistazo a todo lo que tengo escrito en ella y ya me quedaban poquitas cosas por contar. Una de ellas es, por paradójico que resulte, cómo fue mi experiencia en mis tres intentos de presentarme a oposiciones. En este espacio he publicado las experiencias de otras personas, pero nunca las mías, esperaba a contar todo lo que pasó antes de llegar a este punto. En fin, ya iba tocando.

PD: De paso, he descubierto algunos errores de etiquetado en esta sección (se han colado post que no pertenecen a ella) que arreglaré esta próxima semana.

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PRIMERA OPOSICIÓN

Si tuviera que resumir todo lo que no se debe hacer en una oposición, lo resumiría de este modo:

  • No hay que acostumbrarse a estudiar de noche. Hacerlo durante un largo periodo implica reventar nuestro ritmo de sueño y vigilia. Luego a ver quién lo repara.
  • No hay que renunciar a la vida social. Lo mínimo es dejar un día libre (sin estudiar) a la semana y dedicar ese día a los seres queridos e incluso a esos seres que, sin ser especialmente queridos, pueden amenizar una tarde con su conversación o ser útiles para tomarse un café o ir al cine.
  • No hay que centrar la vida en la oposición. Si centras tu vida en la oposición y te sale bien podría parecer que compensa, pero hay que pensar también qué sucede si tras un tiempo de esfuerzo brutal no hay premio. Es muy peligroso dedicar a opositar una serie de años para luego dejarlo mientras concluyes que esos años dedicados a ello ha sido un tiempo tirado a la basura.
  • No hay que hacer depender la autoestima de la oposición. Ni los más válidos son necesariamente los que triunfan ni los peores son necesariamente los que fracasan. La oposición depende en enorme medida del azar. Pensar que nuestra valía es proporcional a nuestro éxito, además de un ERROR, es deprimente y eso no nos conviene.
  • No hay que fiarse de la rumorología. Quienes intentan animarte, edulcoran la verdad. Quienes compitan contra ti, intentan hundirte. Los compañeros de academia jamás son amigos. Los profesores de la academia, tampoco. Los miembros del tribunal serán como sean – en cada tribunal son de una manera- pero lo que digan de ellos es sólo una opinión más. Recuerda que cada cual cuenta la guerra como le va… ¡o ni siquiera eso!
  • No hay que «pasar» de leer las instrucciones de la convocatoria confiando sólo en lo que dicen academias, preparadores y compañeros. ¡Mal!
  • No hay que ignorar la influencia de los nervios a la hora de preparar la defensa. Los nervios aparecerán durante el examen y si no tenemos estrategias para combatirlos, nos pillará directamente en bragas, y de las feas.

Yo preparé mis primeras oposiciones (año 2007) del peor modo posible. Mi horario de estudio comenzaba a las doce de la noche y terminaba a las ocho de la mañana… aunque más que un horario de estudio era el horario de diseño de la programación; en las oposiciones de enseñanza, ya sean estas de primaria o de secundaria, se va más tiempo en la programación que en el temario o en la preparación de la defensa.

Luego los tribunales no la leen. Este es otro detalle a recordar. No hace falta escribir una obra maestra. Las artes literarias van mejor a un blog 🙂

Dormía hasta las dos de la tarde, mi desayuno era a la hora de comer y en mi casa somos de comer tarde, entre las dos y las cuatro. Después tocaba vegetar en casa hasta las doce de la noche, porque estaba muy cansada y lo último que me apetecía era ver a nadie. De este modo gané bastante peso, entre otras consecuencias físicas del estrés.

Nunca me tocaba un día libre y, si por casualidad una vez me concedía el capricho, luego me sentía culpable por haberlo hecho y tampoco lo aprovechaba. Muy mal por mi parte, porque para rendir es imprescindible relajarse de vez en cuando.

