Hola a todos. Tras unos días en los que he vivido más en el hospital que en mi casa y en los que no estaba apenas para comunicarme con nadie, he decidido ir rompiendo el silencio porque, aunque duelan, tengo cosas que decir y creo que a vosotros os importan, ya que a lo largo del tiempo he ido creando ciertos lazos con vosotros.
El resumen frío, médico, sería el siguiente:
- Mi madre fue hospitalizada el 29 de octubre. Durante semana y media había estado teniendo problemas de estreñimiento. Su médico de cabecera le mandó un laxante y desde que lo tomó se quejaba de fuertes dolores de estómago, náuseas y falta de apetito. Eso le llevó a dejarlo, por ver si mejoraba, pero tras cuatro días sin apenas comer y con dolores la llevamos al hospital.
- Entre otros especialistas, aquel día vimos al doctor que le dio las sesiones de radio y que intentó conseguirle las de estroncio. Quería comentarnos los resultados de la gammagrafía ósea y del TAC que se le hicieron en agosto. Esa gammagrafía que nos dejó tan optimistas porque no se apreciaba la metástasis nos engañó como a chinos. A mi madre le quedaba tan poco hueso que la metástasis se hizo invisible. Y si la metástasis es invisible en la gamma, el estroncio, ese remedio que la iba a dejar sin dolor cinco meses, era inservible, porque esto indicaba que no se fijaría en los huesos, sino que se iría por la orina. Sin embargo, en el TAC no sólo se veía que la metástasis continuaba, sino que además se había extendido a los dos riñones y al hígado. Es decir, estaba perdida, pese a que habían bajado los marcadores del cáncer y pese a que sus análisis de sangre estaban estupendos, ya que estos órganos todavía seguían funcionado… hasta que, en cualquier momento dejaran de funcionar.
- No obstante, teníamos esperanza de que aguantaran esos órganos un poco más. El motivo del ingreso seguía siendo un problema digestivo. Cuando fue ingresada lo que nos decían era que se trataba de un tema de pasar dos días a suero, superar la infección e inflamación, pasar a dieta blanda para ir reanimando poco a poco el intestino perezoso, reajustar la medicación para que no le causara estreñimiento y cuando la dieta, las náuseas y el estreñimiento estuvieran controlados, volvería a casa.
- Tuvimos la desgracia de que la oncóloga de mi madre no regresó de sus vacaciones hasta el viernes dos de noviembre. Ya mi madre había comenzado con la dieta blanda y estaba animada, creyendo que igual volvería a casa en cuanto pasara el fin de semana, que es cuando dan las altas, pero cuando hablé con ella me dio la fatal noticia: la función hepática estaba fallando y el martes (esto sí lo sabía) se detectó un nivel alto de potasio en sangre, lo que indicaba el comienzo de los fallos renales. Quedaba poco. Algo increíble cuando ya se la veía comer y seguía empeñada en ir al baño por su propio pie a pesar de sus problemas de locomoción.
- La madrugada del sábado al domingo comenzaron los problemas respiratorios. Recordaréis que su cáncer era de pulmón pero que hasta ahora el pulmón no había dado síntomas. Pues este fue el momento en que comenzó a darlos. Fue necesario ponerle mascarilla y desde ese momento no pudo comer ni volver a levantarse de la cama.
- El domingo fue el último día que pudo hablar. Se asfixiaba. Fue un día en el que recibió muchas llamadas y visitas y os aseguro que fue feliz y se sintió querida. Ya sabía que era el momento de despedirse. Lo supo cuando me vio irme aparte a hablar con la oncóloga en vez de mantener la conversación delante suya, pues al volver la encontré llorando. Este domingo se le dio la unción de enfermos y siendo mi madre como era una mujer muy creyente, aquello le proporcionó mucha paz.
- El lunes cayó en un estado de sedación profunda. Me ahorraría este dato, pero como tardé tanto en conocerlo y hubiera agradecido conocerlo antes, me animo a compartirlo con vosotros por si, por desgracia, alguna vez os fuera útil. Esta gente tan sedada que parece haber entrado en un estado de coma, aunque no puedan moverse ni hablar, OYE. El oído es el último sentido que se pierde. Cuidad mucho lo que decís ante un enfermo así. Podéis encontraros con que, de pronto, intentan mover la cabeza o las cejas como respuesta a lo que decís cuando os creíais que ya hacía mucho que habían dejado de escucharos.
