Encuestas:
Nuestro jefe, en un ataque de sabiduría (cosas de los planes de calidad) ha decidido que pasemos a 10 de los padres de nuestros niños una encuesta de satisfacción, sin reparar en las siguientes cuestiones:
- La mayor parte de los padres escupen a los niños y se van. Es lógico, si los dejan con nosotras es porque tienen que trabajar, así que mucho tiempo para hacer encuestas no tienen. Los padres que no hacen esto… directamente no vienen, muchos niños llegan solos al colegio.
- Las preguntas que contienen las encuestas son, en muchos casos, imposibles de responder para ellos, porque no tienen gran idea, más allá de lo que digan los niños, de lo que hacemos o dejamos de hacer en clase, así que no creemos que estén en condiciones de responder preguntas pedagógicas.
- No han tenido la decencia de entregarnos las encuestas en papel. Pretenden que hagamos el gasto de imprimirlas, pasarlas y luego escanearlas. Tampoco es que nos paguen un extra para hacer esto, corre totalmente de nuestra cuenta, como tantas otras cosas.
- Para colmo, menos mal que no obedecimos inmediatamente: a los cuatro días de habernos enviado las encuestas, nuestro jefe mandó un correo electrónico de disculpa porque se había equivocado de cuestionario, enviando el del año pasado. Imaginaos la gracia que le habrá hecho a la gente a la que le haya tocado pasar las encuestas dos veces.
Mi compi en esta ocasión estaba por encararse con el jefe y explicarle con claridad la estupidez que esto supone. Yo, por el contrario (y es la opción ganadora) soy de la opinión de que le echemos imaginación, contestemos nosotras mismas y punto. Quedamos bien en algo que realmente no es importante más que para que nuestro jefe pase sus inspecciones y, de paso, nos ahorramos posibles críticas que podrían hacernos los improbables padres que se dignaran a contestar.
Supervivencia obliga.
Chorradas:
De momento no hemos tenido más broncas con las del comedor, pero el director no cumplió su parte del trato. Como recordaréis, nos dieron un armarito y próximamente tenían que llegar una llave o unos candados y los famosos cubiertos perdidos.
No obstante, el armario tiene la facultad de parecer cerrado cuando se cierra y, como luce con letras azules enormes aquello de «Aula Matinal», imagino que su aspecto es bastante disuasorio; al menos, hoy por hoy (sólo llevamos dos semanas con él) no nos ha desaparecido nada.
En cuanto a los cubiertos, el director admite que los que las arpías del comedor escondieron en la última refriega pertenecen al centro y no a ellas, pero parece que no ha tenido valor para reclamárselos. La verdad es que me intriga qué clase de poder tienen esas mujeres sobre él, porque no se explica siendo él supuestamente su jefe. De hecho, alguna vez me ha abordado la conserje para defender al pobrecito director: «Si es que no le podéis pedir todo al centro ¡pedirle a vuestra empresa materiales!».
La putada es no poder responder sinceramente a esta pregunta, diciendo:
- A nuestra empresa mejor no pedirle ni el saludo. Nos han dejado sin materiales para hacer las actividades. Sólo una vez nos llegó material y fue a los 2-3 meses de haber empezado, cuando ya deberían haber pasado por el colegio otras dos veces más. Con lo que nos dan, es imposible hacer las actividades que tenemos programadas. De ahí que hayamos adoptado la política de «como no nos facilitan nada, no hacemos nada».
- El hecho de que no podamos pedir materiales a nuestra empresa no implica que no podamos reclamar al director lo que es de uso común y si esos cubiertos eran del centro, las del comedor no tenían el menor derecho a llevárselos a una habitación bajo llave.
Pero, como veis, esto no se puede decir: dejar mal a nuestra empresa puede suponer que en este y en otros colegios no la contraten para llevar aulas matinales y eso implica a su vez que monitores como YO podamos mantener el trabajo.
Primeras comuniones:
Estamos en abril y estar en abril implica la proximidad de mayo, es decir, de las PRIMERAS COMUNIONES. Así que están todos los críos de esa edad, con independencia del grado de religiosidad de las familias, haciendo gastazo (bueno, ellos no, sus familias), buscando la ropa, ensayando todas las tardes, preparando las fotos…
Y a propósito de eso, hoy ha llegado la madre de las dos niñas tímidas con un álbum de estos modernos. Ya sabéis a lo que me refiero, cuando la gente de mi edad hizo la primera comunión nos sacaban, como mucho, dos o tres fotos, de esas con fondo azul y manos o enlazadas (de esas con «el collar de Cristo alrededor», como decía mi alumno el rubito) o con las palmas apretadas la una contra la otra, melena larga y cara de santo/a.
