Hoy voy a hacer un histórico de todas las pruebas que lleva hecha mi madre y de todos o casi todos los especialistas a los que ha tenido que ver. Muchos conocéis el tema con detalle, otros no tanto. Incluso puede que haya alguien a quien esto le sirva:
- Ella sufre osteoporosis desde 2004. Experimentó un empeoramiento súbito a nivel de dolores, fracturas espontáneas y dificultades de locomoción a finales de 2011. A raíz de sus molestias en una de la cadera comenzó a ir «de médicos» en diciembre.
- El 28 de diciembre, tras ver la densitometría (análisis de la densidad de los huesos) y una radiografía, recomendaron que se hiciera una serie de pruebas para descartar metástasis y mieloma múltiple (cáncer de médula).
- Debido a las fiestas de Navidad, a las vacaciones de los médicos y a los recortes presupuestarios, a mi madre le tocó esperar hasta después de fiestas, en enero.
- Entre enero y febrero se ha hecho: 1. dos TAC de caderas (uno de ellos por error, se equivocaron de cadera), 2. un TAC de tórax, 3. una gammagrafía ósea, 4. un análisis completo de sangre y de orina (aquí se confirmó aparentemente lo del cáncer, ya que varios marcadores tumorales parecían altos), 5. una broncoscopia (consiste en introducir un tubo hasta los pulmones, ver qué hay dentro y tomar una muestra) y 6. una punción pulmonar cuyos resultados estamos esperando y que llegarán la semana que viene.
- Además de que cada prueba de las aquí citadas las ha llevado a cabo un especialista distinto que además no trabaja de forma coordinada con los demás – en la sanidad privada cada cual hace la guerra por su cuenta; sería mejor la pública si no te diera tiempo a morirte antes de hacerte cada prueba-. Además, en el caso concreto de mi madre, que tiene seguimiento público y privado, ha cambiado sin querer hacerlo cuatro veces de médico de cabecera. El primero se jubiló, vinieron a sustituirle dos que trabajaban en su despacho por semanas alternas, hasta que por fin la semana pasada entró a trabajar su médico de cabecera definitiva. Una mujer que, nada más conocerla, me comentó que ella deseaba que ya la cosa se estabilizara, porque al ser la última que ha llegado al hospital, si alguien dice de recortar presupuestos, la primera candidata en irse a la calle es ella.
- Situaciones paradójicas: 1. Siendo su primera molestia en los huesos, todavía no le han hecho una biopsia en ellos; 2. Diciendo todas las pruebas iniciales que lo más probable es que se tratara de un cáncer de médula, el análisis de sangre lo descartó por no tener alteraciones; 3. Según dijo la médico de cabecera este jueves, hay personas a las que los marcadores de cáncer en la sangre les suben espontáneamente y eso no implica la presencia de ningún cáncer y parece que esa gente supone el 10% de la población general, así contó que estuvo una amiga suya diez años buscando un cáncer que luego resultó no existir ¿os imagináis?; 4. Después de que la broncoscopia descartara el cáncer de pulmón, cuando el oncólogo solicitó al jefe de radiología de la clínica en la que atienden a mi madre que hiciera una biopsia de huesos, comentando además (que pudimos oírlo, aunque entornó la puerta) «Mira, puedes pinchar lo que quieras, tiene lesiones múltiples en todo el esqueleto», el hombre cambió de decisión sobre la marcha y decidió hacer la punción en el pulmón como quien se pone a juzgar al rasca y gana… por mi parte, intenté que mi madre lo tomara con humor, recordándole que ella es tauro y ya sólo le faltaba que alguien intentara clavarle unas cuantas banderillas, en concreto cinco de unos quince centímetros cada una… no ha de extrañarnos ese comentario que luego le haría el médico: «Si al toser escupes sangre, no te preocupes, es normal»; 5. Aunque hayáis leído que el oncólogo fue uno de los especialistas que han atendido a mi madre, esto no debería haber sucedido así. Explico: el especialista que se encarga de solicitar estas pruebas y analizar los resultados para pedir otras pruebas o para derivar al