- El miércoles siete de noviembre a las ocho y media de la tarde murió y ayer, viernes 9, fue la misa funeral y el entierro.
Ahora tenemos su ordenador, ese que nunca prestaba, apartado en una esquina, aunque hoy me atreví a cogerlo para escribir esto. Tenemos su sillón, ese en el que pasó estos meses de inmovilidad, vacío… aunque la gata se sienta en él respetando el sitio que ocupaba mi madre, como si de alguna manera continuara allí. Tenemos las ventanas cerradas, cosa que jamás se produjo en vida de mi madre, que al ser claustrofóbica siempre exigía que estuvieran abiertas. Tenemos, en definitiva, una sensación de ausencia insoportable.
El sueño acumulado carece de importancia. Tampoco me importa haber comido mal; podría haber prescindido de comer perfectamente. Importan más ciertas preguntas que pasan por mi mente. ¿Se iría en paz o sufrió? ¿Qué cosas pudo oír cuando la gente se sentía libre para hablar en la creencia de que no se daba cuenta? ¿Pudo quedarle algo por decir o por hacer? ¿Habría cambiado algo que el resultado de estas pruebas que se hicieron en agosto se nos hubieran comunicado inmediatamente? ¿Habría sido bueno que ella lo supiera o fue mejor que le cogiera la muerte por sorpresa?
Ella luchaba, quería vivir. Tenía 56 años. Me había prometido llegar viva a mi cumpleaños (en diciembre) y al estreno de «El Hobbit», que estaba loca por ver (también en diciembre). Se sentía animada, porque durante todos estos meses sus síntomas habían permanecido estables y los médicos le decían que si respondía bien a la quimio podría optar a cinco años más de vida. Sus ánimos eran tales que muchos de sus amigos me cuentan que cuando la llamaban para animarla era ella la que les daba ánimos a ellos.
Cinco años son muy poco, pero eran la respuesta a mis plegarias. Quería que al menos me llegara a los 60 (murió con 56 años), que se jubilara, que se regalara algún viaje. Incluso, y os va a sonar quizá muy raro, siendo yo una persona que suele bromear diciendo que tal y como está el mundo no sé si tener hijos o plantas carnívoras, había llegado a plantearme la posibilidad (si la logística económico-sentimental me lo permitía) tener algún hijo para que ella conociera algún nieto antes de morir, puesto que mis hermanos son mucho más jóvenes que yo y ella se quedó con las ganas de tener nietos.
Muchas cosas me atormentan, pero al menos tengo la tranquilidad de que mi hermana y yo luchamos por cumplir sus últimas voluntades. Ella quería despedirse del mundo bien guapa. Siempre fue una mujer muy coqueta. No quería estar tirada en un féretro envuelta en una simple manta y con aspecto de descompuesta. Quería ir con un vestido largo, verde, bien peinada y maquillada. Costó, a mucha gente le pareció una estupidez (parece imposible que alguien pueda querer oponerse a esto, pero la hubo) y, sin embargo, lo hicimos. Como su pelo todavía estaba cortito, no le dio tiempo a recuperar su melena, la enterramos con la peluca que se ponía para salir. Y, por supuesto, no podía faltar la canción de «Color Esperanza» de Diego Torres en su funeral. Siempre me dejó claro que era la canción con la que quería marcharse, a fin de regalar un mensaje positivo a los demás.
Como hija mayor, la que más pudo disfrutar de ella, y la más cercana, porque conmigo además de comportarse como una madre se comportaba como una amiga, prometo que siempre la tendré presente y que dedicaré cada día a recordarla. Para ello prometo que hablaré de ella a mis hermanos, compartiré con ellos todas las anécdotas que recuerdo, para que sepan quién fue su madre y que les quería. Pensad que mi hermana tiene 22 años, pero mi hermano ha perdido a su madre con 17. Bastante problema es vivir con el dolor de haberla perdido cuando ella era joven para morir y nosotros también somos jóvenes para quedar huérfanos como para sumarle a esto el error de eludirla en nuestras conversaciones y que esos recuerdos que ahora son reliquias caigan en el olvido por cobardía, pues son cuanto nos queda de ella.
