¡Nueva cabecera y algunas sorpresas!

¡Hola a todos!

Por si no lo habéis notado… ¡tenemos cabecera nueva! No sé si os gustará tanto como os gustaba la anterior – en realidad, ni siquiera sé si os gustaba la anterior- pero al menos pretende encajar más con el momento actual que la otra.

Quienes me leéis desde el principio recordaréis que este blog comenzó con mi tercer suspenso en unas oposiciones y supuso la expresión de una crisis que podría sintetizarse con un “y ahora ¿qué voy a hacer con mi vida?”. De ahí que la cabecera representara a una chavala desplomada sobre sus apuntes.

Y sigo así, sin saber qué hacer con mi vida, pero con unas diferencias importantes:

• Ya no siento esa rabia. El sistema de oposiciones sigue pareciéndome una mierda monumental, pero hace ya mucho que apenas escribo unas líneas sobre el tema muy de vez en vez.
• Ya no oposito. En parte porque no salen – a saber cuándo volverán a salir- y en parte porque hoy por hoy no quiero. Realmente este no fue NUNCA el blog de una opositora, sino de una ex opositora que intentaba vivir fuera del camino que otros veían lógico para ella… entonces ¿qué pinta esa cabecera?
• Este es un blog personal, pero la de la cabecera no soy yo. Esto tenía sentido cuando una de mis obsesiones era no perder el anonimato, pero resulta que gracias a la entrevista de Canal Sur hace ya rato que lo perdí, por lo que lo lógico sería dar la cara en toda la extensión de la palabra, figurando en mi cabecera.
• 2012 está siendo un año de cambios brutales que engloba (sin haber terminado): mis comienzos laborales (cotizando), una relación sentimental exprés que me causó algún dilema moral que me reservo, mis planes de emigrar, la enfermedad de mi madre (con fatal pronóstico y espectacular recuperación), mi primer viaje al extranjero (que me ha marcado) y, ahora, de pronto, mi emancipación en unas condiciones que jamás hubiera imaginado.

Poco tiene que ver la Silvia que os escribía aquel verano de 2010 con la que os escribe ahora durante el verano de 2012. Incluso me atrevería a decir, aunque caiga en el error de resultar demasiado pretenciosa, que es ahora cuando me estoy haciendo verdaderamente adulta. La dosis de lecciones vitales que estoy recibiendo es la más alta que he recibido en mi vida.

He de decir que yo sola jamás me habría puesto a pensar en la adecuación de la cabecera. Uno de mis problemas (como bloguera y como persona) es mi escaso cuidado por los detalles estéticos. Fue Luismi, amigo y actual compi de piso, quien me hizo pensar en el asunto y quien se puso manos a la obra a ayudarme con ese tema. De ahí que el pasado viernes 13/07, tres días antes de irnos a vivir juntos, me sacara una foto con idea de editarla y convertirla en mi cabecera.

Esta fue la foto que me hizo y que despertó una gran expectación en mi muro de Facebook porque, como es lógico, a mis contactos les pareció el colmo del absurdo.

Gritando al viento

Debido a esa expectación, el bueno de Vicente Rocamora dejó volar su imaginación regalándome:

Un montaje a lo “Harry Potter”, escoba y snitch dorada incluida:

Un montaje a lo “me voy a comer el mundo por las patillas”:

Un montaje a lo “¡comunistas a mí!”:

Pst. Esta última me hizo especial gracia, considerando que una vez (el verano pasado) salí con un comunista (sí, un mes) y de ahí vienen muchas de las bromas que hago en la actualidad. Es lo que tienen los baños intensivos de idiosincrasia.

Vicente amenaza con hacerme montajes triple XXX. A saber. Ya le he advertido que mi blog es para todos los públicos, pero como le juré que utilizaría para algo todos sus montajes, seguro que hay formas de cumplir esta promesa. Je.

¡Espero que os guste la cabecera y que os haya divertido esta entrada! Y si no os gusta la cabecera, siempre podéis emular a Vicente y hacer montajes con mi foto, que debería ser disciplina olímpica.

¡Ya me contaréis!