especialista adecuado que iniciará el tratamiento es el internista. Pasa que a mi padre, que es quien coordina esto, la prisa se lo come por los pies y pensaba que el mega-médico que se ocupa del cáncer es el oncólogo. Yo también lo creía, sin embargo, no es exactamente así. Resulta que aunque un análisis de sangre acredite que se padece un cáncer, hasta que no haya una biopsia que demuestre que ese paciente sufre cáncer, el oncólogo no entra en acción. Viene a ser, salvando las distancias, como un forense: aunque a simple vista nos demos cuenta que si a un señor le han cortado la cabeza y ésta anda a cinco metros de su cuerpo el fulanito está muerto, hasta que no llega un forense a certificarlo, ese muerto no está legalmente muerto. Pues lo mismo pasa con los pacientes oncológicos. Además, y ésta es otra cosa que yo no sabía, este especialista no se ocupa de todos los tipos de cáncer, ya que los de médula, sangre y huesos son competencia del hematólogo. No obstante, este oncólogo tuvo la gentileza de recetarle a mi madre morfina (algo que no puede hacer cualquier médico) y derivarla al médico que habría de hacerle la biopsia de huesos aunque luego le hiciera lo que le dio la gana; 6. Tuvo, con perdón, cojones acompañar a mi madre a la inspección médica – cosas que suceden cuando trabajas para el Estado y llevas tres meses para incorporarte- y, al contrario que en cualquier otro proceso de este mundo, parten de la presunción de culpabilidad y no de la de inocencia. El inspector tomó una actitud muy estúpida y al principio no quería valorar más diagnósticos que el de aquel que ocasionó la baja (osteoporosis; pues su cáncer está más escondido que Wally) cuando lo auténticamente relevante no es ese diagnóstico, sino los que le están haciendo y el súbito empeoramiento que ha sufrido desde entonces – en estos meses, como comentaba en la entrada anterior, ha quedado prácticamente inválida, no estaba así cuando se dio aquella baja-. Al final, cuando logró escuchar un poco y entender el panorama, hasta se disculpó diciendo que él ha visto a gente estar dos años viviendo de la cuentitis que adolecen. Sé que esto ha de ser verdad, pero del mismo modo que he visto a mucha gente echarle morro y vivir de la cuentitis, parecen olvidar que también hay muchísima gente con enfermedades graves a la que, por mal que estén, no les permiten seguir de baja o jubilarse. Una amiga de mi madre está en esa situación, fatal por diversas enfermedades y trabajando a la fuerza porque no la dejan jubilarse por enfermedad.
- Sintetizando: La conclusión es que lo mismo tiene un cáncer de pulmón resistente a ser descubierto cuando se suponía que estaba descartado, que lo tiene de huesos, de cualquier otra cosa… o de nada en absoluto, si pertenece a ese 10% de la población. Y que hay muchos médicos idiotas, aunque haya otros que no lo son.
A continuación, unos cuantos consejos:
- El cáncer se llama cáncer. Hablar de él directamente le quita poder a esta palabra. Es importante quitarle el poder a esta palabra.
- No os saltéis al internista. El internista coordina todo y es el que tiene una imagen más integral de vuestro cuerpo. Los demás están ciegos por su excesiva especialización.
- Recordad qué es el dolor. El dolor es un aviso de que el cuerpo está jodido. Los analgésicos son algo que se toma, una vez que estamos al tanto de que nuestro cuerpo está jodido, para no estar sufriendo sin necesidad. Pero el hecho de que no sintáis dolor porque hayáis tomado algo (lo que le pasó a mi madre con la morfina) no quiere decir que podáis moveros como si estuviérais sanos. A lo largo de este día mi madre ha estado pagando el «chute» de ayer, que se vio estupenda y quiso ponerse a hacer tareas a pesar de que no se puede ni mover y, aunque como es lógico, no hizo demasiado, ya se excedió e hizo más de lo que podía, de tal manera que el parche de morfina ya no le hacía hoy efecto. Si toca aprender a delegar y que los demás os cuiden, pues se delega, la salud es lo primero.