Aunque yo, sinceramente, siento que siempre seguirá entre nosotros.
Madre, descansa en paz.
PD: A los enfermos de cáncer, nunca dejéis de luchar. Cada mes que mi madre ha arañado a esta puta enfermedad ha sido un regalo. No os deis por vencidos, digan lo que digan. No os sugestionéis por los tiempos que os dan y no hagáis a los médicos agoreros de vuestras vidas. Ella murió joven, pero de no luchar habría muerto antes todavía. ¡Fuerza!
Muy bonito el texto sil, muy bonito.
Muchos besos.
Gracias, Fonso. Nada es lo suficientemente bonito para ella.
Mi pésame, ahora sólo piensa que siempre estará contigo, de otra manera, pero siempre estará ahí, ya lo verás. Un besazo
No lo dudo. Creo en la vida espiritual. Aunque no es lo mismo, pero sé que seguirá con nosotros de algún modo…
Sólo puedo darte el más fuerte de mis abrazos. Voy en un autobús de línea emocionado por lo que has escrito. La madre de mi novia tb se fue asi, dejando una hija de 22 y un hijo de 17. Como ves hay cosas muy parejas en esta historia.
Mucho ánimo
Le falta una hija de 28 para hacer un calco. Maldita enfermedad. Mi madre, cuando yo me indignaba por cualquier cosa, siempre respondía con socarronería: «¿De qué te quejas? ¿Quién te dijo que la vida era justa?»… qué razón tiene.
Cada persona tiene algo que la hace unica e irrepetible. Creo que el mejor homenaje
que alguien puede recibir es cuando la gente proxima reconoce este rasgo como algo
bueno y lo aprende, lo imita, y lo divulga a otra gente. Y cuando eso ocurre, de una
u otra forma, sigue con nosotros.Asi que mientras seas una persona de fuerte como tu
madre y conozcas, respetes, y transmitas esas normas que ella seguia, la tendras cerca.
. Animo.
Dudo que jamás sea tan fuerte como lo fue mi madre, ni siquiera la mitad, pero lo intentaré. Un besote.
Mucho ánimo a ti y a los tuyos. Tenéis todo mi apoyo. Muchos besos de tu compi!
Ya lo sé, compi. A ti te voy a estar agradecida de por vida y lo sabes. ¡Muaks!
Besitos!!!
No sé ni qué decirte. Siento que tu madre ha sido una mujer afortunada al tener una hija como tú, que seguro es este el momento más triste de tu vida pero sabes que muchos te queremos y ojalá que de un modo u otro ese amor te rodee y te permita superar la hondura de esa tristeza infinita. No te atormentes con las reflexiones que te haces: ya todo pasó y todo está «bien», todo fue como Dios lo ha querido, ella ya no sufre y está en paz, y tú también puedes estar en paz porque hiciste lo que debías y le diste todo tu amor. Este primer día es terrible, pero el tiempo sosiega, chiquita, y todos seguirán adelante con sus vidas como corresponde, con el recuerdo luminoso de tu madre a quien , como bien dices, no olvidarás. Descuida, ella estará siempre cerca de sus hijos. Te abrazo con el corazón.
Otro abrazo para ti. Gracias por estar.
Querida Silvia. Es verdad que el aprecio y el cariño son sentimientos que pueden unir a la gente a través de internet, sin que el hecho de no conocernos físicamente quite ni ponga nada a esa relación. Fíjate qué curioso porque además de conocerte a ti, de alguna manera también conocí a tu madre en la red porque ella utilizaba tu cuenta para jugar a juegos del facebook y ambas nos mandábamos ayuda para seguir cultivando plantas en un reino inventado. Después te veía escribir: mi madre usa mi cuenta para los juegos y yo los odio…y me reía porque yo hago lo mismo con mi hija, entro en su cuenta para mandarme a mí misma energía con la que seguir explotando burbujitas y otras chorradas más de ese tipo.