Ahora las fotos de estudio de estos eventos parecen más propias que de las bodas, infinitos escenarios, paisajes, poses… y de entre el alucinante repertorio de poses de mi alumna, la que más alucinada me ha dejado es una de medio cuerpo en la que sale con su vestido de comunión (no salía en todas con el vestido) enseñando, ojito, la tiranta del sujetador. No es por ser malpensada, pero una foto de comunión no debería alentar a la pederastia ¿no os parece?
Me llamó la atención también cómo las familias van tolerando ese gasto idiota con medidas ingeniosas. Ella nos contó que como no tenían dinero para pagar la celebración, el presupuesto de sus familiares se ha ido en ayudar a pagarla en vez de en fundírselo en regalos.
¿Recordáis cómo eran los regalos de comunión? A mí me dieron diarios como para escribir 20 veces mi vida, alguna muñeca comunionera, un libro de firmas y una calculadora parlante; no muy discreta para usarla en un contexto formal, pero muy divertida de emplear en casa. Le hubiera faltado poder cambiar de voz,como los GPS, me habría gustado ver una calculadora-Darth-Vader u otra Chiquito-de-la-Calzada.
No sé en qué momento comenzó a cambiar esto y aquello regalos fueron sustituidos por Plays, de-eses, móviles de última generación y similares.
Y ahora, que tenemos la crisis en toda la chepa, lo más moderno: entre todos pagan la fiesta… ¡y a tomar por saco, tanto regalito!
Cuando esta mujer ha salido de la clase, me mira mi compañera y me dice: «Silvia, por favor, qué cosas más modernas… ¿Cómo serán las comuniones del futuro, si las hay? ¿Con las fotos en 3-D o qué?»
Mi respuesta ha sido: «¿Quieres algo moderno de verdad? Pues a la vuelta de la esquina tenemos la primera comunión por lo civil«.
Se ha partido la caja, pero es que… creo que acabará pasando, porque el personal no está en un plan demasiado creyente en los últimos tiempos y sin embargo, fijaos cómo les gusta gastarse una pasta en disfrazar a los niños de marineros y a las niñas de novias para hacer el paripé… ¡ay!
jjjj, me parto, me encanta leer tus aventuras en el cole. Aunque lo siento, yo soy de las madres que se quedan hasta que se forman las filas y cada uno a su clase, o sea que hubiera hecho la encuesta jjjjj. Y el mio ahora tiene 5 años, pero si quisiera hacer la comunión, desde luego pienso hacerlo a la antigua usanza, fotos con cámaras familiares etc.
Pero en este caso es gente que deja a sus niños mucho antes en el colegio porque tienen que ir muy temprano a trabajar, por lo que no tienen tiempo ni para cruzar un saludo 🙂 Por cierto, he hablado de este tema con algunas madres y veo que ahora es costumbre dejar que los niños decidan si hacen o no la Primera Comunión. Lo que pasa es que la mayoría dicen que sí en cuanto ven que la hacen sus amigos. Yo soy de la opinión de que las decisiones religiosas hay que hacerlas de adulto y con mucho menos espectáculo. De hecho, ahora parece que lo que importa en este tema es un espectáculo y para eso podríamos darle un aire pagano a la cosa, celebrar el inicio de la «edad de la razón» o llamar a la fiesta «mira qué guapo está mi niño» e invitar a una merendola a padres y amigos. ¡Un besote!
Pues Oscar la hace el año que viene, y a mi ya me están temblando las canillas cada vez q lo pienso, el caso es que no soy yo partidaria de esos paripés, y cuando llegó el momento de apuntar al niño a catequesis (ahora es la caña, tres años de la misma), le hice las preguntas pertinentes, q si quería hacer la comunión…., q si quería acudir durante tres años a esa clase una vez por semana …etc…. Primero me dijo que no, (debo de confesar que aunque intenté ser neutral y dejar que decidiera sin decirle nada que le pudiera influir, si que lancé unas cuantas frases en contra para disuadirle, ja!). Contentísima con quitarme semejante problema de encima respiré tranquila….pero nooo, no podía ser tan bonito, nooo, a los pocos dias me dijo que SÍ, q le llevara porque sus amigos iban, y él tamb quería ir, y, aunque le expliqué que las cosas no se hacen (y más este tipo de cosas) porque las hagan los demás, sino porque realmente quieres, pues no hubo manera, así q me toca llevar el paripé palante, y la verdad no sé aún como lo voy a hacer (glups) q San Cucufato nos pille confesaos jajajaja….
Muy buena la contestación a tu compi, «Comuniones por lo civil» jajajaja…q bueno nenica.
Besos Perla de Oriente.