- Si os dicen que os tenéis que quedar 24 horas en observación, por mucho que os moleste, os tenéis que quedar. Una que yo me sé es especialista en escapar de los hospitales porque la ponen nerviosa. También la entiendo, últimamente la atención de los hospitales es nefasta y tengo la sospecha [recordad cierta anécdota que sucedió con mi hermana] de que racanean en analgésicos. No obstante, si os piden que os quedéis, de verdad que es por algo, haced caso.
- Y, consejo para familiares y amigos de una persona con cáncer: nadie está muerto hasta que es enterrado. Lo comento porque parece que cuando se comenta que una persona sufre cáncer, aunque de boquilla se diga lo contrario, todos a su alrededor parecen sentenciarla y reaccionan de extraños modos. La mejor prueba es un ejemplo. Mi madre hablaba hace poco con un antiguo compañero de trabajo a través del chat de Facebook y él le comentaba que recientemente se habían reunido los antiguos compañeros jubilados para rememorar viejos tiempos. Casi todos esos jubilados estaban en activo cuando ella se incorporó a su trabajo, así que la mayoría pueden ser considerados amigos, sobre todo si tenemos en cuenta que pasamos tantas horas de nuestra vida en el trabajo que podemos llegar a mantener un trato mayor con los compañeros que con otros amigos y con muchos familiares. Pues bien, el primer hecho es que nadie la invitó a ir. Tampoco hubiera podido, pero no deja de ser una falta de tacto no invitarla. El segundo hecho, que de los once comensales, sólo tres de ellos se han puesto en contacto para ver cómo está desde que se dio de baja. El tercero, fue la frase inconsciente que sacó aquel compañero: «Nos lo pasamos muy bien y te recordamos con mucho cariño«. No es por nada, a la gente se la recuerda con cariño cuando se muere, porque en vida no hay por qué recordar a una persona con la que puedes seguir manteniendo el contacto. Obviamente mi madre contestó: «Pues qué curioso, porque sólo me han llamado tres personas». Su ex-compañero no supo qué responder y tras un rato en el que se le veía escribir y borrar lo escrito, metió una excusa tonta desapareció del chat. He comentado este hecho a algunos amigos y me han dicho que probablemente estas reacciones no sean de desinterés sino de miedo: miedo a decir algo inconveniente y hacer pensar al otro en sus problemas, miedo a llamar en un instante inoportuno de dolor o de hundimiento anímico, ya sabes, esos momentos en los que no se desea hablar con nadie, miedo a ignorar cuáles son las palabras y reacciones adecuadas para una situación así… a estos miedosos sólo me queda decirles que una persona enferma tiene las mismas necesidades afectivas que una persona sana: recibir cariño, empatía, sentir interés por parte del otro… no es tan importante que el otro tenga las palabras y reacciones adecuadas como el gesto de dar a entender que está allí, que su afecto es sincero.
Y voy terminando ya este post, que espero no se haya hecho demasiado deprimente. Prometo que el próximo será más animado.
¡Nos leemos!
Muchos ánimos con lo de tu madre, y no pierdas el optimismo, eso os ayudará mucho a las dos. Desde luego has tenido mala suerte con los médicos que os han tocado. Me parece una cadena de despropósitos increíble.
Un besazo
No todos, pero sí unos cuantos 🙂 Muchas gracias, Roberto. Intento no perderlo. Tengo mis bajones pero en general me considero una chica positiva.
¡Muakis!
¡Hola!