Sólo soy capaz de decirte que aquí estoy y que a veces se puede necesitar a una persona de fuera de tu entorno, alguien a quien quizás sólo te une una afición en común para desahogarte o para desconectar. Si es así, aquí me tienes. Un beso enorme, Silvia. Lo siento, con el corazón.
Ya ves, eso nos llevó a tener alguna discusión, porque ella pasaba en mi cuenta más tiempo que yo y cuando me dejaba el chat abierto empezaban a hablarle todos mis contactos, pero hay que decir que era muy respetuosa y jamás se iba a meter a leer conversaciones privadas. Ahora me arrepiento de haberle reprochado nada, pero por otro lado, esa clase de discusiones son lo normal entre madre e hija… y al final, aunque yo dijera cosas del tipo «me dan ganas de cambiar la clave de mi cuenta», el caso es que jamás lo hice y ahora tengo una legión de contactos que ni conozco, los contactos que ella conocía de los juegos… y que, por cierto, llenaron su perfil cuando se enteraron del suceso. Fíjate que me planteé borrarles, ahora que mi cuenta, por desgracia, vuelve a ser sólo mía, pero después del afecto que le han demostrado, no tocaré esos contactos.
Un abrazo, Mamen. Gracias.
Silvia, gran relato y memoria para tu madre, estate segura que como hija has cumplido, como debe ser, haciendo posible las voluntades de tu madre has echo lo correcto, lo cierto que con tu conclusion de que el cancer hay que lucharlo y de que las ganas de vivir deben estar siempre presentes por encima de todo. Has dado en el clavo eso es un axioma indiscutible.
Silvia permiteme que te diga una cosa, la gente que muere nunca se va, Por que es virtud nuestra tenerla presente, y ese recuerdo siempre permanece vivo en nuestros corazones, ese sentimiento que nos da nos permite que lo aprendido, ya bien a base de esfuerzo o en sentimientos podamos transmitirlo a nuestros seres cercanos, las lecciones aprendidas las mantendremos vivas y como bien dices que esos recuerdos más nitidos que a ti te quedan puedas transmitirlos a tus hermanos.
Silvia un abrazo muy grande y sobra decir que lo que necesites tanto por parte de Estefania como mía, lo tendras no en vano de la gente como tu siempre se sacan reflexiones utiles.
Mucha fuerza Silvia y sobretodo mucho valor ahora has asumido involuntariamente un papel importante en tu vida y que sepas que no vas a estar sola en este caamino.
¿Sabes? Es ahora cuando puedo decir que soy verdaderamente adulta y te diré por qué. Una madre es la brújula, el punto de referencia, la persona con la que consultas las decisiones. Al menos, así era en mi caso. En lo que a mí respecta, faltándome mi madre, me falta un pedazo. Ahora tendré que decidir sin consultar… y asumir las consecuencias de mis decisiones sin más referencias que yo misma, pero te aseguro que tengo la sensación de que no me hace falta que esté viva para saber qué pensaría de cada situación que se me plantea ahora e, incluso, de cualquiera que se me pueda plantear en el futuro. Hasta ese punto nos conocíamos. Gracias a ambos, se os quiere. Espero merecer el buen concepto en el que me tenéis.
¿Sabes? Si se ha hecho tanto por ella, si ella ha luchado tanto, si se sintió tan querida y arropada en esos últimos momentos… Es muy posible que se haya ido en paz.
Un abrazo enorme y muchísimo ánimo a todos. ¡Besazos!
Ojalá, Isi. Besos y abrazos para ti también.
La verdad es que nunca sé que decir en estos momentos además de un «lo siento «. Es una mierda cuando toca y, aunque todos sabemos que ha de llegar, nunca se está preparado, y menos cuando es a una edad a la que no corresponde. Os deseo mucha fuerza y mucho ánimo para afrontar este momento. Un abrazo.
Ni le correspondía a ella ni a nosotros, pero así ha sido. Sin embargo, no somos los primeros ni los últimos. El cáncer no discrimina por edades. Se ven niños que lo sufren. La salud es lo principal. Suena a tópico, pero es una verdad como un piano. Un beso grande.
