¿Quién soy? ¿De qué va este blog?

¿Quién soy?

Me llamo Silvia, tengo 34 y soy de Almería, aunque vivo en Alcorcón con mi pareja, un conejo llamado Lolo y un pajarito llamado Dana. Siempre me ha gustado escribir, con independencia de que tuviera algo interesante que decir. Desde 2015 trabajo como interina recorriendo los distintos centros educativos de la  Comunidad de Madrid.

[Actualización 13/10/19] Ahora tengo casi 36 y este año han pasado varias cosas importantes: a) he sido madre y, como consecuencia b) me he casado y c) me he mudado con mi familia a Asturias para contar con el tan necesario soporte familiar. Eso me ha supuesto retroceder en las listas (aunque sigo a la espera) y empezar a intentar prepararme las oposiciones de Orientación Educativa, por ampliar horizontes. 

Por lo demás, los animalejos fallecieron (y bien que los lloré) y, actualmente, tengo un acuario que no me da guerra ninguna.

¿Cuál es la historia de este blog?

«Abajo las opos» es un espacio ya veterano que ha pasado varias etapas.

Cuando lo inicié, hace seis años, había suspendido por tercera vez una oposición. Nació como herramienta para protestar y para describir la variopinta clase de trabajos precarios (mierdicurros) que me iban saliendo.

Poco a poco fue evolucionando. Pasó de ser una herramienta para quejarme a convertirse en una herramienta de cambio. Fui compartiendo mis pequeños trabajos, mis entrevistas, mis experiencias con el Instituto de Empleo, los cursos que iba haciendo, mis vivencias como voluntaria y, cómo no, mi resolución de irme de au-pair al extranjero para mejorar mi inglés y encontrar las oportunidades que España no me daba.

En los años 2011-2012 hubo unos cuantos puntos de inflexión. Mi madre enfermó. Anulé mis planes de emigrar, muchas cosas quedaron en suspenso. La convivencia en casa se complicó muchísimo. Me fui a compartir piso con un amigo mientras me buscaba la vida como podía, eso sí, muy cerca de mi madre para verla a diario. Poco tiempo después del fallecimiento de mi madre, mi hermana también se vino a vivir conmigo hasta que, meses después,  me vine a Madrid.

Un año de enfermedad, muerte, conflictos familiares, tres mudanzas y una pareja nueva, con quien continúo a día de hoy y que siga siendo así.

Los problemas familiares condicionaron mi escritura. Además de escribir menos, empecé a restringir las entradas. Mi intimidad adquirió un nuevo valor. No es lo mismo que te lean amigos que el que te pueda leer quien quiera usar la información de algún modo en tu contra como, por cierto, llegó a ocurrirme.

Todavía en Madrid estuve haciendo lo de siempre (dar clases particulares, trabajar en una academia y, finalmente, en una asociación cultural en la que no me dieron ni de alta) hasta el mes de julio de 2015, en el que supe que había aprobado la oposición y que entraba como interina en la lista.

Así, el 15 de diciembre de 2015 empecé a trabajar en un colegio. Por fin me puedo llamar maestra con todas las letras pues, aunque tuviera el título, una no se siente maestra hasta que ni pisa un aula con todo derecho. Ni que decir tiene que me emocioné cuando recibí a través de mi móvil un mensaje en el que se me anunciaba que había sido dada de alta en la Seguridad Social.

Por ende, otro logro más me trajo el 2015: la publicación de mi primer libro, del que soy coautora junto a Miguel Ángel Carroza Barroso: «Diez criterios para orientar a los hijos al éxito», de la editorial CCS.

Ambos logros hubo un tiempo en el que los daba por imposibles. Lo increíble es que se dieran en el mismo año e, incluso, en el mismo mes.

En 2017 se produjo mi otro logro más destacable: a pesar de la fobia que había desarrollado, obtuve el carné de conducir. Mis seguidores antiguos saben el valor que tuvo esto realmente para mí.

¿Adónde quieres ir a parar?

Actualmente alterno entradas abiertas, sin contraseña, con entradas protegidas, que son las de contenido más personal.

Para acceder a las de contenido más personal hay que solicitarme amistad en Facebook y, desde un grupo que tengo abierto a tal fin, voy proporcionando las claves para cada entrada, pues cada entrada restringida tiene su propia clave.

Aunque alguna vez he pensado en cerrar el blog, y más ahora que han cambiado mis circunstancias personales, siempre acabo llegando a la conclusión de que este blog forma parte de mí, llevo tantos años con él que me es imposible olvidarlo sin más. Más allá de que cada vez esté más ocupada y de que cada vez escriba menos, me ha proporcionado muchas amistades y buenos ratos, además de haberme servido para demostrarme a mí misma que podía ser constante con algo si me lo proponía (¡y de haberme hecho ganar una entrevista en Canal Sur Radio!).

El blog ha ido cambiando de tono y seguirá cambiando, pues madura conmigo.

Espero que os guste y, con un poco de suerte, tal vez en el futuro pueda ir escribiendo más entradas abiertas.

Un abrazo a los que aún seguís por ahí.