Estoy aquí a tu lado y no sé porqué me he sentido también aludida cuando has contado lo que pasa a tu madre. Yo sólo quiero que sepas que te entiendo como ser humano y sobre todo como hija. Soy madre y pienso en todos los inconvenientes que pueden derivarse para el pariente enfermo, como para el otro que lo atiende o se preocupa por su realidad, sirviéndola de compañía y apoyo moral; pero sé lo duro que es eso cuando no tienes a nadie cercano para conseguir todo lo que nos proponemos a averiguar sobre nuestro verdadero estado de salud y si de esa, viendo el panorama, el tiempo , las pruebas, las largas, las opiniones, tratamientos con esos resultados siempre inseguros que se esperan pero que no siempre resultan como se desean, es para morirse la víspera ante las situaciones que se van alargando sin saber a qué atenerse, hasta que cuentan lo que posiblemente esperábamos que era… Te entiendo.
Hace dos meses me dirigía a mi buen rato de natación y tenía prisa en llegar a tiempo. Sentí molestias en una de mis piernas, «la buena» como suelo decir porque no está operada de rodilla, ya que la derecha sí fue intervenida de menisco, ligamento interior y rótula hace más de diez años. precisamente por una caída en un gimnasio, al estar el suelo levantado por la humedad y una pica rodar cuando saltaba sobre la misma. Fuimos dos las afectadas pero yo me llevé el peor golpe. Antes de esto ya me habían pronosticado una «Osteopenia moderada» y pérdida de calcio por la orina, con sus respectivo tratamientos y recomendaciones: hacer algo de deporte a la semana, bici, andar, control del peso, tabla de gimnasia en casa y tomar a menudo el sol… Lleva esa rodilla dos clavos, pero iba notando con el tiempo que la articulación se desplaza y aunque sólo me duele con los cambios de clima, lo iba dejando pues para nada me impide moverme y no cojeaba. (Tengo setenta años).
Como te decía al inicio del párrafo, …sentí molestias al intentar aligerar el paso y así por varios días las notaba por encima del tobillo en la zona lateral ext. de la pantorrilla y remitían; llevaba también el peso de otros problemas ajenos que me inquietaban e incidían en parte sobre mi sistema nervioso cargándolo; encima, por una arbitrariedad entre dos compañías de telefonía, nos cortan la línea durante mes y medio sin aviso; y perdemos el número de teléfono con el que estábamos desde hacía veinticinco años sin que se sepa dónde ha ido; y nos cobra la compañía saliente una portabilidad con antelación a la fecha que termina siendo ilegal pues faltaba casi un año para terminarla. Un componente añadido que podría barajarse como la mecha que enciende el problema para que ataque una ciática… ¡Terrible es ese estado paralizante y con calambre con el que no se puede dar paso por el intenso dolor muscular desde la cadera hasta el pie. Mi pierna buena afectada me impide dar los pasos seguros después de mes y medio. Temo siempre que se repita el cuadro anterior y espero una prueba de resonancia, porque han visto que a raíz de una caída de hace ocho meses atrás por un resbalón en la ducha, me dejó dos vértebras del coxis torcidas hacia un lado y creen que pueda deberse la ciática a ello, «no saben si es hernia y hay que hacer pruebas…». Mis análisis de sangre están perfectos para descartar otra alteración y una tensión baja los completa siempre. Pero no puedo andar ágil como antes y voy insegura y apoyada en una muleta. sé que para operarme la rodilla de los clavos debo ponerme bien de la otra pierna, sino con qué me apoyo. Una es consciente de ‘que las rebajas no vienen solas y la oferta buena en calidad… es escasa..»Soy una «ranita» pero por desgracia la realidad no te regala alas para volar por encima de los impedimentos físicos. Aún debo cuidarme si estoy por más de una hora o dos sentada. Y esto que hago ahora es un extra. siento realmente tu preocupación y lo que te está pasando con todo esto.