Mis condolencias, amiga. Un abrazo enorme para ti y tus hermanos.
Gracias, Gisselita. Abrazos para ti y para tu dragón 🙂
Jolines, me acabo de quedar helada… Ya sabes que sé por lo que estás pasando, yo misma lo viví, y de manera muy parecida. Se me han saltado las lágrimas, y de hecho, he preferido no leer el post entero. Por como empezaste, ya me imaginé de qué iba. LO SIENTO. MUCHO. Un abrazo muy fuerte para ti y tu familia y quiero que recuerdes, en esos momentos horribles que tendrás, que el tiempo lo cura todo y que se sale adelante. Ya lo verás. Te lo digo yo, que pensé que me moría con ella. Irás transformando las emociones negativas en cariño y nacerás de nuevo cuando te limpies del todo. No decaigas: eres luchadora, saldrás fortalecida.
Con cariño.
Ya estoy yo con mis cosas raras. No estoy en mi ordenador y me he olvidado de iniciar sesión, así que he publicado con el nombre de mi sobrina. Te pongo otra vez el comentario, que me salió del corazón, te lo prometo.
Jolines, me acabo de quedar helada… Ya sabes que sé por lo que estás pasando, yo misma lo viví, y de manera muy parecida. Se me han saltado las lágrimas, y de hecho, he preferido no leer el post entero. Por como empezaste, ya me imaginé de qué iba. LO SIENTO. MUCHO. Un abrazo muy fuerte para ti y tu familia y quiero que recuerdes, en esos momentos horribles que tendrás, que el tiempo lo cura todo y que se sale adelante. Ya lo verás. Te lo digo yo, que pensé que me moría con ella. Irás transformando las emociones negativas en cariño y nacerás de nuevo cuando te limpies del todo. No decaigas: eres luchadora, saldrás fortalecida.
Con cariño.
He pasado unos días de mucho llorar y de mucho hablar de ella, permanentemente, llegando a la obsesión. Sin embargo, hoy me siento extrañamente tranquila, en paz, convencida de que la siento cerca rondando por casa. Todo el rato le estoy hablando. Cualquiera que me vea puede pensar que estoy loca y lo peor es que puede que tengan razón, pero me siento bien creyendo que la tengo conmigo. Imagino que esto es cuestión de cómo se afronte cada día, días mejores, días peores, días de llorar, de disimular, de no querer hablar con nadie o de buscar el consuelo de todo el mundo… hoy tuve el día, tras varios de bajón absoluto, de responder a los mensajes de condolencias e imaginármela enredando por casa, tratando de comunicarse conmigo. Al final acabaré aprendiendo a vivir con ello. Es un trabajo al que toca dedicar el resto de mi vida. Un abrazo.
No he podido evitar dolor por esta triste noticia que de hace meses he estado pendiente de su evolución. Lo siento en lo más profundo de mi corazón.
Un fuerte abrazo mi querida amiga. Te quiero mucho.
Ya sé, Lolica, que has estado pendiente de todo. Unas veces has comentado más que otras, pero procurabas estar al tanto. Sé que lo sientes. Seguro que lo sientes tú más que otras personas que presumen de cercanas y hace años que no me hablan. Estos días he estado recibiendo condolencias verdaderamente insólitas, y una no quiere ser mala pero… cuando dos chavalas que no te hablan desde el 2006 se ofrecen para lo que sea, la verdad, una desconfía.
Se te quiere. Otro abrazo para ti.
Lo siento muchísimo, no sé que decirte. Sólo que sé que pudo partir orgullosa de ti, con toda la razón, y que espero que seais fuertes, y algún día, dentro de muchos años, os reencontréis. Nadie sabe, pero quiero tener fe. Pero mientras tanto, que ella te acompañe siempre y…no me extiendo, divago y puedo decir cosas que te suenen absurdas, perdóname si es así…un abrazo fuerte. Eres una gran persona, estoy seguro
Gracias por el buen concepto que tienes de mí. Yo también quiero pensar que nos reencontraremos y que, mientras tanto, andará por aquí. Certezas no hay ninguna, pero indicios tengo unos cuantos. Otro abrazo fuerte para ti 🙂
Silvia, ha sido un lindo homenaje para tu madre. Es un post lleno de sentimiento. En donde esté, siempre estará contigo y con tus hermanos.