Además de dejar de salir, abandoné mis aficiones, que en aquel momento casi se restringían a la participación en diversos foros lúdicos. Gradualmente salí de todos. Y ni se me pasaba por la cabeza estudiar otra cosa al mismo tiempo o intentar trabajar mientras estuviera opositando. Parecía que lo honesto, y más considerando el dineral que se invierte en este examen entre lo que se lleva la academia y lo que se lleva la convocatoria, era concentrar mis energías en el examen.

No se puede negar, eso sí, que al examen iba con muchas ganas y con la autoestima alta. Las asignaturas de la carrera me las saqué con facilidad, siempre he tenido facultades para la redacción, exponer ante otros no se me da mal y mi entorno inmediato siempre ha intentado convencerme de que soy inteligente; así que una se lo acababa creyendo (¡qué prepotente ha sonado eso!).

En fin… ¡iba con ilusión! ¡a comerme el mundo por las patillas!

Sin embargo, me tocó ver cómo antiguos compañeros a los que ayudé a aprobar las materias de la carrera – y algunos con unas faltas de ortografía que hacen sangrar los ojos- accedían a su plaza o a una interinidad mientras que yo me pegaba el batacazo.

La noche previa al examen escrito debí dormir, como mucho, dos o tres horas. A estas alturas, pues han pasado cuatros años desde aquello, no recuerdo cuáles fueron los temas que salieron en las tres bolas ni cuál elegí. Sólo recuerdo que el tema que elegí estaba más que dominado y que quedé muy satisfecha con mi redacción. Parecía que, a pesar de que apenas había podido mirarme los temas por el esfuerzo que consumió la programación, la suerte estaba de mi parte.

El examen oral se hizo esperar. Los tribunales iban a comenzar llamando a aquellos cuyos apellidos comenzaran por N, así que los de la M (inicial de mi apellido) seríamos los últimos en salir. Esto no es ninguna ventaja; supone que los tribunales están hartos de escuchar gente y todas las exposiciones les parecen iguales y, además, cabía el riesgo de que ya hubieran concedido las plazas que se le atribuyen.

Aclaración: Cada tribunal tiene disponible un número de plazas, de puestos de funcionario. No puede dar más. Eso perjudica de modo serio a los que expongan en último lugar,

Debo hacer examen de conciencia y decir que no me preparé la defensa como debía. Cuando me tocaba exponer en la universidad, me apoyaba en transparencias o diapositivas e iba explicando las cosas de modo flexible (es decir, sin ir de memorieta) pero siguiendo las referencia. Así me había ido genial durante la vida universitaria; en los equipos en los que he formado parte mis compañeros siempre me pedían que desempeñara el rol de mascarón de proa. Pensé que con tener preparadas las líneas cardinales de mi discurso me bastaría para realizar la prueba de modo apropiado. Pero no.

Aunque hay que decir que con respecto a esta parte mi primer error fue otro: no dormir. Recordemos que mi ritmo circadiano se mudó a Segovia por culpa de mis nefastos hábitos de descanso. Como quería forzarme a dormir y no encontraba el modo, acabé enganchándome a una botella de no sé qué – lo que hubiera en casa; contenía alcohol y bastante- a fin de provocarme deliberadamente una borrachera y de este modo dormir la mona hasta el día siguiente.

Incluso se puede decir que este primer error lo cometí dos veces. Los nervios me hicieron equivocarme el día del examen; me adelanté un día. Eso tiene su utilidad: enterarte de dónde está el aula, cuál será el tribunal y ver cuál será el proceso que se deberá seguir.

¿Qué contar sobre mi exposición? No es que saliera mal. Baste indicar que me correspondía haber permanecido hablando durante una hora… y terminé a los quince minutos.