Leyendo lo que nos cuentas, también pienso que ya peinando canas de algo debo morirme. Mi abuela falleció en silencio y sin molestar a nadie a los sesenta y seis; mi madre sólo los tres meses últimos a los noventa y tres y yo estoy dispuesta a luchar por esa calidad, pero si empiezan a «marear la perdiz» prefiero atenerme a la verdad que una que ya repeina canas y aunque tenga una aparente vitalidad y buen espíritu de lucha, sabe obviamente que esto de vivir más o menos es como el gordo de Navidad o contentarse con la pedrea. Pero con sinceridad sé lo que estás sufriendo por tu amada Vieja y ella, seguramente lo mismo porque esa dedicación quizá afecte a sus hijos y altere su realidad. Yo también estoy muy preocupada, querida amiga, por lo que me está pasando y aunque ya he dejado de tomar fármacos, debo pensar que las cosas que se deriven de esa prueba u otras, serán las que me den otra reflexión más y por lo tanto una experiencia mientras voy de paso. Cualquier cambio que rompa la armonía de nuestra naturaleza viva, es parte de una experiencia diferente y por lo tanto toca amoldarse a un cambio de actitud en nuestras razones de vivir con dignidad. Yo también estoy preocupada, «lo que tenga que ser, será…». – Decía mi madre.
Te abrazo.
¿Sabes? Nadie sabe cuándo le va a llegar la hora. Hay gente muy enferma que vive muchísimos años y gente no tan enferma, incluso joven y sana, que mueren de la manera más sorprendente, ya sea por culpa de la Madrastra Naturaleza o por culpa de cualquier tipo de calamidad – accidente, negligencia, desastre natural…-
No es algo que nos deba atormentar. Todos moriremos, no tiene remedio. Podemos cuidarnos más o menos, pero con eso, por más que nos lo vendan (aunque tampoco es que aliente a nadie a ser temerario), no tenemos control sobre el tiempo que vamos a durar ni sobre el estado en el que llegaremos.
Lo importante, justo porque no tenemos ni idea del tiempo que duraremos, es apurar todos los días, sacar algo que nos conmueva, que nos haga feliz, de cada uno. Muchas veces dejamos perder nuestros días con cosas rutinarias y al hacer eso echamos por el WC ocasiones que no se volverán a repetir.
Cuídate mucho, ranita 🙂
Un abrazo grande
Silvia para nada es deprimente lo que pones, es un punto de vista positivo, lo triste es ver como unos profesionales son minados a costa de recortes, pero tus consejos y entereza para afrontar son dignos de admirar, sobra decir que para lo que necesites ya sabes que puedes contar con nosotros, y nada dale mucho cariño a tu madre, si lo nota todo será mas facil, por cierto del cancer se sale y espero que cuando aparezca la lucha sea a favor de tu madre.
¡Ay! En ello estamos 🙂
Una sabe con quién puede contar y ni dudes que vosotros estáis en esta lista. Tengo una gran suerte con mis amigos. Gracias.
Un abrazo 🙂
Ánimo, ánimo, ánimo…
Gracias, Esther 🙂
Qué puedo decirte yo que ya no te haya dicho en privado. De cuánta paciencia hay que munirse cuando llegan esos problemas de salud! Pero se sale, aunque a veces cuesta mucho pero se sale. La vida es así: trae cosas algunas cosas buenas, algunas maravillosas, otras malas. Todo va en el paquete. En ocasiones oscurece pero siempre tenemos que mantener intactas las ganas y las esperanzas de ver nuevamente el sol. Un abrazo enorme para ti, bien apretado. Y cariños para tu madre, que bien los merece esa reina que te ha traido al mundo y ha tenido la «poderosa» mísión de criarte y educarte (jajaaja….)
Se los daré, guapérrima 🙂
Y sí que le di trabajo, sí, jejee
Abrazote!!
Tranquila, amiga, que no has sonado deprimente para nada. Son cosas de la vida, y tu experiencia con tu madre seguramente ayudará a otros de alguna manera. ¡Mucho ánimo para las dos!
¡Muchas gracias, Gisselita! Me alegra que digáis que no he sonado deprimente 🙂
Pues yo cuando no se que decir digo: No se que decir!
Abrazandote muy fuerte (perdón por el crujido de costillas) y animandote, a tu madre le mandas mis animos tambien, si? Un besazo guapa!