Decirte que estoy contigo, que siento mucho lo sucedido. Tu madre estará orgullosa siempre de tí,
Te dejo muchos cariños y un fuerte abrazo.
Besos!
Muchas gracias, Nuria, eres un primor. Otro fuerte abrazo para ti.
Hoy más que nunca, que te sea leve. Fuiste muy correcta al cumplirle todos los deseos. Eres una hija ejemplar.
No los cumplí yo sola. Sin mi hermana y unos cuantos amigos, habría sido imposible. Creo que nunca en mi vida hemos pedido la ayuda de tanta gente. Ella y yo tenemos suerte con las personas que los rodean. Lo que pasa es que yo era la única persona que conocía esos deseos; los conocía porque mucho antes de que a mi madre se le detectara el cáncer, habíamos mantenido alguna vez la típica charla ociosa de «cómo me gustaría que se llevara a cabo mi funeral». Entonces, de las dos o tres veces que habíamos tocado el tema, yo lo recordaba… aunque no puse este recuerdo en positivo hasta que mi hermana me dijo «Silvia… ¿tienes alguna idea de lo que mamá querría que hiciéramos?». Entonces el contenido de aquellas conversaciones vino a mi mente de golpe y nos pusimos manos a la obra, pese a que a algunas voces esas peticiones les parecieran tontas.
Pero a lo que iba, sin mi hermana no hubiera podido. Ella se esforzó tanto o más que yo por hacer cumplir sus deseos. E, incluso, nuestros amigos.
Y quien quiera saber más, que me invite a café, más que nada porque, aunque me gustaría, no todo debe quedar por escrito.
Un besote.
pffff niña, es un texto precioso, con lágrimas en los ojos me tienes, ella está y estará siempre, no lo dudes nunca.
🙂 la pena es no poder verla, pero sé que está. Besos mil.
Lo siento muchísimo, Silvia.
Se muy bien lo mal que lo estás pasando. Yo perdí a mi padre cuando él tenia 45 años y yo, la mayor de 8 hermanos, solo 17. Fue muy duro y doloroso, sobre todo para mi madre.
A mi madre la perdí en 2007, tenía 82 años y llevaba ya unos meses regular, pero en poco mas de una semana empeoró y se nos fue.
A los dos los recuerdo y los añoro.
Consuélate pensando en que los años que la tuviste ella también te tuvo a su lado; tu misma lo has dicho, disfrutaste mas tiempo de ella por ser la mayor, y además de madre, era amiga.
Y siempre vivirá en tu recuerdo y en tu corazón.
Un gran abrazo
Tú tenías la edad actual de mi hermano con la agravante de ser la mayor. Me imagino que te tocó madurar de golpe. Pobrecita tu madre también y pobres tus hermanos, que eran unos críos.
Y no tener ni al padre ni a la madre debe ser desolador… a mi padre habrá que vigilarle ahora. Le tengo viendo telenovelas porque se imagina que mi madre las ve. Llega a ser inquietante.
Mi consuelo es justo ese que dices… y el pensar que aún sigue con nosotros de alguna manera.
Un beso grande.
Tu padre es el que mas la extraña, debéis tener un tacto especial con él y mucha atención. Se ha ido su compañera.
Los hijos por mucho que lo sintáis tenéis vuestra vida, pero la suya se ha roto completamente.
Cada día la echareis mas de menos, aunque te aseguro que el tiempo atenúa el dolor.
Nunca se olvida, pero duele menos, si no sería insoportable.
Besos
Con mi padre siempre ha tocado tener un tacto especial, así que ahora… más todavía [nota pícara de humor]. Supongo que tienes razón, pero mis hermanos son muy jóvenes, también han perdido a su principal punto de referencia e, incluso, aunque quede feo decirlo, considero que yo también soy muy joven, aunque la mejor posicionada de los tres.