Influyó la ansiedad, sobre todo porque contaba con dar rienda suelta a mi dialéctica y en este caso hubiera necesitado refugiarme en la memoria papagayística para salir del brete. ¡No se puede pedir fluidez verbal al personal cuando se tienen los ovarios de corbata! Influyó que me invalidaran el guión porque nadie me había comentado que el guión sólo podía tener una cara. Esta información venía en el BOJA (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía) una cosa muy larga y muy pesá de leer y que, no obstante ¡hay que leer!. También influyó que expuse el último día a última hora, el tribunal andaba tenso y me lo transmitía. En especial, influyó que el presidente, sabiéndome joven y confiada (era mi primer intento y sólo tenía veintitrés años) me dijera: “Señorita, la chica que expuso antes de usted agotó parte de su tiempo, haga el favor de ser breve”.

Por favor, si tenéis derecho a algo, véase, a hablar una hora… que nadie os lo quite, porque luego nadie os hará favores.

Yo no supe imponerme. A consecuencia de esto, me vi suspensa con un cuatro y medio (al borde de la interinidad) y, cuando llegó el turno a las reclamaciones, me tocó oír lo de “no te preocupes, eres muy joven”.

Otros motivos del suspenso fueron: 1. No has utilizado suficientemente la pizarra (querían decir que no me dediqué a hacer dibujitos en ella) y 2. No has hablado el tiempo suficiente -obviando que fue el  Presidente del Tribunal quien me pidió que fuera recortando, como comenté antes-. Cuando se cuestionó su honradez, dijo a modo de respuesta y garantía, que no había que ponerle en duda porque su abuelo era  republicano. Para que veáis la importancia de la genética: republicanismo equivale a honradez y el republicanismo se hereda.

Fue el año que más plazas salieron de primaria; pues mi especialidad llevaba más de una década sin convocar. Medio punto me faltó. De haberlo obtenido, considerando que contaba con tres puntos de baremo por los cursillos, probablemente llevaría varios años trabajando como interina (o tal vez ya sería funcionaria de carrera)  y no me vería en la situación en la que me encuentro en la actualidad.

Aunque, quién sabe, igual fue el destino…

***

Próxima actualización de esta categoría: Segunda oposición.

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Gracias a los que me habéis apoyado en el concurso 20 blogs. Gracias a los que queríais hacerlo y os quedasteis con las ganas. Gracias a los que leéis, aunque no comentéis. Gracias a los que leéis y comentáis, aunque no sea en Internet y aunque yo no pueda corresponderos porque ciertos problemas técnicos me impiden comentar en muchos blogs.

Gracias a todos.

Acerca de Hécate

Lee y me cuentas.
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12 respuestas a XI. Experiencias Pre-Profesionales: Primera oposición

  1. rosana dijo:

    ains…..mi sil!!!,pues yo no he sido opositora,pero si vivi la de mi hermano mas pequeño,desde luego que requiere un gran sacrificio en todos los sentidos…,de todas las experiencias se aprende claro,pero toca los ovarios algunas cosas que te pasaron.para the next time no pases ni una.y si no le dices eso de:tse!!!!!a mi ni mihita que te echo a la kani!!!!!!
    tu lo vales,confia amore

    • vengatriz dijo:

      De todos modos, estoy en plan de no presentarme y, además de eso, es que… ¡no voy a poder! Por lo pronto, en 2013 no salen y te diría más, que por las cosas de la crisis, hasta dentro de 3/4 años la cosa va a estar imposible.

      Por eso lo de buscar salidas por otras partes y por eso nació el blog, para explicar todo lo que una hace en el intento de eludir las opos. Y digo yo que habrá alternativas al funcionariado válidas para vivir (y digo vivir, no sólo sobrevivir).

      Un besote, reina.

  2. Explorador dijo:

    Bastante de acuerdo 😉 añadiría que es posible que la primera vez pagues la novatada, y que no hay que mortificarse con eso. Y bueno, no te consolará, pero yo me quedé a medio punto de una plaza…y bueno, es la vida y nada más. Otros días vendrán 🙂

    • vengatriz dijo:

      Imagino que todos los que venimos del fascinante mundo de las opos, podemos contar historias parecidas.