Otro besazo para ti 🙂
Pues muy chula tu entrada… Aunque el tema sea triste… Lo de la cena me parece un detalle feísimo… Es mas creo que lo bonito habría sido invitarla y entre comillas quitar importancia a la circunstancia… Por otro lado todas las personas no somos iguales, no reaccionamos igual, y creo el cáncer es un tema muy delicado… Y no todo el mundo sabe tratarlo bien… No creo que nadie pase por desapercibido el sufrimiento que estáis pasando lo que pasa que a veces el ser humano no sabe como actuar para no hacer daño… Muchos besos y muchos ánimos preciosa…
Yo no quiero ser malpensada, ya he dicho que puede haber un poso de miedo en este asunto. En gran parte por eso he escrito esta entrada, casi todos conocemos a alguien con esa enfermedad y quizá una persona que esté reaccionando mal y que lea esto, cambie su modo de actuar 🙂
Ambiciosa que es una 🙂
¡Gracias! ¡Muaks!
Como en tu anterior entrada solo tengo que decirte que me parece muy valiente tu actitud supongo que tu familia debe estar muy orgullosa de ti, y me parece muy duro todo lo que estais pasando, mi madre tiene una enfermedad degenerativa, y esta luchando mucho por mantenerse activa y positiva frente a todo esto, tiene una artritis rehumatoide degenerativa, y cada dia se enfrenta a los dolores, a los tratamientos experimentales, y a no poder ni secarse el pelo sola (aunque ella nunca pide ayuda y lo intenta), no puede ni abrir un bote y se que el dia de mañana le pasara lo mismo que a tu madre.de momento lo mas afectado que tiene son las manos-brazos y ahora ya le esta afectando un poco a las piernas,…. este mundo es muy cruel y solo pienso que como en todas las profesiones siempre hay medicos y medicos, pero esto no es cambiar un tornillo deberian de actuar de otra forma porque somo personas…
Animo….
Besos
Siento muchísimo lo de tu madre. Por lo que me cuentas, tampoco habéis tenido muy buena experiencia con los médicos. Imagino que necesitan blindarse para que las emociones no les interfieran, pero resulta que si se blindan ante todo y tratan a las personas como si fueran cosas, tampoco harán bien su trabajo. Una persona es algo más que un cuerpo.
Un abrazo y gracias por tus palabras 🙂
He vuelto a pasar y me he quedado pensando sobre el trato que los médicos dispensan a un paciente. El trato,,, más allá de los recursos con que cuentan en el centro de salud donde trabajan, más allá de su especialidad, más allá de la complejidad o no de la enfermedad o del paciente. Recordé experiencias personales, como aquella con el médico que me hizo una ecografía ginecológica hace muchos años, y salí diciendo que me había tratado como si yo fuese un lavarropas. O aquel que le dijo a mi madre, en respuesta a una inquietud que ella planteó en el curso de una consulta sobre un malestar de poca importancia (que se supone hay que decir todo, porque si es importante o no tiene que decirlo el médico) y el sujeto le respondió: son cosas de la edad señora, ojalá yo llegue a la suya como usted (mi madre tendría unos 78 entonces). Me dieron ganas de darle una bofetada y decirle que si él llegaba mal o ni siquiera llegaba a esa edad no sería culpa de ella, y que la descortesía sobraba totalmente. Tambien recuerdo otras que mejor no contar. Leo esa falta de delicadeza del médico dejándose oir mientras dice «alegremente» a su colega quetu madre tiene lesiones en todo el esqueleto, y me dan ganas de condenar a todos esos cerdos a trabajos forzados, y a forzar una modificación indispensable en todos los programas de estudios de medicina del planeta, incluyendo materias como trato humanitario, técnicas psicológicas para el trato con pacientes de acuerdo a su edad, enfermedades que padecen, etc, reglas basicas de cortesía en el trato con el otro, etc. Todo ello no les afectará un rábano en lo personal, porque no les pedimos que se sienten a llorar con nosotros, todo lo contrario, que sonrian para que podamos sonreir pese a lo que sea y no que nos claven una pica en el pecho varias veces en el curso de una consulta (y me refiero a las picas que se clavan con gestos o palabras; no al instrumental), sólo que entiendan que si su profesión es curar enfermedades y preservar la salud, es indispensable que le den al paciente el mínimo de afecto para que se sienta en el trato con ellos contenido y seguro, y no ninguneado, ignorado, destratado, con ganas de huir a casa y no verlos nunca más.