Imagino que a mi padre, tras 34 años de relación, le costará muchísimo superar esto. Como él mismo dice, lleva más tiempo conviviendo con ella que con su familia de sangre. Ahora sólo le quedamos sus hijos. Eso quiere decir que ahora andamos condenados a entendernos.
Y sí, si no se superaran los dolores, acabaríamos suicidándonos todos. El mismo instinto de supervivencia nos obliga a «olvidar» o a «tener menos presente» algunas cosas.
Besotes.
Tengo unos meses que sigo tu espacio… ya no recuerdo ni porqué inicié la revisión del mismo. Así que ni me conoces ni te conozco. Sin embargo quiero decirte que soy un mexicano de 40 años… Creo comprender por lo que estás pasando… yo lo pasé hace casi 10 años cuando mi madre murió a los 54 años… Me sentí muy triste… desconsolado… me cuestioné muchas cosas que dejé de hacer con ella, por ella… A los tres meses nació mi hijo… y me dió mucha pena que mi madre no lo hubiera conocido… pero el tiempo… mi esposa… mi hijo.. me hicieron darme cuenta que si bien la vida es muy compleja… llena de sin sentidos… también te regala grandes momentos… te provoca felicidad a raudales… la vida se llevó a mi madre y la vida me dió a los pocos meses a mi hijo… No dudo que la vida te depara grandes cosas… vive tu duelo… tu tristeza… tu pena… y luego, déjala ir. Es lo justo por ti, por tu familia y por tu madre.
Sin conocerte, recibe un fuerte abrazo desde México. Si en algún momento puedo ayudarte de alguna manera, házmelo saber.
Mis mejores deseos para ti…
José Luis
A pesar de las circunstancias, siempre es bonito conocer a un lector que nunca antes se ha identificado. La mayor parte de la gente que pasa por mi espacio son personas como tú; gente que, por lo que sea, cayeron en este lugar, lo frecuentan de vez en cuando, pero, por lo que sea, no se han animado a escribir.
Agradezco que te hayas presentado y, sobre todo, que te hayas animado a compartir conmigo tu experiencia. La vida siempre trae alegrías y penas, no lo dudo, soy alguien muy vital; mi desgracia es que no podré compartir ni las alegrías ni las penas con ella… pero saldré adelante. Costará horrores, eso sí, pero no dudes que lo haré.
Un abrazo grande desde España, que incluye también mis mejores deseos para ti.
Hola Silvia, no nos conocemos, aunque nos unen muchas cosas. Sigo desde hace tiempo tu actividad bloguera. No sé qué decirte que no suene vacío ni a frase hecha, ni que pienses que no lo digo de corazón por no conocerte en persona. Hoy me voy a la cama deseándote lo mejor y esperando que tú y tu familia aprendáis a vivir con esto.
Un beso muy fuerte.
PD: me parece admirable que hayas dedicado tiempo, en estas circunstancias, a responder a cada persona que te ha dejado un comentario. Eres exquisita, se nota que has tenido unos padres excelentes.
No es la primera vez que pienso que el hecho de establecer una comunicación a través de un blog puede generar afectos e incluso amistades más profundas que las que surgen por otros medios, así que no dudo de tu sinceridad y te agradezco los buenos deseos 🙂
Hay veces en las que una respuesta colectiva resuelve «la papeleta» pero si te das cuenta, la gente me está dedicando unos mensajes preciosos y lo que merecen es una respuesta individual. Lo que confieso que no soy es puntual, algunos de estos comentarios han esperado días a ser aprobados y respondidos… pero merecían esa respuesta, qué menos. Gracias a estos comentarios una descubre que cuenta con más afectos de los que creía.
En cuanto a cómo he sido educada… mi madre era una dama, en serio, y yo no le llego ni a las babuchas. Quizá hay personas que podrían tildar esta actitud de superficial, pero era alguien que procuraba ofrecer siempre una buena imagen a los demás, tanto en lo tocante a su presencia física como anímica. No quería que la vieran desaliñada, débil, triste o con dolores, porque si alguien la veía mal podría preocuparse o agobiarse y ella no deseaba generar emociones negativas en quien la viera. Y no me refiero al periodo de su enfermedad, te estoy describiendo una actitud vital.