      Tras este, vinieron dos intentos más, ya veréis 🙂

      ¡Gracias, explorador, te debo una visitica, si los electroduendes son propicios!

  3. raphaela dijo:

    Dadas las circunstancias… acabo por confirmar mi teoría de que en oportunidades el destino se empeña muy bien en marcar el camino. Aunque tú quisieras el puesto, me da que por ahí no iba bien tu vida, al menos según la voluntad de Dios, o el karma,o lo que sea.

    De todos modos, la proxima vez en lo que sea (y no solo en oposiciones) administra bien tu energía, revisa cinco veces todos los instructivos y cuida todos pero todos los flancos. Ah… y algo que nunca debes obviar: cuando tengas que exponer durante cierto lapso, ej. mínimo media hora, debes «ensayar» la exposición» como si en ese momento te estuvieran examinando. Hay una enorme diferencia entre saber y saber decirlo. Cuando yo estudiaba mis examenes eran todos orales, y todos los temas me los exponía en voz alta -.. No vieras las veces en que me tropezaba con algo, porque una cosa era saaber y otra explicarlo de modo tal que el tribunal entendiera… como si no supiera. Siempre. En cualquier cosa que debas hacer, incluso pronunciar un discurso, ensáyalo. Un abrazo.

    • vengatriz dijo:

      Bueno, fue mi primer intento… en el que me preparé mucho peor que en el tercero, como sabes, obteniendo sin embargo un resultado mejor. Uno de lo enigmas del fascinante mundo de la oposición. Aprendí de los errores… pero a saber dónde ha de llevarme la vida. Sospecho que no al funcionariado o, quizá, no todavía.

      Un abrazo, guapetona.

  4. No te lo vas a creer, pero esta mañana he hablado del mismo tema con un compañero del mástr y he dado prácticamente los mismos consejos!jajajaja En fin… C´est la Vie!:D

  5. alighieri97 dijo:

    Hola amiga 🙂

    Quiero darte la enhorabuena por tu blog. Con humor, humanidad y buena redacción nos das tu opinión y consejos acerca de estos temas educativos, y eso ayuda muchísimo a personas que, como yo, se encuentran en una situación mínimamente parecida.

    Actualmente estoy cursando el maldito «Máster de Profesorado en Educación Secundaria» (Geografía e Historia), y tanto mis compañeros de clase como yo estamos agobiados y preocupados por nuestro futuro profesional -y personal-

    Esperemos que dentro de un (¿breve?) tiempo, todos podamos leer entradas en las que escribamos no cómo sería nuestro trabajo, sino como es. Por el momento, estoy encantado de leerte, ya que la lucha se vuelve un poco más amena y llevadera 😉

    • vengatriz dijo:

      ¡Hola!

      Me resulta muy halagador que tengas en tan buena consideración mi blog 🙂 y me alegra que estos consejos te sean útiles. Próximamente subiré la descripción de los otros dos intentos que hice, espero que los leas.

      No te negaré que el futuro está complicado, pero creo que has hecho bien en elegir ese Máster. Te mando toda mi energía positiva y, es más, si necesitas algún tipo de consejo, pídemelo. Igual te puedo echar algún cable.

      Y ojalá dentro de poco las perspectivas laborales mejoren para todos.

      ¡Un abrazo!

      PD: ¡Tenemos blog mellizos! Es la primera vez que doy con alguien que usa mi misma plantilla de wordpress.

      • alighieri97 dijo:

        Muchas gracias 😉

        ¡Al fin y al cabo estamos invirtiendo en nosotros mismos! Y con esfuerzo y ganas, nada será en vano. Además, como bien dices, hay vida más allá del funcionariado ^^

        PD.: ¡Es cierto! El diseño de la plantilla me pareció muy simple, claro y elegante al mismo tiempo. Esa imagen del individuo recorriendo un camino me pareció muy metafórica jejeje

  6. sickofhell dijo:

    Gracias a tí por estar ahí.

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