Todo hay que decirlo, esta conversación que tuvo el oncólogo la mantuvo fuera de la consulta, en el pasillo, y entornó la puerta para que supuestamente no nos enteráramos… pero nos enteramos. Se lo podía haber ahorrado, pero no ha sido la única falta de tacto que se ha dado en todo este tiempo. A ti ya te he contado unas cuantas.
Apruebo que los médicos, además de sobre el cuerpo humano, deberían estudiar algunas materias que les dieran humanidad.
Un abrazo
Ánimo Silvi, como te dije el otro día lo peor del tema ahora es la incertidumbre, a ver si de una vez por todas se despejan las dudas. Es evidente que el proceso está siendo demasiado lento, a veces es también el tener buena suerte y dar con médicos de los que se vuelcan con sus pacientes (que también los hay), pero parece ser que este no es el caso.
En fin, que me encantaría que el próximo post fuera ese en el que incluyen a tu madre en ese 10%.
Abrazo fuerte mi Perla de Oriente.
Ojalá. El resultado de la punción de pulmón es esta semana. A ver qué nos cuentan.
Otro abrazo fuerte pa ti, reina mora
Mucho ánimo Silvia, ojalá os consigan dar un diagnóstico pronto. Un abrazo 🙂
Ojalá 🙂
Otro abrazo para ti y ánimo con lo de tu pierna.
Creo que esos «amigos» que no la visitan, no es por miedo a decir algo inoportuno, sino por miedo a la enfermedad misma. Ver enferma a una persona que es similar a nosotros nos recuerda que no somos inortales, y que podemos enfermar también.
Es de agradecer que compartas tu experiencia aquí… Las pruebas, los médicos imbéciles, los médicos que no son imbéciles, etc… puede ayudar a muchas personas, y también nos sirve para los que de momento no lo necesitamos. Porque nunca se sabe cuando el cáncer puede aparecer en tu familia (si es que en verdad tiene cáncer y no es de ese 10%). Digo yo que si el cáncer es tan pequeño que no lo encuentran, también es una buena señal ¿no? Cuanto más grande, peor… aunque claro, yo no tengo mucha idea de eso.
De cáncer hay gente que se muere, pero la mayoría sobrevive. Se pasa mal durante el proceso, pero es posible ganar esa batalla, y lo más importante es pensar que se puede conseguir. A mi tía le diagnosticaron cáncer de mama hace dos años, y ahora está bien (con algunas secuelas de la radioterapia, pero mejorando poco a poco). Recuerdo el caso de una clienta mía, que tenía cáncer terminal. Habían dejado de darle tratamiento para curarla, y ya sólo le ponían morfina para aliviarle el dolor. Un día se despertó, y no le dolía nada. Le hicieron mil pruebas, y ni rastro del cáncer… se había curado espontaneamente, de la noche a la mañana. El cáncer se acaba cuando se acaba, y mientras no se ha acabado, se puede seguir luchando.
Gracias por lo que comentas, Pablo. Lo del miedo a la enfermedad, porque nos recuerda nuestra debilidad, me suena a reflexión acertada. En cuanto a los testimonios que cuentas, son muy esperanzadores y esperanza es algo que hace falta en estos momentos 🙂
Por lo demás, hasta los médicos reconocen que la vida y la muerte son un misterio. Una acaba concluyendo que no había sonado aún la hora de aquella mujer de tu historia.
Un abrazo