Yo no soy tan estoica, pero confío en que se me haya pegado algo, aunque sea la décima parte.
Un abrazo 🙂
No suelo comentar tu blog, pero te he seguido durante tiempo y no creo que vaya a encontrar palabras ahora para expresarte mi apoyo y pesar por tu pérdida así que tan sólo quiero decirte que nunca se pierde a quien se lleva en el corazón.
Muchas gracias, PeCeCita. Estoy de acuerdo. Mi madre vive en los recuerdos de quienes la quieren y, sobre todo, en sus hijos.
Un abrazo grande.
Te sigo leyendo aunque, por razones muy poderosas, me he tenido que alejar de este universo virtual y paralelo. Siento muchísimo tu pérdida. Estoy segura de que su ejemplo y su recuerdo te van a ayudar y servir de mucho a lo largo de tu vida. Sé fuerte.
Uy, has despertado mi curiosidad, aunque entiendo que tienes todo el derecho a contarme (o no) qué te mantiene alejada de la red. En cualquier caso, me alegra seguir leyéndote por aquí y espero que no tardes demasiado en retomar tu actividad bloguera. Un beso grande y muchas gracias.
es una enfermedad que nos acecha a todos, yo por desgracia la estoy viviendo de cerca en bastantes casos, pero por suerte el mas cercano por ahora mas afortunado. me ha dado mucho que pensar, en la vida en general, en lo importante, en como sentimos, en que empleamos nuestro tiempo, y en como compaginar el dolor con la suerte que tenemos por otra parte. un beso muy grande.
Silvia, estoy entrando ahora en tus entradas antiguas, y mira, esto que nos cuentas en este, va más allá de lo personal….nunca quiere uno verse en estas situaciones…y ojalá claro está, en mi caso , sea así, pero te haces una idea, y no vas perdido, te ayuda y te guía de alguna forma, en definitiva, aunque tu historia no consigue que uno se inmunice, si puede despejar dudas, y prepararte, para lo que pueda ocurrir, aunque la teoría sea distinta a la práctica. Muchos Besos cielo.
Ya han pasado casi siete meses desde que partió. Ni te haces idea de las cosas que han ocurrido en ese tiempo. Está el duelo, sí, Pero luego además los problemas llovieron y la familia se hizo pedazos. Ella era la que soportaba toda la estructura. Al menos voy viviendo con ello a base de ocuparme en hacer cosas y en intentar pensar en el futuro. Eso sí, siempre son bien recibidos los consejos, de todo se aprende y durante este tiempo he salido adelante gracias a mis amigos y mi pareja. Besos para ti también y gracias por estar ahí.
Hola guapa! hace rato que no me pasaba por tu blog, que fuerte todo lo que tuviste que pasar con tu mamá, ya ha pasado un año de aquello y aún me cuesta creerlo, me hubiese gustado brindarte mi apoyo, poder estar ahí, aunque sea para conversar, para desahogarse, así como antes, como hace un par de años cuando hablabamos hasta las tantas y soñabamos con hacer el camino de santiago juntas, lamento que nuestras circunstancias nos hayan sumido en un largo y absurdo silencio, quiero que sepas que te quiero un montón, y que a pesar de que el tiempo sigue pasando inclemente y de que el silencio sigue estando presente de vez en cuando te recuerdo con un cariño infinito, eres mi amiga, mi hermana, mi wilsilpedia hermosa, y eso es algo que no cambiará… Te quiero, te mando un super abrazo de oso desde el otro lado del charco.
PD:Tengo la certeza de que tu mamá está muy orgullosa de ti, de todo lo que has logrado, dejar a una personita tan especial como tú en este mundo ha sido un regalo para muchos (me incluyo) así que donde quiera que esté le doy las gracias por regalarme una hermana española tan maravillosa…. que la diosa le siga dando cobijo en su regazzo. Infinitas bendiciones Sis
¡Jo, qué bonito! Gracias por seguir ahí, a pesar de que cada vez más me cueste escribir y ni siquiera me diera cuenta de que tenía dos comentarios nuevos en veinte días. Sabes, cambié de móvil y he perdido tu teléfono. A ver si podemos hablar pronto. ¡Besos!