Es lo que le decía a Susana… ¡tu niño es muy chico para tomar decisiones así! No puedo decir «de este agua no beberé» porque no tengo zagales y no parece que los vaya a tener en breve, pero creo que yo seré la típica madre que imponga ciertas cosas por cojones (o por ovarios) y una de ellas será no administrar sacramentos a los niños. Ojo, eso no quiere decir que no procure que conozcan la religión (y fijaos que no hablo de mi religión, sino de la religión) porque la espiritualidad es importante, se adquieren valores positivos, y además las religiones (nótese el plural) han influido mucho en la cultura. Obvio que también contaré mi sentir particular ante el tema (y el supuesto padre de la criatura también deberá hacer lo mismo) pero la decisión de ser o no creyente y aceptar o no sacramentos será de ellos cuando sean adultos, no mía.
Y puede que en su momento a mi hipotética descendencia le moleste, pero creo que a la larga lo agradecerá.
Muy de acuerdo contigo 😉 La cosa es aparentar. Me alegra verte de buen humor, un abrazo grande y te sigo leyendo.
Besos. Explorador 🙂
¡Hola,Explorador, qué alegría verte! Menos mal que te has identificado, que se me había olvidado tu nuevo nick. Le voy debiendo una visita a tu espacio, se me acumula el trabajo, pero pienso hacerlo este fin de semana.
¡Un besote!
Holaaaaaa, felicitarte por la forma original y peculiar con q enfocas los temas, de verdad me gusta mucho.
Me hiciste evocar gratos momentos, de cuando hice mi primera comunión, que como bien dices, en esto tiempos todo va en «elegancias sin sentido», que lo único q hacen es aumentar nuestro ego y nuestra vanidad.
Respecto a las anécdotas del trabajo, me parece, que a veces los Jefes, son medio locos. Jajajajaja… y siempre serán «LOS JEFES», con pernos sueltos o no.
Lindos días los de antaño.
Gran entrada Silvia.
Un cálido abrazo desde Perú, me encantó pasar por aquí.
¡Gracias, Nuria! Me alegra que te guste. Yo lo que procuro es escribir como si estuviera conversando en una cafetería. Es más, cometo el error de no revisar apenas, voy soltando frases según las voy pensando, y si se cuela algún chiste, refrán o palabra malsonante, las dejo donde están. La razón es hacerme más cercana a quien me lea.
Un abrazo 😀 (sé que a ti también te debo ya una visita)
Jajaja, no esta mal pensao lo de la comunion por lo civil, a ver si pa cuando nos toke, no tenemos k llevar a los chikillos a catekesis, jijiji, bss wapa!!!
Me da a mí que antes de asistir a comuniones, asistiré a bautizos. El bombo de Lorena es inminente y el tuyo no creo que tarde demasiado 😛
¡Muakis, guapa! ¡Nos vemos el domingo!
Dentro de un mes toca volver a una comunión, hace años que no me acerco a acontecimiento de este tipo. Además, esta vez he podido entrar en contacto con la preparación de una comunión, más o menos de cerca. Es impresionante el gasto que puede conllevar si se hacen las cosas como las hace la gente normalmente. Por suerte, utilizando el cerebro, se puede escapar de todo este montaje. Pero hay padres que, incluso, eligen el restaurante/hotel/¡parador! para la comunión de su hija en función de la escalinata de entrada, porque el vestido de su hija «quedará muy bien con esos escalones tan rebajados». No sé, a veces pienso que tenemos el país o la sociedad que nos merecemos, porque hay demasido imbécil suelto por ahí.
¡Lo del vestido y los escalones me ha dejado «muerta-moría»! Es indudable que hay mucho gilipollas en España, la gente parece vivir más de puertas para afuera que de puertas para adentro.
Como he comentado a Susana, quien evita la tentación evita el peligro: si algún día me da por tener hijos, no les dejo elegir, paso de administrarles sacramentos, porque los niños no tienen todavía conciencia de cuál va a ser su posicionamiento religioso, del mismo modo que tampoco saben cuál será su ética o sus planteamientos políticos. Esas cosas se eligen conforme se va llegando a la edad adulta.
Y qué curioso que todo el mundo habla más del vestido,el álbum y la comida que de lo que significa realmente ese hecho ¿verdad?
Un besote 🙂
Jajaja muy buena entrada Silvi, me he reído mucho con lo de las niñas de comuniones por lo civil. En el tema de la foto de la tiranta estoy totalmente de acuerdo contigo, además lo veo algo fuera de lugar para lo que es. Me alegro que las del comedor pasen de meter más cizaña y a ver si os ponen ya el maldito candado con llaves, que no es tan difícil. Y lo de la rebeldía de las encuestas digo VIVA LA REVOLUCIÓN! A veces solo importa sobrevivir.
¡Hola, Luismi! ¡Otro al que le debo unas cuantas lecturas ya! Este finde me pongo al día, de verdad de la buena.
Me alegra que te hayas reído con la entrada.
Y sí, a veces sólo importa sobrevivir, y más como está el panorama laboral.
¡Un besote, guapetón! ¡A ver cuándo quedamos!
Crisis? What crisis?
Comunionemos pues.